
BREVE RESUMEN DE LOS DIECIOCHO PRIMEROS CAPÍTULOS:
Chae-Kyeong y Shin son dos estudiantes que por mor de una promesa realizada en el pasado entre sus abuelos deben casarse. Sin embargo no son una pareja normal ya que Shin es el príncipe heredero del país. A pesar de que la idea no le gusta y de que en realidad está enamorado de otra joven, Hyo-Rin, éste acepta el matrimonio con tal de seguir los designios de sus reales padres. Por su parte Chae-Kyeong decide seguir adelante además de por sentirse atraída por el príncipe, por sacar a sus padres de la ruina. Pronto la relación entre ambos comenzará a estrecharse, no sin antes tener dudas y enfrentamientos por los rescoldos emocionales que aún le quedan a Shin por su relación con Hyo-Rin y por la aparición de un tercer – o cuarto – invitado, Yool primo de Shin que tras regresar de sus estudios en Inglaterra se enamorará perdidamente de Chae-Kyeong. Sin embargo no todo en la corte se reduce al componente romántico ya que la madre de Yool, Hwa-Yong, solo desea ver a su hijo coronado ya que por derecho, éste era el heredero real hasta que un trágico accidente se llevó la vida de su marido quedando relegada tanto ella como su hijo en un segundo plano en la sucesión monárquica. Los problemas provocarán que Shin vaya cogiéndole tanto cariño a Chae-Kyoeng que al final se enamore de ella, no obstante su orgullo le impedirá confesárselo abiertamente lo que gracias a algunos malentendidos con Hyo-Rin, aprovechará Yool para llevarse a la joven princesa a su terreno.
19º EPISODIO: Aunque pueda parecer algo injusto, éste me ha parecido el peor episodio de la serie.
Los actos con los que se terminó el anterior episodio han provocado que entre Shin y Chae-Kyeong surjan las dudas y los reproches. Él no entiende la actitud de su esposa ante Yool y ella solo ve como su marido coarta su libertad. Mientras la pareja parece distanciarse – a tono con el título del episodio – la «Reina madre» decide que ambos sean los protagonistas de la entrevista anual que realiza la televisión local a pesar de la oposición de los enemigos de Shin y, curiosamente, su propia madre. Pero los problemas no acabarán para éste ya que Yool sigue tanto ganando enteros de cara al Rey para sucederlo como sirviendo de apoyo a una desconsolada Chae-Kyeong. Para colmo de males ésta verá como Shin atiende a una herida Hyo-Rin cuando en realidad éste le estaba devolviendo sus cartas de amor y ella le aconsejaba que le abriese al corazón a la jovencita. Ignorante de esto Shin volverá al palacio con esa intención. Buscando a su esposa, el príncipe encontrará por contra y para su sorpresa, una carta de amor que su padre había dirigido en el pasado a Hwa-Yong. En lugar de hundirlo mas anímicamente, Shin comprenderá la situación que vive una persona obligada por un entorno hostil. Viendo la presión que soporta su mujer, dejará que ésta pase la noche junto a sus padres asumiendo la responsabilidad. Serán sus propios progenitores los que obliguen a Chae-Kyoeng a volver a palacio. La Reina malinterpretará el hecho riñendo a ésta lo que volverá a deprimirla. Sin que Shin pueda consolarla ésta acudirá otra vez a los brazos de Yool.
Ya está bien. Mi mujer me dice – contando una batallita – que los culebrones son así, que te hacen sufrir y pasarlo mal. Pero yo digo que una cosa es mantener en vilo una historia y otra repetir una y otra vez la misma cantinela.
Y es que el pesado de Yool comienza a llegarme a desesperar con esa vocecilla de mosquita muerta y buenísimas intenciones. Y que conste que al principio de la serie me caía simpático pero ahora… Sus discursos adolecen de todo sentido común en su intento de ser el paño que empapa las lágrimas de Chae-Kyeong cuando en realidad intenta hacerle la «cama» a Shin.
Vale, quizás es la intención del guionista, construir a un personaje desde el sacrificio hasta el egoísmo pero si la idea es buena, no puedo decir lo mismo de la puesta en escena ya que resultan cargantes sus discursitos y falsa inocencia. Por no decir la actitud de una protagonista que parece estar en la pura inopia.
Por lo demás, agradecer que por lo menos en este episodio Hyo-Rin no haya acogido el mismo sendero y que por fin haya dejado libre a Shin. Pero bueno, esto mismo parecía ya claro en episodios anteriores y siempre vuelve a la carga. El tiempo lo dirá…
20º EPISODIO: Llega la dichosa entrevista y con ella las sorpresas que tanto demandábamos.
La salida nocturna de Yool y Chae-Kyeong tendrá un fatal desenlace; no solo les robaron el coche sino que el ladrón cuenta a la prensa sensacionalista que la princesa heredera estaba con un hombre. Pronto el escándalo saltará en el Palacio y la única escapatoria que tendrá la jovencita será la de mentir, diciendo que estaba junto a su padre. Mientras, seguirán las recriminaciones entre ésta y Shin no viendo el final al deterioramiento de su relación. Yool por su lado recibirá también su parte de regañina a cargo de su madre, temerosa de que cuando se sepa la identidad del acompañante de Chae-Kyeong se vuelva contra Yool la opinión pública que tanto le ha costado poner a su favor. A todo esto, Hyo-Rin se despedirá de Chae-Kyeong a punto de iniciar su nueva vida. El adiós será un tanto distante pero no menos que el que Shin, obligado, le dedica a su partida. Sin embargo el problema mas gordo que tendrá el joven príncipe será el «acoso y derribo» por parte de Yool a su felicidad cuando éste intente convencer a Chae-Kyeong para que en plena entrevista televisiva le pida el divorcio a Shin. Llegado el momento, ¿se atreverá la princesa ante millones de espectadores a pedirle el divorcio a su esposo?.
Dos son los momentos claves de este episodio: uno, con el que terminábamos la sinopsis, un momento tenso y emocionante. Y dos, el de la marcha de Hyo-Rin de la serie.
Y es que por mucho que éste personaje haya resultado impertinente para el devenir de la felicidad de los protagonistas, ha tenido un final – al menos lo que parece por el momento – bastante bueno y entrañable. Ese juego de miradas con Shin y la frase lapidaria con la que culmina la relación provoca un estallido de sensaciones encontradas que engrandecen la serie.
Aunque de menor calado pero de similar trascendencia nos encontramos con otras dos secuencias, ambas protagonizadas por un amenazante Shin – a Yool y a su madre – en las que se deja notar el mayor peso especifico del personaje en la serie no solo por permanencia en la pantalla si no por el significado de sus actos y palabras.
Eso sí, como anécdota graciosa decir que contrariamente, su vestuario va perdiendo enteros pasando de la simple horterada al ridículo. Ver ese jersey con escote en la espalda y el «cubre-corbatas» o como se llame lo que lleve…
21º EPISODIO: Y como en una montaña rusa, tras varios episodios flojos, nos llega uno excepcional.
El final del anterior episodio nos traerá alguna que otra sorpresa y no precisamente de forma positiva. El escándalo es tal que pronto no solo la opinión pública se pondrá en «pie de guerra» si no que el propio Rey verá ultrajado el mismo nombre de la familia real. Sin embargo éste no será el único que estará afectado ya que Shin, indefenso ante la actitud de su esposa, no tendrá otra respuesta que – por fín – abrirle el corazón y confesarle su amor. Lamentablemente esta declaración nace del resquemor y el dolor, por lo que en vez de hacer feliz a Chae-Kyeong, le hará sentir miserable. Su resolución, con cierta «ayuda» por parte de Hwa-Yong, será la de someterse a una ceremonia tradicional koreana en la que la persona que implora el perdón de otra debe permanecer en cuclillas sobre una estera de esparto hasta que sea dispensada. El Rey a cambio de olvidar su error, le pedirá la identidad del joven con el que compartió la noche anterior. En su obstinación, la joven princesa estará a punto de poner en peligro su vida hasta que la «Reina Madre» intervenga reuniendo a toda la familia.
Pues sí, el episodio no será denso pero en lo que respecta a emociones es uno de los mas completos. Desde la emocionada declaración de Shin – ole sus huevos y por fin, muestra fehaciente para los escépticos de lo buen actor que es éste Joo Ji Hoon – hasta ese final tenso con no menos sorpresas.
Pero mas allá del desarrollo nos encontramos con una serie de secuencias que son las que enriquecen la propia trama aumentando su trascendencia tanto en forma de ese clásico videoclip musical que teníamos olvidado como con esas imágenes que esconden a los diferentes interlocutores tras puertas para provocar la sorpresa o el sentimiento.
A pesar de todas las bondades del episodio denoto algunas lagunas como por ejemplo: sabiendo que Yool está enamorado de Chae-Kyeong ¿por qué la Reina no protege a su hijo descubriendo la identidad del acompañante de la joven al Rey?.
22º EPISODIO: Capítulo poco denso pero lleno de emociones.
La confesión de Yool abrirá las puertas del infierno en el palacio. Si bien a Chae-Kyeong finalmente se le perdonará, el Rey le reprochará su actitud preguntándole sin tapujos si ella siente algo por su sobrino. La tristeza de una guerra de sentimientos en la que se bate su corazón ante la indiferencia de Shin, le impide contestar. Mientras a Yool se le obligará a salir de la corte tal y como manda la tradición real. Despechada porque su hijo tal vez haya errado el camino para convertirse en el nuevo Rey, Hwa-Yong no dudará en contar todo el caso al consejo real para conseguir que Chae-Kyeong comparta la responsabilidad de sus actos. Esto provocará que la princesa a su vez esté obligada a abandonar también la corte ante la estupefacción de la familia real. La joven, resignada, aceptará la orden escudándose en querer volver a su vida anterior como una persona ordinaria. En medio de la confusión Shin recibirá un mensaje en el móvil de parte de Chae-Kyeong pidiéndole que acuda a las dependencias de Yool sin perder un segundo…
El final se acerca y los guionistas se han quedado sin ideas. ¿El resultado?. Pues que en los episodios sucede poca cosa sacándole partido a las pocas controversias sentimentales que quedan. ¿La suerte?. Que siguen funcionando.
Y como para refutar mis palabras utilizaré dos ejemplos que pueden darme la razón. Una, esa especie de videoclip que hacía tiempo que no veíamos y dos, la aparición de la familia de Chae-Kyeong con una fase de esas oníricas que no encajan con el tono del episodio. Recapitulando… ¿relleno?.
Dejando de lado mis conjeturas e impresiones personales, en ésta entrega asistiremos a un hecho – o dos – inaudito hasta el momento. Al principio del episodio presenciamos un pasaje que parece surgir de la nada y que parece ser un fallo, ante lo insólito y abstracto de su aparición, de la sala de montaje. Sin embargo en la parte final del episodio volvemos a encontrarnos con una situación similar con lo que atar – a malas penas – cabos. ¿Un fallo de montaje o una jugarreta de la imaginación de Yool?. Me inclino por la segunda opción…
Para terminar, decir que los cinco últimos minutos del film son bastante agraciados merced al estado de Yool – hacía tiempo que no volvía a simpatizar con el chaval – y sobre todo por ese confuso/sorprendente desenlace. No puedo esperar a ver el penúltimo episodio…
23º EPISODIO: A las alturas en las que nos encontramos – penúltimo episodio – aún se preparan sorpresas…
La corte está que arde, nunca mejor dicho. Tras el incidente del último episodio todas las sospechas apuntan a Shin. Sin defensa, otra vez la opinión pública incitada por Hwa-Yong se volcará sobre el príncipe cuestionando su posición como heredero de la corona. Testigo de excepción de todo esto estará Yool que ve la huella de la «mano negra» de su madre tras la conspiración. Derrotado y sin fuerzas para luchar Shin tendrá por fin lo que tanto anhelaba, el amor entregado de Chae-Kyeong. A pesar de lo negativo de la situación la pareja se unirá mas que nunca en la adversidad; solo la noticia que obliga a la jovencita a salir al extranjero como «sacrificio» para calmar al populacho romperá la felicidad encontrada por ambos. Pero lo peor está todavía por llegar ya que Hwa-Yong prepara su «golpe de gracia» para acabar con la familia real y ocupar su posición…
Solo puedo decir que el último episodio se va hacer de esperar. Opuestamente a la pasividad de algunos episodios del meridiano de la serie, parece que los guionistas se han guardado un – importante – as en la manga para la entrega final, lo que por otra parte puede desvirtuar el carácter, por norma general, «festivo» de estos capítulos.
Por lo que respecta a éste decir que tampoco, narrativamente hablando, es muy denso ya que se limita a dejarse llevar encontrando en los pocos – y anhelados – momentos de felicidad de los protagonistas las mejores escenas del episodio.
Una anécdota para acabar: ¿se habrá llevado el fuego el vestuario de Shin?. Ojala…
24º EPISODIO: Señoras y señores con todos ustedes, el último episodio… sin mas.
Cuando parecía que Shin y Chae-Kyeong tenían asumida su separación disfrutando felizmente de sus últimas horas juntos, la fatalidad volverá hacer acto de aparición: la fiel sirvienta de Hwa-Yong confiesa que Shin fue el que la convenció para que iniciase el incendio en palacio. Con este testimonio – falso a todas luces – la madre de Yool culminará su plan poniendo al joven literalmente en la calle, fuera de palacio. Pero antes de esto, y tras aparentemente reconciliarse con Yool, Shin se guardará un as en la manga en forma de carta. Esto será el desencadenante para que su primo se dé cuenta finalmente de que todo el tiempo desde su regreso ha sido la víctima e instrumento propiciatorio de su propia madre. Mientras que Chae-Kyeong y Shin se despiden dirigiéndose a sus tristes destinos, una exiliada y otro inculpado por el incendio, Yool tomará la decisión mas importante de su vida. ¿Terminarán nuestros protagonistas juntos?.
Lo primero que tengo que decir es que no he querido contar el final de la serie con tal de no destripar a nadie el mismo. Si alguien tiene interés y no quiere verse los 24 capítulos que me escriba y se lo cuento. Lo único que diré es que la serie acaba lo suficientemente bien como para por un lado quedar zanjada y por otro, lo suficientemente «mal» – por un simple gesto tontorrón – como para dejar colgada esa segunda parte que se espera para principios del 2008. Pero antes de las conclusiones finales, vayamos con ese escueto resumen de impresiones del episodio.
Como conclusión a la serie hay situaciones que resultan un tanto extrañas como por ejemplo esa relativa cordialidad entre Shin y Yool. Para mi, no es creíble; han pasado de partirse la cara a darse la mano. Pero bueno…
Por otro lado decir que la solución con el que se ha desenredado el tema de la sucesión ya la venía yo barruntando desde hacía varios episodios y si la misma se hubiese adoptado con anterioridad nos hubiésemos ahorrado muchos problemas pero claro… ¿nos hubiésemos quedado también sin serie?.
Para acabar con el episodio decir que es de agradecer dos detalles. Uno, que se nos traslade a Macao, un marco perfecto tanto por belleza como por esa atmósfera romántica para acabar la serie y dos, que se haya hecho un guiño a todos los españolitos de bien que han estado pendientes de la serie. Deformando ese popular grito-tifo, <<Se nota, se siente, que España está presente…>>.
CONCLUSIONES
Una vez acabada y sin tener mucha experiencia en lo que respecta a series asiáticas si que tengo que decir que al menos he contado con la ayuda de mi señora esposa ya que en lo que respecta a culebrones, sabe algo mas.
Como tal tengo que decir que la serie respeta los estándares de este formato con amores imposibles, relaciones agotadoras que se dilatan en el tiempo e intrigas que terminan por desesperar ante la poca diligencia de los protagonistas para aclarar su situación.
Con estas directrices se puede decir que la misma resulta algo engañosa ya que empieza enganchando gracias al sentido del humor para poco a poco dejar paso al romanticismo por lo que muchos espectadores, como decía, pueden sentirse defraudados.
Pero dejando de lado esto la serie resulta interesante y atractiva ya que por ejemplo en ella se han invertido los suficientes medios para atraer a todo tipo de público. Desde viajes y aventuras exóticas como esas que marcaban la visita a Thailandia o la final de Macao hasta esas infografías que nos mostraban las calles de Seúl repletas de gentío al paso del cortejo real tras la boda de los protagonistas.
Opuestamente nos encontramos con un vestuario ciertamente extraño que por momentos roza el ridículo y unos escenarios, los aposentos de los protagonistas, donde se nota que los jardines del fondo no son mas que fotos fijas.
Resumiendo, una serie a la que quizás le sobraban unos cuantos episodios pero donde lo mejor ha sido el crecimiento de los personajes.
Ahora esperar esa segunda parte y el prometido viaje de la protagonista a cierto lugar…
