
BREVE RESUMEN DE LOS 18 PRIMEROS EPISODIOS:
El Um Ahm Jung, el restaurante especializado en gastronomía koreana mas prestigioso del país, está a punto de ver el relevo de su cabeza visible. A punto de jubilarse, el Chef Jefe Oh Suk-Su decide celebrar un Concurso para ver cual de los chefs que allí trabajan es el mas cualificado para sucederlo, esperando que el ganador sea uno de sus dos hijos, o Bong-Ju el mayor y su mano derecha hasta el momento, o Sung-Chan, el pequeño y ojito derecho. El concurso avanzará con los dos favoritos a la cabeza pero cuando Sung-Chan tome ventaja sobre su hermano, Bong-Ju no dudará en aceptar la idea de uno de sus hombres para fastidiar a su «rival». Enterado, Sung-Chan acudirá a pedirle explicaciones y en el fragor de la discusión éste le confesará que la razón de todo ello es que no está dispuesto a ceder ya que su padre quiere que él pierda porque en realidad Sung-Chan, que es adoptado, es el verdadero descendiente del mismísimo Chef Real y por derecho le tocaría heredar el Um Ahm Jung. Abrumado por la verdad de sus orígenes, el benjamín de la familia huirá sin dejar rastro. El tiempo pasará y mientras que el hermano mayor dirige el restaurante, Sung Chan vive feliz como vendedor ambulante de comestibles con una furgoneta. Sin embargo los caminos de ambos volverán a unirse cuando el destino los enfrente en un concurso culinario basado en carne de vacuno. Tras cuatro importantes pruebas, Bong-Ju vencerá cerrando viejas heridas. No obstante estas se volverán abrir cuando a la opinión pública salte toda la verdad tras el Concurso de Sucesión. De nuevo Sung-Chan deberá sacrificarse para que el Um Ahm Jung no vuelva a correr peligro de desaparición, continuando cada uno de los hermanos con su vida.
CAPITULO 19: Te quiero mucho, como la trucha al trucho.
Suk-Su acudirá al encuentro de Sung-Chan haciendo oídos sordos a un Bong-Ju que tiene que inaugurar la primera sucursal del Um Ahm Jung. Junto al pequeño de la familia se divertirá pescando truchas y reencontrándose con su primer amor. Hasta el lugar llegará Jin-Su sin saber que es objeto de un plan urdido por su jefe, amigo de Sung-Chan, para que ambos se reconcilien. Una vez aclarado el malentendido del artículo, el joven Chef le pedirá que vuelva a su trabajo como periodista pero ésta se negará en redondo. Para conseguirlo se apostará con ella que si logra recrear sin ayuda una sopa realizada por la vieja amiga de su padre, deberá volver a la revista. El desafío le costará lo suyo pero no será el único ya que tras lograrlo su padre le retará a él y a su amiga a realizar la mejor receta posible con una trucha. Y mientras que estos se lo pasan bomba Bong-Ju sufrirá no uno sino dos reveses. El primero, descubrir que Ju-Hee se fue a Wando coincidiendo con Sung-Chan, y el segundo, que todas las conservas del Um Ahm Jung se han echado a perder…
Episodio intrascendente, salvo lo referente a Bong-Ju, con de nuevo la Korea rural de protagonista.
Preciosa la región de Gangwon con todos sus recursos naturales y paisajísticos y estimulantes los intentos de darle una «segunda vida» a la trucha. Y no, no me refiero a esa acupuntura que le hacen a un par de ellas, aunque suene a risa; lo digo porque entre tanta «Trucha con jamón» como se consume en España, en Korea parecen estar igual de aburridos animando al personal con esas tres recetas que gastronómicamente ilustran éste capítulo. Lo malo es que se queda solo en eso, en intentos ya que ese duelo con el que se retan Sung-Chan y la amiga de su padre al final resulta excesivamente pobre. Las escamas del joven Chef pase pero el Bibimbap de su rival…
Lo mejor, aunque suene extraño, los golpes que recibe Bong-Ju. La verdad es que he dejado de sufrir por él para pasar a divertirme con sus problemas. Y es que ya me he acostumbrado a los desmanes de los guionistas con su persona. Yo creo que al final éste se suicidará. Bromas aparte, ya no sé que mas le puede pasar… bueno sí, pero mejor me callo no sea que algún guionista esté por ahí. ¿Pero no había dicho que se acababan las bromas?.
CAPITULO 20: Nubes de tormenta.
Bong-Ju le recriminará a su hermano su actitud frente a Ju-Hee. De vuelta al Um Ahm Jung el Chef dejará en manos de Min-Wu la crisis de los encurtidos y se irá fuera del país para atender a las franquicias del extranjero. Mientras Sung-Chan y Suk-Su recordarán días en los que el joven aún estaba con su verdadero padre antes de morir. Cuando vuelvan al restaurante el veterano cocinero ante el disgusto de ver como todo el Kimchi, conservas y encurtidos se han echado a perder, incluso llegará a pensar en cerrar el Um Ahm Jung. Será Sung-Chan el que a pesar de todas las trabas de Min-Wu, no cejará en investigar la causa de tal catástrofe. Como siempre será la providencia la que le ponga sobre la pista correcta. Su descubrimiento coincidirá con el regreso de un Bong-Ju mas dispuesto que nunca a apartar a su padre de la gerencia del restaurante.
Tragedia, violencia, odio… todo se da cita en el episodio de hoy. La relación de los dos hermanos estaba deteriorada pero lo de hoy ya es… vamos que como esto es ficción luego lo pueden apañar en un santiamén pero cuanta mas distancia haya entre ambos, menos creíble resultará la reconciliación a no ser que se inventen un gran motivo. Y es que encima con faldas por en medio…
Pero lo que importa en el capítulo es que ya no solo los guionistas se ceban con Bong-Ju sino que ahora encima lo dejan en mal lugar haciéndolo «huir» en medio de la crisis. Como si Sung-Chan y el «padrecito» fuese un ejemplo de responsabilidad pescando truchas y perdiendo el tiempo en los bosques de Korea. Qué casualidad que ahora que ha saltado la liebre Bong-Ju no esté – no nos olvidemos, por negocios también – y aparezca Sung-Chan como salvador. ¿Dónde estaba en las anteriores crisis?. Sí, sí, ha sufrido mucho pero menudos viajes se ha pegado por la península. Y por cierto, mucho preocuparse ahora pero un año antes no le importó participar en contra del Um Ahm Jung en el Concurso basado en carne de vacuno… No es que le tenga manía pero vuelvo a decirlo, los guionistas consecuentes no son.
Lo mejor del capítulo de hoy, la relación de Suk-Su con su primer amor. Tierno y directo al corazón. Por mucho que me meta con él he de reconocer que me encariñado con su personaje. Eso sí, mejor hacerse a la idea de que… me callo.
CAPITULO 21: De tormenta a huracán.
Para evitar que el Um Ahm Jung cierre las puertas, Bong-Ju decidirá comprar conservas a una empresa del exterior, cosa que pondrá a todo el mundo en su contra, en especial el Director Yun. Sin embargo éste se enfadará aún mas cuando por medio del propio Bong-Ju sepa que éste y su hija han roto su compromiso. Mientras tanto Sung-Chan continuará con su investigación empeñado en encontrar la causa que ha echado a perder todas las conservas. Pronto descubrirá que todo ha sido a raíz de una serie de coincidencias entre una mala elección de la sal y una mala base para las vasijas. A pesar del descubrimiento Bong-Ju seguirá con su plan enfrentándose a su padre. Pero por si las cosas no pudieran ponerse aún mas feas Min-Wu encontrará el apoyo del Director Yun para hundir definitivamente a Bong-Ju y por consecuencia, al propio Um Ahm Jung: no solo conseguirán que el restaurante sea objeto de una Inspección de Hacienda sino que conspirarán con un restaurador japonés que quiere comprar el local.
De todo, como en botica; bueno vale, menos humor, nos encontraremos de todo en el episodio de hoy. Hay que ver como aproximándose al final de la serie, todo se está enturbiando y precipitando hacia la tragedia. Y ya no me refiero al estado de salud de cierto personaje si no a lo turbias que están las relaciones. Pero la cuestión es, ¿salvo Sung-Chan y Jin-Su hay algún personaje que se salve?.
Bong-Ju a fuerza de guantazos se ha vuelto un déspota; su padre solo tiene ojos para Sung-Chan; Ju-Hee es una veleta; el padre de ésta, un egoísta y Min-Wu… pfff… éste ya no tiene remedio. Total, normal que las cosas estén tan mal.
Y es que hoy se vuelve, erre que erre, a mostrar sus miserias. La escena en la que Suk-Su y Bong-Ju discuten te pondrá el vello de punta pero bien pensado, ¿qué narices hace el veterano Chef pensando en sus antepasados si para empezar él no es descendiente de los Gran Chefs?. Toma hipocresía. ¿Y Ju-Hee?. Muy apenada, dolida y lo que sea pero luego el «chichi» le hace palmas cuando le pide a Sung-Chan que éste le cocine un plato… Perdón por la franqueza pero así lo veo.
Lo mejor, aparte de todo el episodio en sí a pesar de mis lamentos de abuelo cebolleta, la salida al exterior con esa visita a las salinas.
CAPITULO 22: Y como se esperaba, llegó la tragedia.
El Director Yun convocará al Consejo de Administración del Um Ahm Jung con la intención de quitar de en medio a Bong-Ju. La situación se volverá tan insostenible que aun pidiéndole perdón, humillándose incluso el propio Bong-Ju, el Director Yun no entrará en razón. Con todo ello el estado de salud de Suk-Su empeorará teniéndolo lastrado en cama. Y mientras que en el restaurante las cosas van a peor, Matsumoto querrá conocer a Sung-Chan pidiéndole que le confeccione un plato con unos pequeños crustáceos oriundos de la península. Cuando el joven Chef descubra que éste se esconde tras la operación que le ha quitado el poder a su familia sobre el Um Ahm Jung, le hará ver lo equivocada de su maniobra y su intención de luchar contra él. Sin embargo no habrá mas tiempo ya que la tragedia se cernirá sobre los protagonistas.
Poco contenido para un episodio que «solo» buscaba la lágrima en el espectador. Y es que aunque no vaya a destripar el final, desde hacía mucho tiempo nos esperábamos que esto fuera a suceder.
Dejando de lado esto que no tiene mas comentario del que hurga en la herida, situación a la que por otra parte tan acostumbrados nos tienen en los seriales surkoreanos, lo mejor para mi de la entrega de hoy ha sido el mayor protagonismo para Bong-Ju. De verdad que al final creía que iba a suceder lo que dije bromeando hace unos cuantos capítulos: que se iba a suicidar. Y es que hoy ha sido el culmen de las desgracias. Desde la acusación de su padre diciéndole algo así como que por culpa de haber desatendido asuntos ha pasado lo que ha pasado – eso lo dice un tío que se fue a pescar con su otro hijo olvidándose del negocio… – hasta el relevo al mando del Restaurante sin olvidar esa significativa petición de perdón. Casi ná.
Ahora lo acontecido unirá a los hermanos para luchar contra sus enemigos; vamos, lo clásico, pero habrá que ver como se desarrollan las cosas en los dos capítulos que aún nos quedan.
CAPITULO 23: Tristeza y esperanza.
Tras el sepelio, Bong-Ju se derrumbará rindiéndose ante su infortunio; habiéndosele relevado al mando del Um Ahm Jung y con la impresión de haber traicionado a su padre, no tiene ganas de seguir luchando pese a que Sung-Chan se lo pida. Y es que por otra parte no ve de qué manera puede salvar al restaurante. La oportunidad les llegará cuando Matsumoto le proponga un reto al pequeño de la familia: lucharán en una competición culinaria; si Sung-Chan gana, él se olvidará del Um Ahm Jung pero si es al revés, el joven deberá ponerse a trabajar a las órdenes del japonés. Dispuesto a vencer Sung-Chan le rogará a Bong-Ju que le ayude pero éste ha sido puesto en sobreaviso por el siempre malicioso Min-Wu creyendo que su hermano solo quería para sí el cargo de nuevo Director General del restaurante. Así comenzará la gran competición y sin el apoyo de su hermano, Sung-Chan poco podrá hacer contra el veterano restaurador.
Se acerca el final y la serie se culmina con uno de los mejores capítulos que hemos podido ver. Dejando de lado esas exequias que mas que provocar la lágrima fácil en el espectador sirven para ilustrar como es ésta ceremonia tradicional en el país, la entrega de hoy está sembrada de escenas emotivas y llenas de fuerza por mucho que algunas sean forzadas y previsibles.
Forzadas porque en la vida real esa reconciliación entre Sung-Chan y Min-Wu no existiría. Sí, está chula y te encoge el corazón por las palabras del primero cuando hace mención a su padre pero, ¿de verdad tenderías la mano a alguien que te ha hecho tanto daño y durante tanto tiempo?.
Y previsible porque todos esperábamos ese final. Al menos es eso, deseado, el final de capítulo que todos queríamos. En todo caso, geniales ese abrazo entre Bong-Ju y Ju-Hee, la conversación entre el mismo Chef y el maestro Wun o cómo los dos hermanos se separan diciéndole Sung-Chan a su Hyung que lo esperará.
Y ya que hablamos del Maestro Wun, felicitarnos por tanto su regreso como el del contenido culinario. Del primero decir que había creído sinceramente que se había muerto el actor que lo interpretaba de ahí su desaparición de la serie. Y de lo segundo, interesante los dos platos que nos ofrecen los «duelistas» hoy. Veremos como es el «plato fuerte»…
CAPITULO 24. FINAL: La unión hace la fuerza.
Nada mas incorporarse Bong-Ju al equipo sugerirá modificar el plato a presentar. Por suerte el cambio será providencial ya que sin éste no podrían plantar cara a Matsumoto. Para el siguiente plato por el contrario será el Chef el que apoyará la idea de su hermano pequeño para conseguir vencer al cocinero japonés. ¿Lo conseguirán?. Tras el concurso y poner todas las ideas en orden, ambos hermanos tomarán la mejor decisión para sus respectivas vidas.
Como veréis no me he explayado mucho con tal de no destripar el final de la serie pero varios son los puntos sobre los que puedo hablar sin que nadie termine por odiarme por haberle desvelado nada importante.
Lo primero, la importancia que tiene la cocina en éste capítulo final. Hasta tres platos – seis si consideramos que son dos los equipos – se nos ofrecerán y alguno, como el caso de las salchichas de calamar, tan interesante que me voy a permitir realizarlo algún día. Y esa es una de las imágenes de las que me quedo de la serie, que me ha servido de inspiración en mas de una ocasión.
Eso sí, por muy bien que haya estado éste concurso tiene un «pero», y muy grande. Por lo visto, como se quedaban sin metraje eliminaron toda la preparación del plato que cerraba la competición, es decir, el postre con lo que su presentación repentina y posterior puntuación provoca que todo resulte precipitado restándole hasta tensión a su resultado.
Por último, el desenlace. Como he dicho no quiero destripar nada pero finalmente los guionistas no solo han hecho honor a su falta de coherencia en toda la serie sino a la tradición de no saber rematar… – bueno sí, rematar sí, porque para mi, las matan – una serie. ¿Para qué tanto concurso si al final…?. En fin.
CONCLUSIONES:
A pesar de las muchas recriminaciones que no he parado de hacerle a la serie en todos sus capítulos, «Gourmet» me ha parecido una serie mas que magnifica, a reivindicar. Y es que en un país donde las comedias románticas le ganan la carrera de la audiencia a las producciones con verdaderos y sobrados méritos, que se consiga realizar una serie de tanta calidad y con un objetivo tan distante al de triunfar de cara a las cifras, es algo a destacar.
Y no es la única cosa a reivindicar ya que ese objetivo del que hablaba no es otro que dar a conocer la cocina surkoreana y destacar sus virtudes. En éste caso «Gourmet» supera y en mucho a otras franquicias televisivas de temática similar sirviendo de inspiración, palabra clave con la que terminaría de definir a la misma. Inspiración y apetito, no nos olvidemos ya que en muchas ocasiones «Gourmet» sirve para abrirlo.
La cocina surkoreana, y no porque lo diga la serie, no tiene nada que envidiar a la gastronomía japonesa u otras asiáticas populares, siendo incluso mas rica en algunas variantes y sobre todo, con un mayor peso especifico en lo que a tradiciones se refiere. Para mi, al igual que la propia Korea, es la gran desconocida.
En lo referente al tema «no-culinario», es decir, a las relaciones personales, es donde mas fallos he encontrado debido a la falta de congruencia de los planteamientos ya no tanto con el propio argumento como he destacado mas de una vez sino con la vida misma.
Gracias a Dios, no es la principal baza de la serie por lo que no se le puede echar en cara destruyendo el buen trabajo realizado. Y es que como muestra de que la serie tiene el suficiente contenido como para obviar sus errores, ni siquiera posee una Banda Sonora importante con la que distraer la atención. Hay canciones bonitas pero en ningún momento seremos testigos de esos videoclips a los que son tan aficionados los realizadores locales con tan de, siendo francos, rellenar metraje.
Quizás esas a veces desconexiones con la realidad y sobre todo, desmanes con algunos personajes demasiado vilipendiados, vienen a causa de rellenar el hueco dejado en la obra original del Manhwa realizado por Heo Yeong-Man, demasiado centrado en un único protagonista, pero tampoco es cuestión de señalar al creador del fenómeno.
Por otra parte la labor interpretativa compensa ésta falta de credibilidad. Kim Rae-Won encaja a la perfección en el rol del personaje idílico sin defectos. Gracias a su encanto uno termina por rendirse ante él a pesar de ser, como decía, increíble tanta virtud y sacrificio.
Por su parte, Kwon O-Jung, un tipo de carácter, asume su papel de mártir con un… «lado oscuro» de manera estoica. Gracias a ello, en los momentos duros es el personaje que mejor sabe transmitir.
En lo que respecta a las féminas, solo hay una mujer que merezca nuestra atención. Nam Sang-Mi está bien pero no tiene tantas exigencias como para brillar. Por el contrario Kim So-Yeon sabe sacarle mas matices a su personaje. Eso y que es una mujer preciosa. Me he enamorado. Elegancia y belleza, una fórmula irrechazable.
Antes de terminar, un simple dato que reafirma lo de la calidad, a la vez que la ambición de la serie. Un 80% de la misma está rodada en exteriores. Soberbio.
Para acabar, lo menos bueno, el final. No es el peor que he visto pero sí, insatisfactorio. Al menos, no deja mal sabor de boca.
Resumiendo, «Gourmet» es una serie a reivindicar. Compensada aunque con demasiados favoritismos pero entretenida a la vez que ilustrativa. Y sobre todo ello, una calidad excepcional. «Gourmet» no solo conquista el estomago sino también el corazón.
