PASTA (IV) – Korea del sur – 2010 – Kdrama – (Ep. 16 al 20) de 20. FINAL

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BREVE RESUMEN DE LOS QUINCE PRIMEROS CAPITULOS:

El sueño de Seo Yu-Kyong es el de llegar a ser chef del restaurante «La Sfera», un restaurante italiano del distrito de Gangnam de Seúl. Tras tres años ejerciendo como pinche llegará su momento pero su felicidad no será completa ya que el nuevo Chef jefe sustituto del anterior, Choi Hyeon-Wuk, no es partidario de trabajar con mujeres en la cocina; así es que valiéndose de vanas excusas despedirá al personal femenino. Sin embargo Yu-Kyong no es de las que se rinden y con su obstinación no solo conseguirá afianzarse como un miembro mas de la cocina si no incluso ganarse el corazón de Yu-Kyong; el problema es que éste odia a las mujeres en el trabajo porque tuvo una experiencia desagradable en el pasado con su anterior pareja mientras estudiaban en Italia. Cuando finalmente se rinda ante la jovencita, tendrán que llevar su relación en secreto. El único impedimento para ser felices además de los rumores será la llegada de la anterior pareja de Hyeon-Wuk como segunda chef jefe y el amor que le profesa en secreto el dueño del local a Yu-Kyong.

16º CAPITULO: Por fin el demandado cambio de rumbo.

La salida de Hyeon-Wuk de «La Sfera» es inevitable y a pesar de los ruegos de sus hombres, Yu-Kyong e incluso de Se-Yeong y Kim San éste dejará la cocina. No obstante no será el único ya que «los tres mosqueteros italianos» y Eun-Su presentarán también su dimisión dejando al equipo de cocineros en cuadro. La que paradójicamente no abandona «La Sfera» a pesar de los ruegos, incluso órdenes, de Hyeon-Wuk es Yu-Kyung y es que sus ganas por convertirse en Chef supera al amor que siente por éste. Los problemas aumentarán en el restaurante cuando hasta allí llegue el profesor que Hyeon-Wuk y Se-Yeong tenían en Italia. Éste les pedirá a ambos, reuniéndolos en su habitación de hotel, que vuelvan a preparar el plato de Pasta de Ginseng que les llevó a romper su relación tras la traición de la segunda. Como el primero no quiere volver al restaurante será Yu-Kyong quién se encargue de realizar el plato siguiendo la receta de éste. El resultado de la prueba será sorprendente.

Tras el episodio anterior donde nos congratulábamos de que la serie cambiase las directrices habituales ofreciendo sensaciones mas satisfactorias, en éste tengo que seguir aplaudiendo a sus responsables ya que a las medidas tomadas hay que sumarles otras como el cambio de rumbo decidido que aporta frescura a la serie.

Y es que por mucho que al principio parezca que con éste episodio va a pasar lo mismo que con el undécimo cuando Eun-Su dejaba «La Sfera» para regresar al final resultando todo una… ¿estupidez?, aquí la cosa va en serio dando paso a otro tipo de juego.

Y ya no son solo los nuevos desafíos de los diezmados miembros de la cocina, es la irrupción de ese personaje tan peculiar como es el Maestro Chef que aun proponiendo una prueba previsible, depara una sorpresa muy grande y agradable. No contaré nada pero por primera vez veo que los guionistas no se ponen tan de lado de Hyeon-Wuk. ¿Se habrá acabado el partidismo?.

Para acabar, el cambio se nota hasta en las escenas que comparten la pareja de tórtolos. Del aburrimiento hemos pasado a una lucha de egos. ¿Quién ganará?. O mejor, ¿terminará yéndose Hyeon-Wuk a Italia al más puro estilo «The first shop of coffee Prince» en la que él mismo – el actor, quiero decir – participaba?.

17º CAPITULO: De la indignación a la complacencia para volver al principio.

Se-Yeong se disculpará delante de Hyeon-Wuk pidiéndole que vuelva a «La Sfera». Éste conmovido finalmente regresará al restaurante teniendo eso sí que prometer ante sus cocineros que, cuando su criterio se vea afectado por lo que siente por Yu-Kyong, la despedirá. Enterado de ello Seol comenzará a jugar sus cartas tentando al chef y abocando a la cocina al abismo; primero Hyeon-Wuk será condescendiente con ella pero tras poner Seol en duda su imparcialidad correrá el camino opuesto, siendo demasiado severo. Mientras, Se-Yeong se ha tomado en serio el revés recibido no volviendo a la cocina. Finalmente el padre de Yu-Kyong se presentará en «La Sfera» dispuesto a conocer a los dos pretendientes de su hija.

Al principio uno, como decía en el inicio, se indigna viendo como le han tomado el pelo con las dos últimas entregas al zanjar el asunto de la salida del protagonista como si no hubiese pasado nada. Y ya no es solo la sensación que tenga cada uno, es que de nuevo sin rumbo claro vuelve a faltar argumento. Mas claro, agua; ¿qué me decís de la escena del chupa-chup?. ¿O las largas secuencias de Kim San en su apartamento?.

Pero aún hay mas; junto a la falta de contenido se suma el regreso de ese partidismo del que nos felicitábamos que hubiese desaparecido en la anterior entrega. Otro ejemplo; los caballeretes «italianos» vuelven al redil tras por segunda vez dejar sus puestos de trabajo y aquí no pasa nada, es mas, siguen cobrando mas que sus compañeros y encima los recompensan con la confección del nuevo plato recomendado. Con dos cojones. Y lo que es peor, que no hay equilibrio: favoreces a los «villanos» y te cargas a Yu-Kyong. Una cosa es que sea la Cenicienta y otra la amante del Marques de Sade.

Menos mal que la cosa, superado el meridiano, va arreglándose principalmente gracias a dos factores. El primero, el culinario.

Aunque hayamos dejado de oír el maldito Volonge, ahora son las Vieiras las que toman su lugar. Al menos aquí se nos ilustra con el proceso de cocción de las mismas enseñándonos algún truquito. Si esto se hubiese repetido mas a lo largo de la serie igual no hubiese tenido tantas quejas.

Y el segundo, el sentido común… o eso parecía. Y es que la parte final del capítulo con la irrupción del padre de Yu-Kyong por chorra que parezca – una, a nadie se le ocurriría poner en evidencia a su hija, soy padre y lo sé y dos, que yo sepa Kim San no es novio de ésta – le da otra dimensión cuando la joven cae en la cuenta de la humillación a la que le ha expuesto Hyeon-Wuk. Por fin «parecía» que los guionistas habían entrado en razón.

Y he entrecomillado lo de que «parecía» porque cuando mas contento uno está de haber dado con algo de sensatez se inventan un «Happy end» de lo mas increíble y bochornoso. No puedes estar llorando y quejándote de, ay cómo me has tratado, y luego jiji jaja…. ¡¡¡¡ Por favor ¡¡¡¡.

18º CAPITULO: Una más y ya van…

La publicación de la confesión de Se-Yeong en la prensa no solo causará una gran sorpresa entre sus compañeros de «La Sfera» sino externamente con decenas de periodistas acosando a Hyeon-Wuk e incluso poniendo en duda la valía del local. Y mientras Kim San y su hermana intentan recuperar para la causa a la Chef, esos mismos problemas surgidos por la actuación de Se-Yeong afectarán al staff del restaurante cuando Hyeon-Wuk ponga en duda las habilidades del Sous-Chef. De resultas de todo el embrollo saltará una nueva sorpresa cuando el Chef descubra que sabe que los hombres de Seok-Ho se están preparando para el Concurso de Nuevos Chefs, prohibiéndoles la entrada a la cocina fuera del horario laboral. Será Yu-Kyong la que abogue finalmente por estos obligando a Hyeon-Wuk a no solo dejarlos practicar sino convertirse en su Chef encargado.

Una de cal y otra de arena. Por una parte el capítulo resulta interesante por ese enfrentamiento entre el Chef Jefe y sus subalternos, que si bien resulta forzado, dota de tensión al episodio. Si encima le unimos que han vuelto a darle un cierto empaque culinario mostrándonos mas trucos como en ésta ocasión el referido al solomillo y cómo mantener su frescura a la vez que jugosidad, logramos como mínimo que el episodio no resulte vacío.

Sin embargo, tenemos una parte no tan afortunada representada por la bipolaridad de los personajes.

Ya decíamos al final de la anterior entrega que no entendíamos como podía la protagonista pasar del enfado a la alegría en menos de un segundo y sin que interfiriese nada por medio. Aquí se vuelve a repetir y por partida doble: en una pasa del mosqueo a la alegría en cuestión de segundos y en la otra, la del desenlace, de estar ofendida a sumisa.

Pero ya no es tanto nuestra heroína – ya sabemos cómo es eso del amor que obra extraños fenómenos – como algunos de sus compañeros. El equipo «koreano» pasa de sentirse agraviado a alegre porque el «deudor» ha cambiado de opinión. ¿Saben lo que es el orgullo?. O mejor, ¿saben los guionistas lo que se hacen?.

19º CAPITULO: La cocina como protagonista.

Los cocineros, felices por tener como Chef encargado a Hyeon-Wuk, terminarán preparando la carne como éste les ordenó el día anterior. Ya en sintonía el Chef les dará la primera instrucción para terminar la última fase de preparación para el concurso bajo su supervisión: emparejará a cada uno de los chicos con uno del equipo «italiano». Aunque la orden no agrade ni a unos ni a otros pronto nacerá la camaradería entre todos concluyendo la preparación de la mejor de las maneras, todos implicados. Y mientras llega el día de la competición, los hermanos Kim seguirán dando apoyo a una Se-Yeong que por otra parte recibirá de manos de Hyeon-Wuk la oferta de trabajo de Italia que a él le habían ofrecido. Finalmente el concurso se celebrará y Yu-Kyong tendrá un papel estelar tras el accidente de Ho-Nam.

Se veía venir pero no de ésta manera. Me explico; sin objetivo aparente y quedando dos episodios para acabar la serie uno suponía que el final de la misma vendría representado por el concurso de marras en el que participan los protagonistas. Pues bien, quedando como decía dos entregas, uno suponía que para éste se reservarían la preparación y para el último, la realización. Pues no, juntan todo en éste; siempre quejándonos de falta de contenido y ahora lo precipitan todo. Increíble.

Al menos se puede decir que gracias a esto – o no – nos encontramos con el mejor capítulo de toda la serie ya que sin miedo a equivocarme no creo que el último episodio vaya a cambiar ésta sensación; y es que me imagino que para acabar nos ofrecerán la partida de los cocineros hacia Italia – ¿alguien duda de que no vayan a ganar? – y la comida de los tortolitos con su padre.

Y ya que hablamos de cosas previsibles… ¿no podían haberse inventado una excusa no tan evidente como la lesión de Ho-Nam?.

20º CAPITULO: El fin.

El éxito en el Concurso traerá la felicidad a la cocina de «La Sfera» pero lamentablemente éste hecho llegará demasiado tarde ya que el equipo ganador debe partir hacia Italia. Sin embargo Yu-Kyong no tiene tan claro lo de viajar a Europa ya que no solo es el hecho de abandonar a su padre sino el de separarse de su querido Hyeon-Wuk. Mientras que ésta se lo piensa el Chef tendrá que buscar gente para sustituir a los hombres que se le van; su primera opción, las tres chicas que él mismo despidió cuando aterrizó en «La Sfera». Llegará el momento de la partida y los intereses de unos y otros coincidirán… Vivan los novios.

Episodio típico de final de serie donde todo es felicidad, buenos sentimientos y algunas lagrimillas aunque en éste caso sean un tanto artificiales; y es que esperar a los últimos episodios para mostrarnos la cara mas amable de los protagonistas no parece la decisión mas acertada para que uno empatice con los mismos.

Aun así, un episodio simpático con algunos buenos detalles y otros no tanto como la excesiva previsibilidad. Por mucho que nos intenten convencer de que Yu-Kyong tiene dudas – dudas muy al estilo de «The first shop of coffee Prince» con la que compartía no solo protagonista sino incluso destino europeo – todos sabemos cómo acabará la misma. Es más, Ho-Nam es el perfecto comodín para solventar la situación al igual que lo fue éste en el anterior capítulo. ¿Y qué decir de Se-Yeong y Kim San?. Mas de lo mismo. En fin, al menos un buen broche final con el que quedarnos con buen sabor de boca.

CONCLUSIONES:

1º.- La serie ha ido de mejor a peor con un repunte final que es el que le ha distanciado del aprobado raso. Si hay que ponerle una nota le pondría un 6’5; y es que como dato esclarecedor «Pasta» ha sido una de las pocas series asiáticas que no me ha llegado a transmitir nada. Sí, me ha hecho reír – tampoco mucho… – pero en ningún momento me ha emocionado; es mas, no solo me ha resultado indiferente sino que me cargaba cuando lo intentaba. Para relaciones de pareja acudir mejor a «City Hall», «That Fool» o «The last scandal of my life».

2º.- Los actores correctos, aunque mucho mejores como casi siempre en Korea los secundarios. Y ésta es otra de las objeciones que hay que hacerle a la serie, que ante la falta de contenido de muchos de los episodios podían haber dado mas protagonismo a estos como por ejemplo montando una relación entre Kim Kang y Philip como la propia serie apuntaba al principio. Lo tenían en la mano.

Dejando de lado esto no me ha gustado ni Kong Hyo-Jin ni Lee Seon-Gyun. Ambos son actores capaces de mas pero aquí los he visto víctimas de sus personajes. La primera demasiado bipolar con un puntito ñoño y el segundo… pues con ese personaje no había nada que hacer. Para mi junto al personaje interpretado por el mismo Lee Hyeong-Cheol – aquí el Sous Chef – de «On Air», el protagonista mas repelente de los seriales surkoreanos. Por el contrario, como decía, ahora el propio Hyeong-Cheol y Alex, superdesaprovechados.

3º.- Aunque «Pasta» se presentase con la premisa de representar el mundo culinario la verdad es que ha dejado mucho que desear. En un principio era «apetitosa» con esa oferta gastronómica tan suculenta pero cuando episodio tras episodio te dabas cuenta de que los platos se repetían una y otra vez sin ánimo de cambiar la carta, nunca mejor dicho, uno terminaba por aburrirse y volverse indiferente ante los platos realizados. Solo el concurso ideado por Kim San con el añadido de la excursión a la costa – otro aliciente que podría haberse prodigado algo mas… – le dio una mayor – y mejor – dimensión. Para quien guste de un mayor peso especifico de la cocina que acuda al serial «Gourmet» donde además aprenderá un montón sobre gastronomía koreana y no como aquí, italiana. Uno se harta de tanto Vongole…

4º.- Y por último aunque la banda sonora está compuesta por temas variados con hasta un desapego por los estilos mas populares del país encontrándonos una cierta querencia al rock, en la puesta en práctica, es decir, en los capítulos, siempre se recurrían a los mismos temas dando una imagen equivocada de una cierta pobreza. La sorpresa aumenta aún mas si pensamos que uno de sus protagonistas como es Alex es un, como no he parado de recordar, conocido miembro del grupo – que no banda – «Clazziquai Project» con hasta una canción en la propia Banda Sonora. Pero lo dicho, la poca exigencia de sus responsables a éste respecto provoca que el tema no llegue a sonar nunca. Algo por el estilo se podría decir también de otro de los protagonistas como es Noh Min-Wu-I y su conocida pertenencia a distintas bandas.

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PASTA (III) – Korea del sur – 2010 – Kdrama – (Ep. 11 al 15) de 20

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BREVE RESUMEN DE LOS DIEZ PRIMEROS CAPITULOS:

Tras superar el periodo de aprendizaje obligado en «La Sfera», un prestigioso restaurante italiano de la capital seulina, Seo Yu-Kyong está dispuesta a convertirse en cocinera de pleno derecho. El problema surgirá cuando sustituyan al hasta el momento Chef por Choi Hyeon-Wuk, un joven educado en Italia que odia trabajar con mujeres tras un desengaño amoroso. Su primera medida será despedir a las tres cocineras y a la propia Yu-Kyong; sin embargo ésta no es de las que se rinden y gracias a su tenacidad conseguirá quedarse con uno de los puestos. El tiempo pasará y la llegada de Hyeon-Wuk no será todo lo fantástica que se esperaba; los resultados económicos descenderán y por una serie de avatares, Kim San, un cliente habitual algo peculiar se quitará la máscara descubriéndose como el dueño del local haciéndose cargo de la gerencia. Pero no es lo único que esconde éste ya que mientras «jugaba» a ser cliente terminó enamorándose de Yu-Kyong; el problema es que ésta solo tiene ojos para Hyeon-Wuk. La situación se enrarecerá aún mas, profesional y sentimentalmente hablando, cuando en «La Sfera» entre a trabajar Oh Se-Yeong, la antigua amante del flamante Chef.

11º CAPITULO: Tiro al aire.

Tras pillar Eun-Su a Yu-Kyong y Hyeon-Wuk en situación comprometedora, decidirá guardarse el secreto para sí aunque esto lo atormente. Ajenos a ello la parejita continuará su relación a espaldas de sus compañeros no obstante el verdadero problema surgirá cuando hasta «La Sfera» llegue un rico empresario dispuesto a llevarse al Segundo Chef Geum Seok-Ho a su nuevo restaurante. Éste, ilusionado con dar el salto se llevaría consigo a sus hombres incluida Yu-Kyong con la que ha estado trabajando los últimos tres años. A pesar de proponérselo ésta dudará ya que enamorada del chef piensa que irse con Seok-Ho es algo parecido a una traición. Finalmente y tras superar en una prueba sorpresa al propio Hyeon-Wuk, el Segundo Chef declinará la oferta del que sería su próximo jefe al no acceder éste a llevarse al nuevo restaurante a todos sus hombres. Cuando la armonía parezca volver a «La Sfera» Eun-Su anunciará que tiene algo que decir.

Frustrante, así definiría al episodio. Cuando parece que algo va a suceder que puede cambiar el rumbo de la serie, todo resulta ser simplemente un relleno para que la misma continúe por la senda habitual y se resuma en otro capítulo de transición hacia la nada.

Al principio uno se congratula de que al personaje interpretado por Lee Hyeong-Cheol le hayan dado una segunda vida concediéndole el justo protagonismo que se merece un intérprete de su calidad pero luego tenemos que conformarnos con que únicamente haya ejercido de comparsa y cómplice de un guión que cada vez hace mas aguas.

Y es que por seguir con la línea crítica hasta hoy nos encontramos con errores en el montaje como cuando asistimos al «chivatazo» de Se-Yeong a Hyeon-Wuk cuando éste ya se encontraba fuera de la cocina. ¿Y qué decir de la «insoportable» culpabilidad de Eun-Su?. ¿Ese chico es tonto o qué?. Por favor…

Y para terminar me estoy dando cuenta de lo aburridas que son las conversaciones de los tortolitos protagonistas. Son larguísimas, sin ritmo y sin contenido; y lo peor, que se recurre a ellas en varias ocasiones en los episodios. Como le gusta a Hyeon-Wuk escucharse, se deleita con su propia voz. Que alguien lo pare por favor.

12º CAPITULO: Una hora y cinco minutos para un contenido de tan solo diez.

Ante todos sus compañeros Eun-Su renunciará a su puesto. En la «trastienda» le confesará a Hyeon-Wuk que, además de por ganar mas dinero se va porque conoce el secreto que une a éste con Yu-Kyong. Una vez fuera la jovencita no tendrá mas remedio que volver a ser la ayudante de cocina hasta que encuentren un sustituto a Eun-Su; sin embargo Yu-Kyong no se quedará de brazos cruzados e intentará convencer al hasta hace poco pinche para que regrese. Mientras en «La Sfera» un nuevo asistente comenzará a trabajar en la cocina pero su carácter chocará con el de Hyeon-Wuk. Finalmente será el propio Chef el que intente traer de vuelta a Eun-Su.

Madre mía que coñazo. No lo puedo ya ni esconder: me aburro. Y lo que es peor, mi señora esposa también, ella que se entretiene hasta con el vuelo de una mosca.

Ya no solo son esas vacuas e innecesarias conversaciones acarameladas de los protagonistas – el desenlace del episodio da hasta vergüenza ajena – es la incompetencia a la hora de dotar contenido a la acción. Por ejemplo, cuando Yu-Kyong retorna a sus antiguas labores se nos muestra el ajetreo de ésta de aquí para allí pero sin objetivo, ritmo e interés. ¿Y la soledad de Eun-Su?.

No lo entiendo, teniendo como tienes a Se-Yeong, Kim San, su hermana y los otros cocineros, ¿por qué no cambias el rumbo y les otorgas mas protagonismo en lugar de cebarte y aburrir al personal con escenas vacías?. ¿Lo dejan todo para el final?. Pues igual nunca llega ya que a lo mejor me rindo antes.

Y ahí no acaba la cosa. ¿Qué pasa con el arte culinario?. Siempre son los mismos platos y la perspectiva gastronómica hace tiempo que se perdió. Vale, si se quiere, la cocina es solo la excusa para ambientar la historia pero cuando como en éste caso te están pidiendo a gritos un mayor contenido es un error no aprovechar la tesitura. Tendrían que haber aprendido de «Gourmet». Resumiendo, se puede ver pero en ocasiones tienes la tentación de darle al botón del «Forward» del Reproductor de DVDs.

13º CAPITULO: Para atrás, como los cangrejos.

Al regresar de casa de Eun-Su habiéndolo convencido de que retorne a «La Sfera», Se-Yeong descubrirá a la parejita en el coche de Hyeon-Wuk en situación comprometedora. Cuando se encuentre con Yu-Kyong le contará todo lo acontecido en Italia cuando ambos estaban juntos y enamorados. Éste descubrimiento dejará en un estado casi catatónico a la joven chef algo que no resultará muy conveniente cuando tenga que ponerse a las órdenes de Hyeon-Wuk al día siguiente. Sin embargo éste no será el único problema en «La Sfera» ya que junto a la idea de Kim San de que el Chef comparta despacho con Se-Yeong, se unirá la vieja controversia de qué caldo usar para cocinar, si el tradicional o el ideado por la propia chef. Mientras que se resuelven estas cuestiones, Kim San hará un último intento por conquistar a Yu-Kyong poniéndole al descubierto su identidad como «Mr. Cactus».

Como decía al principio, no solo el episodio de hoy argumentalmente no avanza nada sino que da un paso hacia atrás dándome la razón en lo referente a lo anquilosada que está la serie. Y es que volver al tema de las sartenes y el caldo de la discordia cuando parecían olvidados solo hace que pensemos que a alguien no le interesa que esto evolucione.

Otro ejemplo es el que personifica Kim San/Alex. ¿Cuál es la causa de su marcha atrás?. Ninguna, estirar mas la morcilla. Y ya que estamos hablando de estirar… hoy las aburridas charlas de la pareja parece que se acotan pero por el contrario tenemos ese final quasi-onírico que no hace otra cosa que rellanar el metraje hasta hacerlo llegar a la hora y cinco minutos. Mas claro agua, siempre acababan con un final colgado – cliffhanger – y hoy ni eso. Menos mal que al menos – valga la redundancia – al tema del caldo le saben dar un final digno y hasta ocurrente.

Por cierto y para acabar; teniendo como tienes a Alex y encima una de sus canciones en la banda sonora, no entiendo como todavía ni ha sonado éste tema ni cualquier otro del artista. Eso sí, te meten otros que solo tienen afinidad con la serie porque comparten su origen en el bel canto azzurro.

14º CAPITULO: Otra de tortas… y no precisamente dulces.

Yu-Kyong le preparará una sorpresa a Hyeon-Wuk en una cita pero la sorpresa se la llevarán ambos cuando sean descubiertos por las amigas de ésta pillándolos infraganti. Inmediatamente comenzarán a circular los rumores y serán los cocineros de «La Sfera» los que acojan con incredulidad la noticia. Cuando lleguen al restaurante serán objeto de casi un interrogatorio pero avisados previamente por Eun-Su urdirán un plan para salir airosos: sí, Yu-Kyong confesará su amor por el Chef pero añadirá que tristemente no se ve correspondida. No obstante éste no será el único problema en la cocina ya que tras solicitar Ho-Nam ser promovido a la línea de Pasta, la joven restauradora tendrá que aceptar la orden de Hyeon-Wuk de pasar al de la Cocina local. Dada su inexperiencia en éste campo sus primeros pasos serán calamitosos lo que aprovechará el Chef para regañarla y así acallar los rumores dado el trato que da a ésta. Cansada de tanto reproche su alegre carácter al final se verá afectado teniendo Hyeon-Wuk que recular y rendirse: al día siguiente confesarán a todo el mundo que ambos se quieren.

En serio, no sé ni que escribir. Ha terminado por derrotarme. Y lo peor es que no puedo ni dedicarle improperios con los que desahogarme ya que tampoco llega a un límite exacerbante, solo que su contenido es tan exiguo – no me canso de recriminarle lo mismo – que no puedo explayarme en algún término.

Pero es que todo es tan idílico, por mucha confrontación dialéctica que haya, que no existe ni tensión. De haber un triángulo amoroso tendríamos algo de incertidumbre por saber con quién se quedará la protagonista pero cuando como aquí todo está tan claro, pues ni eso. Y es que el personaje de Alex es tan pánfilo que hasta desespera; cuando le descubra su «identidad secreta» a Yu-Kyong no habrá espacio material, dígase episodios, para que algo cambie, es mas, ya estará hasta casada con Hyeon-Wuk. En fin…

Y como no me considero una persona perezosa, ahí va un comentario que aunque un poco gratuito y fuera de contexto, tiene relación directa con sus intérpretes. ¿A qué no sabíais que cuando acabó la serie, en la fiesta de finalización de rodaje, Alex/Kim San se declaró a la que aún es su novia?. Y es que ésta interpretaba a una de las camareras de «La Sfera». No me diréis que el chico no es romántico hasta en la vida real.

15º CAPITULO: Remontamos el vuelo.

Tras pillarlos besándose, el Presidente Seol irá corriendo a chivárselo a Kim San esperando que éste propicie el despido del Chef. Sin embargo ante la aparente indiferencia del dueño del local, urdirá un plan mas elaborado: sembrará la discordia entre los diferentes miembros de la cocina. Así para empezar les contará al equipo «koreano» que sus compañeros «italianos» cobran mas. De resultas de esto, los primeros se rebelarán dejando de cocinar cuando a las primeras de cambio tengan una confrontación con Hyeon-Wuk. Tendrá que humillarse para que estos vuelvan al trabajo. No obstante la cosa no se quedará ahí ya que el Chef le pedirá a Kim San que equipare los sueldos para evitar males mayores. Ante las dudas de éste Hyeon-Wuk utilizará como arma el alto sueldo del Presidente Seol cuando ahora es tan solo un camarero. Al día siguiente cuando Kim San le diga a Seol que va a rebajarle el sueldo, el antiguo gerente lleno de furia se plantará en la cocina confesando lo que vio el día anterior. Sin defensa Hyeon-Wuk contará la verdad y para sorpresa de propios y extraños, dimitirá.

Pues sí, a pesar de lo dicho en las entregas anteriores hoy me ha parecido un episodio extraordinario con eso sí, algunas objeciones. Y digo que me ha parecido extraordinario porque precisamente ha corregido algunas de las objeciones que le hacíamos recurriendo a esas mismas soluciones que les estábamos dando, una de ellas, diversificar el protagonismo entre los muchos personajes. Y es que salvo la escena del autobús, acaramelada y poco creíble al máximo, y la del pasillo de su casa – qué desagradecida es la prota diciendo que casi enferma en el coche de Kim San – todos y cada uno de los personajes tienen su minuto de gloria.

Y ya no es el humor o la tragedia según el caso, son momentos como ese de la sublevación del equipo «koreano» donde la tensión se puede cortar con un hacha. Lo echábamos de menos.

Dejando de lado esto no puedo acabar sin explicar mis objeciones. Los guionistas siguen dando un poco de palos de ciego ya que si en el anterior capítulo Hyeon-Wuk decía que iba a confesar su amor por Yu-Kyong ante todos los componentes de «La Sfera»… ¿por qué tiene que ser Seol el que lo obligue a ello?. Y luego, ese final tan dramático… ¿no es volcarse a favor de una situación sin importar el sentido común?. Qué no es para tanto, digo yo. Claro todo apunta para qué este se convierta en el salvador de «La Sfera» pero me parece demasiado forzado. Veremos. El perfecto broche final para el tercer cuarto.

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PASTA (II) – Korea del sur – 2010 – Kdrama – (Ep. 6 al 10) de 20

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BREVE RESUMEN DE LOS CINCO PRIMEROS CAPITULOS:

Tras tres años como pinche de cocina en «La Sfera», un prestigioso restaurante italiano de Seúl, Seo Yu-Kyeong por fin va a poder coger las sartenes convirtiéndose en cocinera de pleno derecho. Sin embargo el destino será cruel con ella ya que justo el día de su «bautizo» el actual jefe de cocina será sustituido por Choi Hyeon-Wuk, un joven restaurador. A las reservas iniciales hacia los recién llegados se unirá la casi tiranía del nuevo chef con unas normas muy rígidas y un carácter especial. Su primera medida será despedir a todos los miembros femeninos de la cocina, incluyendo a Yu-Kyoeng. Sin embargo ésta no es de las que se rinden fácilmente y tras pasar tres años como ayudante no está dispuesta a dejar de perseguir su sueño; además solo ella conoce la otra cara de Hyeon-Wuk fuera de la cocina y sabe que esconde un lado mas amable. Tras mil y un avatares, la joven conseguirá ganarse un lugar tras los fogones pero aún no las tiene todas consigo. Por suerte cuenta con el favor del dueño del local aunque ella, y todos en «La Sfera», desconozcan la identidad de éste.

6º CAPITULO: Sorpresas, revelaciones y muchas risas.

A pesar del arrepentimiento y las peticiones de una nueva oportunidad por parte del Presidente Seol, Kim San será tajante: a partir del día siguiente ocupará su lugar haciéndose cargo de su propiedad. Cuando se presente ante los trabajadores estos se sorprenderán pero no será nada comparado con la noticia que éste les tiene que dar: va a cerrar el restaurante. Tras el susto inicial Kim San les dirá que solo será cuestión de tres días para que descansen y vuelvan con fuerzas renovadas; eso sí, a la vuelta cada uno de ellos deberá presentar un plato lo suficientemente bueno como para por sí solo, reflotar el restaurante. Todos participarán en el concurso, incluso Oh Se-Yeong para según ella echar una mano a Hyeon-Wuk y así compensarle por lo sucedido en el pasado. En la búsqueda de un ingrediente económico, requisito impuesto por Kim San, el destino volverá a unir al Chef y a Yu-Kyoeng; ambos se encontrarán en la costa persiguiendo un pescado bueno, bonito y barato…

Ésta vez sí, el episodio es redondo. Quizás me sepa mal la «salida» del Presidente Seol pero por lo demás, perfecto.

Por un lado, el giro que se le ha dado a la serie dando un protagonismo especial a la gastronomía me encanta. Es un placer ver a los personajes fuera de la cocina e incluso entorno urbano ya que es ahí donde se aprecia la verdadera Korea. Ver a la protagonista junto a los pescadores me hace recordar mis días en Yeosu, esa localidad que en el 2012 se hará mundialmente conocida gracias a la Expo pero que cuando yo la visité era un simple pueblo; pues bien siempre recordaré como sus gentes se abrían a cualquiera sin como en mi caso, existiera una comunicación formal por culpa del idioma.

Y por el otro lado es genial el enfoque que se les está dando a los personajes. La vulnerabilidad de Hyeon-Wuk frente a Yu-Kyeong es divertidísima y el sincero enamoramiento de ésta resulta fresco acostumbrados a relaciones platónicas inconfesables. Sí, es pronto pero también es original.

Y por último me congratulo de la segunda vida dada a Kim San. No se puede negar que el chico sea un encanto, siempre con la sonrisa en la boca. ¿Y su «hermana» Kim Kang?. Superpicaruela. !! Qué pareja ¡¡.

7º CAPITULO: Comienzan los cruces. Menos mal que estamos en las preliminares.

De regreso de la excursión a la costa Yu-Kyoeng se encontrará con dos retos. Por un lado Kim San le relevará de sus obligaciones en el concurso de la confección de un plato para el menú de «La Sfera» pero deberá a cambio participar en un lunch benéfico a celebrar en un lujoso hotel junto a otros restauradores para ganar prestigio; y por el otro, deberá aconsejar y alentar a Hyeon-Wuk para que gane a Oh Se-Yeong y así fastidiar a su antigua amante. Ocultándole la causa la jovencita se desvivirá ya que cree que las motivaciones de éste solo responden al afecto que siente por ella. La prueba para decidir el ganador se celebrará cosechándose alguna sorpresa como la precipitada salida del mismo del segundo Chef, algo que socavará su confianza. Finalmente los dos platos elegidos como los mejores serán los de Hyeon-Wuk y Se-Yeong teniendo Yu-Kyoeng que elegir finalmente a la ganadora.

Un mas que correcto episodio al que quizás se le puede echar en cara no haber aprovechado mejor la salida al exterior de los protagonistas. A mi parecer la excursión se hace corta.

Al menos se compensa con humor, un regusto culinario y finalmente un toque sentimental, eso sí, comedido.

Sobre lo primero, hay que aplaudir otra vez la labor de los secundarios representados por, como últimamente viene siendo habitual, las amigas de la protagonista y un Presidente Seol en su salsa.

De lo segundo, uno se puede relamer viendo los platos confeccionados por los personajes. Puede tener hasta varios favoritos según sus preferencias independientemente de un resultado final encorsetado por el guión debido al gran número de ellos. Eso sí, para hacer esas albóndigas ¿tuvo que irse a la costa Hyeon-Wuk?.

Y por último comienzan las primeras escaramuzas amorosas por la protagonista a pesar de que algunos de los contendientes ni lo sepan, caso de Yu-Kyoeng. Me encanta el personaje de Kim San y no solo porque lo interprete un artista por el que siento predilección. A su encanto continuo – no hay momento en el que no sonría – se le unen sus acciones. Hoy está soberbio con esa «pantalla» de la que me niego a dar mas datos: es poco creíble ya que en realidad un chico interesado en una chica no actuaría así pero demuestra su buen corazón. Lamentablemente sé que, como suele ser habitual en estos seriales, no se quedará al final con ella pero bueno, mientras tanto, disfruto.

8º CAPITULO: Un momento de tensión.

Kim San anunciará a sus trabajadores que Oh Se-Yeong acudirá al restaurante para realizar el plato ganador del concurso tal y como quedaba estipulado en las reglas. A Yu-Kyoeng esto no le sentará nada bien y como un niño malcriado no acudirá a trabajar dejando plantados a sus hombres poniéndolos en un aprieto. Esa misma noche las desgracias se ensañarán con «La Sfera» cuando Hyeon-Wuk se quede encerrada en el congelador. A pesar de su fuerza de voluntad finalmente se rendirá cortando la corriente eléctrica; sí, salvará su vida pero echará a perder todos los alimentos guardados en él. Al día siguiente todos pondrán de su parte para intentar salvar la difícil situación y mas en ésta ocasión ya que por la noche se ha de presentar el nuevo menú delante de los medios de comunicación.

Flojita, la verdad es que me ha parecido la entrega mas floja de las que llevamos en la serie. Y es que no solo el contenido resulta exiguo si no que algunas de las situaciones no me parecen – opinión personal – todo lo acertadas que deberían.

Se salvan las escenas de dentro del refrigerador con esa lucha interior de la protagonista pero su resolución no está nada bien rematada. La respuesta de Yu-Kyoeng no solo es ambigua, cosa que se encarga de resaltar la propia Hyeon-Wuk en el desenlace, dando una de cal y otra de arena si no que no resulta creíble dado el carácter cretino del mismo. Al igual que no entiendo la salida de Kim San. Todo me parecen argucias de los guionistas para acomodar a su conveniencia las situaciones, en el caso de Yu-Kyoeng ahora soy bueno y ahora malo y en el de San, ahora la defiendo y ahora, no. No sé, muy raro todo.

Lo mismo que ese final tan estiraaaaaaado y poco reconfortante. Teniendo como tienes a Kim San que bebe los vientos por ti tienes que fijarte en el mas ruin de los hombres. No me extraña que ligase tan poco cuando yo era joven, las mujeres siempre os fijáis en los malos chicos y luego pasa lo que pasa… Bromas aparte, espero que la cosa mejore.

9º CAPITULO: Por el hilo de alambre.

La irrupción de Se-Yeong en la cocina será todo lo caótica que se esperaba. Ambos chefs querrán imponer su opinión y los fogones de «La Sfera» se convertirán en un campo de batalla. Algunos de los cocineros disfrutarán con la situación de verlos enfrentados pero otros como Hyeon-Wuk se encontrarán en tierra de nadie no sabiendo a quién hacer caso. En medio de ésta confrontación el Presidente Seol por fin conseguirá llamar la atención de Kim San retornando al restaurante; eso sí, como camarero. Y mientras unos se preparan en secreto para ganar el concurso de restauración, la guerra entre Se-Yeong y Yu-Kyeong se cobrará la primera víctima cuando en medio de una discusión Hyeon-Wuk resulte herida al saltarle aceite de una sartén.

Recuperamos el tono perdido en la anterior entrega al encontrarnos un episodio que aunque igual de intrascendente resulta mas ameno.

El regreso del Presidente Seol es no por mas esperado, todo un acierto y es que Lee Sung-Min es un genio en éstas lides y sus responsables lo saben. Por ejemplo, en éste episodio le regalan el mejor pasaje como es ese representado por la llegada de un Ryu Seung-Beom interpretándose a sí mismo dando cancha al humor. Su postura canalla la aprovecha Seol/Sung-Min para acentuar su vena cómica.

Por lo que respecta a las relaciones sentimentales seguimos como siempre pero al menos no resultan los discursos tan forzados como en el octavo capítulo. Hyeon-Wuk sigue erre que erre empecinada en Yu-Kyeong mientras que el pobre Kim San solo recibe indiferencia y hasta desprecio. No si al final el chef y la cocinera van hacer buena pareja…

10º CAPITULO: Giro argumental.

Mientras que Hyeon-Wuk siguen con su intento de conquistar a Yu-Kyeong, los problemas continuarán en la cocina. Ante la idea de Se-Yeong de cambiar el caldo vegetal que sirve de base para los platos de pasta por uno de pollo, los tres chefs «italianos» decidirán rebelarse e irse de la cocina. El tiro les saldrá por la culata ya que el ex-presidente Seol aprovechará la oportunidad para traer de vuelta a las tres cocineras despachadas cuando llegó Yu-Kyeong para ayudar en el entuerto. Al verse en la calle, los rebeldes, a los que se les había unido Hyeon-Wuk intentando que cambiasen de opinión, regresarán pero para su sorpresa su jefe y amigo no se ha tomado muy bien su «espantá». Por suerte Yu-Kyeong intercederá por ambas partes y aprovechándose del afecto que cada vez mas le tiene Hyeon-Wuk, obrará el milagro.

Otro episodio de poco contenido y lo que es peor, ritmo cansino; ya no solo es ese desenlace predecible si no que el mismo aparece alaaaaaaargado hasta casi la desesperación. Y es que para desembocar en esa falsa sorpresa, se recurre a un porrón de carantoñas edulcoradas y ñoñas.

Hemos sobrepasado el meridiano de la serie y estas cucamonas no nos hacen albergar muchas esperanzas de que la serie vuelva a recuperar el tono fresco y divertido con el que se había presentado y mas cuando a nuestra protagonista nos la pintan como una cabezona algo ligera de cascos en lo que a sentimientos se refiere. Que me perdonen, pero así lo pienso… hasta su padre piensa igual que yo.

Por último y como anécdota. El que os habla es un especialista en cocinar mejillones – clotxinas en mi tierra – y como tal por mis manos han pasado, sin exagerar, miles de ellos. Pues os aseguro que si limpias estos como os proponen en la serie es igual que si no hicierais nada. Lo del nanax – estropajo metálico – pase pero no hay nada mejor que rascar con un cuchillo. Ya me dirás tu como frotando una concha con otra vas a quitar los cirrípedos…

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PASTA (I) – Korea del sur – 2010 – Kdrama – (Ep. 1 al 5) de 20

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La elección de una serie para visionar es una decisión delicada; podría decir que meditada pero quizás estaría cometiendo un error ya que al moverme por impulsos, no es la manera mas acertada para definirla.

Y es que claro atarte a una serie durante meses teniendo en cuenta que mi señora esposa y yo vemos un episodio o dos por semana es algo que hace replantearse muy mucho que ver.

Normalmente son unas caras conocidas las que ejerciendo de gancho me tientan desde sus carátulas; otras veces es la propia repercusión de las mismas las que incitan a su visionado y las que menos, una temática. Pero sea como sea, casi ninguna veo atiendo a recomendaciones. Y no es cuestión de ser descortés, solo esa «mi» errática idiosincrasia que me lleva a creer que mi criterio no suele comulgar con el «populacho». Pues bien ésta «Pasta» se puede considerar una excepción.

Excepción porque no solo responde a una recomendación sino porque paradójicamente contenía unas premisas que atendían a ese interés descrito líneas arriba.

Para empezar tenía tres caras lo suficientemente conocidas – y a mi gusto – como para invitarme a verla. Su protagonista masculino Lee Seon-Gyun fue la «alternativa» al mas popular Gong Yu en «The 1st shop of Coffee Prince/Coffee Prince», una de las series de referencia en el país y por descontado una de mis/nuestras favoritas.

Alex (Chu) es uno de los cantantes mas reconocibles dentro del panorama musical surkoreano y eso, creedme, es muy difícil. Si encima debes tu popularidad a la pertenecía a un grupo maduro no orientado para adolescentes – el estupendo «Clazziquai Project» – el mérito es doble. Sobra decir que es uno de mis artistas favoritos.

Y tercero pero no menos importante, el menospreciado Lee Hyeong-Cheol, o lo que es lo mismo, el eterno secundario. En «On Air» lo odié pero en «City Hall» lo… ejem… adoré.

Si estos tres no eran ya suficiente motivo para animarme a verla aún quedaban un par de detalles importantes. El primero, que el argumento girase alrededor del mundo culinario y el segundo, su éxito de audiencia.

En mas de una ocasión ya os he comentado que soy un buen cocinillas fascinándome todo lo relacionado con los fogones. Siempre que tengo tiempo me pongo el delantal que me regaló por cierto mi hijita Jung – no es coña, se lo puse en honor a Kim Ah-Jung – para dar rienda suelta a mi «vocación» gastronómica. Esa atracción por ejemplo fue la que me llevó a ver «Gourmet», otro serial compatriota de éste igualmente recomendable.

Sobre la popularidad de la serie, sucedió algo inusual; de modestas cifras de audiencia no llegando a entrar entre los programas mas vistos del día en sus primeras entregas a romper records en sus últimos capítulos.

Entonces, ¿por qué no me había decidido a verla?. Fácil, porque como he dicho, soy un tipo demasiado peculiar. Fijaros: no quería verla porque sencillamente me repelía que una serie surkoreana tuviese como escenario un restaurante italiano cuando la cocina local me parece muy superior. Una chorrada, sí, pero así soy yo.

Tuvo que ser una decepción como las sensaciones recogidas por la fallida «Queen of reversals» y la recomendación del amigo Robert Albert de «Paella de Kimchi» las que finalmente me invitaron a ver la serie. No quería equivocarme y la suma de todos estos factores solo señalaban una dirección; debía dejar a un lado prejuicios chorras – y mas si pensamos que incluso me atrevo hacer mi propia pasta fresca… – y darle al PLAY.

1º CAPITULO: Arranque prometedor.

Tras pasar tres años como pinche de cocina, Seo Yu-Kyeong por fin va a dar el salto a la «Primera División». Su primer día como Chef comenzará de una manera sorprendente cuando conozca a un joven de camino al restaurante y le invite a salir por la noche. Luego y tras enterarse de que el hasta el momento Jefe de Cocina ha sido despedido, no podrá salir de su asombro cuando descubra que su nuevo amigo en realidad va a ser la nueva cabeza visible del restaurante. Pero lo peor está por llegar ya que tras evaluar las habilidades de su equipo, Choi Hyeon-Wuk como así se llama éste, decidirá dar una lección a todos los cocineros cortando por lo sano y despidiendo a los chefs mas contestatarios e incompetentes, incluyendo a Seo Yu-Kyeong. Sin embargo ello no será óbice para que ambos acudan a la cita concertada horas antes.

Bueno pues tengo que decir que como primer episodio ésta «Pasta» promete. Primero porque el ritmo que se le imprime al capítulo es tan vertiginoso como ese montaje que acompaña a algunas escenas y no solo las que describen el proceso de elaboración de algún plato. Véase por ejemplo, el discurso del protagonista exponiendo los motivos para despedir a parte de su plantilla.

Segundo, porque a pesar de que lo que cuenta tiene una gran carga dramática, la magia de una banda sonora instrumental alegre con ese ritmo descrito no da tiempo ni para que pensemos sabedores por otra parte de que estamos frente a una comedia.

Y tercero, los secundarios. Una de las virtudes de las series surkoreanas es que disfrutan de una fauna variopinta y divertida. Aquí el elenco en segundo plano es numeroso y dispar, a cada cual mas peculiar. Otro punto a favor.

Para acabar, es cierto que nos encontramos tanto con ideas robadas – «Esta cocina es un infierno» – como con esos tópicos y casualidades indispensables en éste tipo de producciones como que ambos protagonistas vivan en el mismo edificio o que el cambio de carácter de Hyeon-Wuk no haya por donde pillarlo pero en líneas generales, ésta primera entrega de «Pasta» te deja no tan solo con un buen sabor de boca – nunca mejor dicho… – sino expectante ante lo que pueda ocurrir. Notable Alto.

2º CAPITULO: Esta cocina es un infierno.

Mientras que las chicas de «La Sfera» aceptarán la decisión del nuevo Chef, Yu-Kyeong no se rendirá tan fácilmente tras haberse pasado tres años como ayudante. A Hyeon-Wuk no le hará gracia verla pero no podrá hacer otra cosa que aceptarla. El problema llegará cuando el resto de chefs quieran boicotear la labor de éste por lo que a la hora de la comida el restaurante se convertirá en un caos. Gracias a que éste había llamado anteriormente a unos colegas suyos, todo volverá a la normalidad. O casi, ya que los platos rotos los volverá a pagar Yu-Kyeong siendo de nuevo despedida. Al día siguiente retornará con la intención de seguir ocupando el puesto de ayudante a pesar de haber pasado el periodo de aprendizaje; esto no le sentará muy bien ni a otra vez Hyeon-Wuk ni a Geum Seok-Go, segundo al mando, que dolido en su orgullo tras ser degradado lo pagará con ella. Finalmente, Hyeon-Wuk verá la oportunidad de quitársela de encima cuando acepte una apuesta: llevar «a domicilio» unos spaguettis solicitados por Kim San, un cliente algo peculiar, y que éste decida cual de los dos platos elaborados por estos ha sido el mejor.

Genial, la serie sigue por los mismos acertados cauces con los que comenzó dándole incluso mayor protagonismo al mundo culinario, algo de lo que particularmente me congratulo.

Además las relaciones de los personajes por difíciles que sean no dejan de tener un apunte divertido, factor que por ejemplo ayuda a que no odiemos de buenas a primeras a Hyeon-Wuk. Es un cafre, no hace otra cosa que gritar y tiene la autoestima por los aires pero como su faceta humana, la que sale a relucir fuera del restaurante, no es del todo desdeñable, de momento no podemos aborrecerlo. Sí está claro que esto es una película…. mmm… serie y sabemos que es una exigencia del guión ya que por un lado sabemos que es imposible alguien tan bipolar de no sufrir una enfermedad como por el otro que poco a poco irá cambiando de forma de actuar; pero por esa misma razón, lo aceptamos y asumimos.

Luego la serie luce especialmente bien gracias a los detalles. A la buena selección musical, se le unen otros temas en segundo plano – los que ejercen de música de fondo de las escenas – que si eres conocedor del panorama musical del país, te resultarán muy conocidos. También y con mayor impacto, la gran cantidad de personajes que permite que la acción no se eternice en unos protagonistas dando mas cancha al humor.

Como objeción quizás le criticaría que debería dar protagonismo al personaje de Kim San dado su gracioso comportamiento.

3º CAPITULO: Erre que erre.

A pesar de perder la apuesta y ser de nuevo despedida, Yu-Kyeong no se dará por vencida acudiendo al restaurante a seguir con su labor de ayudante de cocina. Hyeon-Wuk será tajante al respecto declarando vacante la plaza e indicando que a partir del día siguiente se colocará un cartel en la puerta del local buscando a un nuevo pinche. El destino volverá a cruzar el camino de ambos cuando por la noche se reencuentren confesándole Yu-Kyeong a su ya ex-jefe su resistencia a dejar «La Sfera», una tozudez relacionada con su pasado y madre fallecida. A pesar que esto parece ablandar el corazón de Hyeon-Wuk la decisión tomada horas antes no permitirá que se eche atrás. Al día siguiente mientras nuestra protagonista busca trabajo intentará mejorar su técnica con la pasta en su propia casa no teniendo mejor idea para alcanzar la «perfección» que acudir como cliente a «La Sfera» para pedirle consejo a Hyeon-Wuk. Justo cuando finalmente encuentre trabajo se celebrará la prueba para designar al nuevo ayudante de cocina, una prueba a ciegas en la que participará por sorpresa la propia Yu-Kyeong.

Aunque el episodio de hoy no sea muy denso argumentalmente encontrándonos con reiteraciones de conceptos, la verdad es que nos topamos con una entrega bastante equilibrada. El arranque es divertido con el flashback que nos cuenta como entró la protagonista a trabajar en el restaurante; sin embargo esto solo será un recurso para que encajemos mejor el golpe dramático que enseguida nos dirigirán. En todo caso es de agradecer que la carga trágica nazca de un sentimiento tan común como el filial con lo que no solo lo asumiremos si no que hasta nos contagiaremos de él.

Y qué narices, el resto del episodio casi pasa por idílico. Sé que me repito pero por muy tirano que sea Hyeon-Wuk la terca resistencia de Yu-Kyeong, el encanto de Kim San y la complicidad de los secundarios compensa con creces la mala sombra de éste. Incluso esa previsibilidad que tanto acusa el capítulo la obviaremos ya que el objetivo es el deseado.

Tres apuntes finales; uno, otra vez ese montaje frenético. Es tan vertiginoso que ni llegan a verse las imágenes; y lo peor es que ni las situaciones lo requieren. Ver por ejemplo el pasaje en el que están a punto de pelearse los cocineros. Dos, la suerte que tiene la chica de encontrar trabajo tal y como están las cosas – en Korea el desempleo también es una lacra como se ha visto en las recientes «My dear desperado», «Delighted? Delighted ¡» y el también serial «Queen of reversals» – y tres, el desenlace; como decíamos era esperado pero lo que nos ha sorprendido de verdad es que sea la propia Yu-Kyeong la que tome la iniciativa quitándole la venda de los ojos a Hyeon-Wuk. ¡¡¡ Qué fuelllllte ¡¡¡¡.

4º CAPITULO: Peligro, comienzo a mosquearme…

Hyeon-Wuk no tendrá otro remedio que aceptar a Yu-Kyeong en su cocina rompiendo la norma autoimpuesta de no trabajar con mujeres. Sin embargo la tormenta no pasará del todo ya que tras conocer que los beneficios de «La Sfera» han menguado desde su entrada, el nuevo Chef querrá continuar con la reestructuración del restaurante cambiando varios aspectos del menú eliminado el foie gras, los encurtidos y disminuyendo la cantidad de salsa. Esto irá no solo en contra de la voluntad de los miembros mas antiguos del equipo sino de los propios clientes. En un principio le harán caso pero cuando las cifras desciendan aún mas el Presidente Seol decidirá tomar cartas en el asunto: chantajeando a Yu-Kyeong le pedirá que haga los encurtidos en secreto. Esta no tendrá otro remedio y a su pesar accederá, el problema surgirá cuando Hyeon-Wuk se entere.

El episodio de hoy está bien, muy bien a decir verdad pero comienza a cargarme la actitud del protagonista; ya no solo es su postura altiva sino incluso las reacciones de quienes le rodean evidenciando el carácter de folletón de la serie. Vamos a ver… si el tío cambia los esquemas del restaurante y pierdes dinero, lo despides y ya está. Claro que si haces eso te quedas sin serie.

Otra mas; a ver, Yu-Kyoeng ha estado trabajando codo con codo tres años con el mismo equipo. Ahora llegan los nuevos, la tratan como a una mierda y despiden a sus amigas… ¿y ella tiene dudas de al lado de quien ponerse?. Hombre por favor, un poco de sentido común.

Y el colmo es ya cuando Hyeon-Wuk coge a ésta de las solapas zarandeándola. ¿Hasta violencia física?. ¿Pero esto que es?. ¿A qué guionista se le han cruzado los cables?. Ya pueden arreglarlo, ya, que éste tipo para mi es una mala persona. Seguro que se volverá encantador y nos encandilará pero otra vez para mi solo será el mal recurso de un guionista oportunista. Menos mal que el resto del elenco y el tono de la serie mitiga éste grave error.

Por lo demás hoy, incidir en la necesidad de aumentar la cuota de pantalla de Alex/Kim San – en ésta entrega solo aparece un minuto – y aplaudir a Lee Sung-Min – el gerente del local – ese secundario casi siempre anónimo pero imprescindible.

5º CAPITULO: El comienzo del cambio.

Las cosas se pondrán aún peor si cabe para Yu-Kyeong cuando Hyeon-Wuk se entere de que ha sido sobornada por el suministrador de huevos. Ésta promulgará su inocencia pero pocos en el restaurante quieren creerla. El Presidente Seol, verdadero destinatario de la suma, intentará aprovecharse de la situación tirando balones fuera; su primer paso será examinar a los cocineros para desprenderse, ante la caída de ingresos, de los peor valorados. Sin embargo Hyeon-Wuk anda con la mosca tras la oreja por lo que decidirá ponerse en contacto con el Chef Totti para averiguar lo que pasó en realidad. Y mientras las indagaciones de uno avanzan y las presiones de otro alcanzan a todos, llegará un invitado sorpresa a «La Sfera», el Cónsul de Italia. Finalmente el día en el que el Presidente Seol deba calificar a sus trabajadores tomando drásticas decisiones, Hyeon-Wuk conseguirá averiguar lo que buscaba…

Veis, a esto me refería. Hemos pasado de un capítulo donde el protagonista era un ogro a otro donde comienza a ser encantador. ¿Qué pasa, qué padece de bipolaridad o simplemente es un poco esquizofrénico?. Sí, ya, todos sabíamos que esto iba a producirse pero no por ello debemos considerar que es una maniobra errónea y una salida fácil. Además estoy seguro que en cualquier momento retornará el «lado mas oscuro» de éste.

En todo caso es de agradecer ya que como reflejaba en la anterior entrega empezaba a ser cargante su actitud. Así, todo lo que se respira en el capítulo es buen humor sin tenernos que preocuparnos por el devenir de la protagonista. Casi perfecto.

Y digo «casi» porque hay dos cuestiones que no me han gustado. Una, esa larga secuencia en la que Hyeon-Wuk permanece en silencio pensativo ya que parece un vulgar relleno y dos, que se nos haya cortocircuitado ese final que parecía propio de los hermanos Marx con tanto personaje junto en el restaurante. Lástima, hubiese sido un capítulo de 10 en lugar del 9 que le voy a dar.
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