BREVE RESUMEN DE LOS DIECIOCHO PRIMEROS CAPÍTULOS:
Tras avistar la estrella de Jooshin muchos creyeron que el heredero de Hwanwoong, señor de todas las cosas, había nacido en el reino de Goguryeo. Muchos, encabezados por los malvados Hwancheon, un clan que aspira a dominar el mundo, pensaron que éste era Ho Gae, hijo de la hermana del Rey y entre otras muchas cosas, carismático y triunfador joven entre el populacho. Para estos pasó inadvertido Dam Deok, primo del anterior y menos popular entre su pueblo. Cuando el Rey, enfermo decida elegir sucesor se inclinará por Dam Deok y su bondadoso padre sorprendiendo a propios y extraños. A la tía de éste, viéndose traicionada, no le importará llegar incluso a intentar envenenar a su hermano con tal de alcanzar el trono. La providencia hará que éste se salve gracias a la ayuda de una amiga de su hijo, Kiha, que paradójicamente trabaja a escondidas para los Hwancheon. El resultado de ésta intriga palaciega se saldará con el suicidio de la princesa por miedo al deshonor y con la enemistad entre los dos primos. Los años pasarán y mientras los Hwancheon y los Hyunmu, un clan que busca todo lo contrario que los anteriores, cierran el cerco sobre el próximo Rey Jooshin que según la leyenda tiene que unir a los hombres en paz, las confabulaciones no cejarán. Ho Gae y su padre acusarán al Rey de instar a su hijo a secuestrar y asesinar a los hijos de unos ministros. Cuando Dam Deok luche por su inocencia, teniendo que afrontar por el camino la muerte de su padre, se desvelará su verdadera condición como heredero de Hwanwoong pero ni así sus enemigos estarán tranquilos; achacarán la revelación a una mentira e intentarán ganarse el favor del pueblo invadiendo a los reinos enemigos poniendo en evidencia la débil situación del nuevo Rey. La verdadera intención es recuperar cuatro símbolos sagrados que según la misma leyenda poseerá únicamente el verdadero Rey de Jooshin. En lugar de amedrentarse, Dam Deok iniciará su propia cruzada, resultando no solo vencedor en todas ellas sino capturando algún que otro símbolo sagrado. Por último, su regreso a la corte no será todo lo victorioso que quisiera ya que en Goguryeo, Kiha, su antigua amante, se ha hecho con el poder del Oráculo, estamento religioso del reino, dispuesta a arrebatarle su posición al frente de la nación.
19º CAPITULO: A pesar de no contener mucha acción otro tipo de emoción convertirá a éste episodio en uno de los mas importantes.
La lucha fraticida entre Kiha y Sujini acabará de una manera inesperada, con Chuh Ro y Sa Ryang heridos graves y la pequeña de las hermanas henchida de rabia y «encendida» con los poderes de su hermana. Mientras, Dam Deok da instrucciones a sus generales y ministros para transportar sus tropas hasta Khitan pero no para ayudar a su primo sino para hacer casi una misión humanitaria tras los destrozos que Ho Gae está causando. El padre de éste dando muestras de locura cree que el Rey envía a sus hombres a una muerte segura poniendo en sobreaviso a su hijo. De vueltas con Sujini y tras ser consciente de que puede ser el tan traído Fénix Negro con el que desde niña se le había aleccionado, decidirá acabar con su vida para evitar que pueda descontrolarse y llegar a consumir el mundo. Antes de ello decidirá despedirse a su manera de Dam Deok. A todo ello Ho Gae encontrará finalmente al hermano de Bason y por lo tanto, al codiciado símbolo del Tigre Blanco.
Como decía al principio poco espectáculo nos va a deparar éste episodio pero sí por el contrario, fuertes emociones. Y es que la despedida de Sujini se va hacer realmente dura a todo aquel que se haya enganchado a la serie, encogiéndole el corazón. La pequeña borrachina se ha convertido en nuestra hermana pequeña y la entereza con la que asume su destino resulta encomiable al igual que doloroso. No diré mas que hasta el mas impasible verá flaquear su ánimo.
Dejando esto hay que destacar dos aspectos, uno positivo y otro negativo. El primero, que tras varios episodios donde uno asumiendo la grandeza de su banda sonora ya casi se había olvidado de ella, en ésta entrega debo volver a poner de manifiesto la maestría de Joe Hisaishi componiendo unas piezas de gran plasticidad y sobrada belleza. El primer cuarto del episodio casi se realiza sin dialogo alguno, dejando que la música del compositor japonés hable por los personajes. Soberbio.
Y el segundo, que parece mentira que disfrutando de tales bondades artísticas y técnicas, en éste episodio se aprecien un par de cortes bruscos en el montaje que estropean el resultado final. Quizás tan solo es que soy demasiado exigente…
20º CAPITULO: Otro episodio de transición en el que todos los frentes preparan sus estrategias.
Dam Deok y sus hombres llegan a las tierras de Khitan y acampan bajo las órdenes del Rey en el mismo lugar donde horas antes Ho Gae había cometido una masacre. Sus lugartenientes no entienden su postura ya que en lugar de esconderse el monarca ha optado por mostrarse a todas luces. Mientras, Jumuchi intenta rescatar a Dalbi y Bason de manos de Ho Gae pero para su desgracia será descubierto; sorprendentemente el primo del Rey les dejará marchar aunque posteriormente y en secreto mandará a sus hombres que los persigan y maten. Inteligente, Jumuchi adivinará sus intenciones y lograrán escapar de la muerte. En Goguryeo Kiha pondrá a prueba la lealtad de Sa Ryang y tras darse por satisfecha intentará persuadir a un rehabilitado Yon Ga-Ryuh para que rija el país a su conveniencia. A todo esto, Dae Jang-Ro animará a sus aliados para que convenzan al Rey de Baekje de que recupere sus fuertes atacando a una desguarnecida Goguryeo. De vuelta con Dam Deok, éste por fin verá los frutos de su estrategia: las tribus reunidas de Khitan con un tal Atila a la cabeza – no, no es el que conocemos… – retarán al Rey.
Aunque por desarrollo éste episodio resulte intrascendente se puede decir que es bastante completo ya que todos y cada uno de los personajes de la serie por secundarios que sean, tienen su parcela de protagonismo.
Así es que poco hay que comentar en éste episodio mas que un par de detalles. Uno, que se nota el ahorro de energía para poder acoger mejor el «sprint» final de la serie, es decir, entre tres «flashbacks» y un par de pasajes al mas puro estilo «videoclipero», el contenido del episodio queda reducido a un 75% del metraje.
Y dos, que en la misma línea resulta desconcertante y hasta un poco cargante la postura que mantiene Yon Ga-Ryuh. El tío del Rey parece una veleta sin rumbo fijo y no extraña que cualquiera lo pueda manipular viéndosele los puntos flacos a la legua.
21º CAPITULO: Solo hay una manera de calificar lo que se presenta ante nuestros ojos: soberbio.
Yon Ga-Ryuh harto de ser el instrumento no solo de unos y otros sino también de su propia ambición, tomará una última decisión. Y digo última porque tras abusar de la confianza depositada por su sobrino, hurtando y enviando a su hijo los dos símbolos sagrados custodiados en Goguryeo, Yon Ga-Ryuh determinará suicidarse consciente de su traición. Ajenos a todo esto Dam Deok y sus hombres acudirán al encuentro de Atila y a pesar de la tensión que amenaza con acabar con sus vidas, el monarca logrará exponer su plan para ganarse la confianza de las tribus que habitan la planicie de Khitan. Mientras estos piensan si aceptan la oferta del Rey, Dam Deok no perderá su tiempo poniendo en marcha otro plan para bajar la moral de las tropas de su primo promoviendo la deserción y revueltas internas. Ho Gae no se lo tomará a bien y ejecutará a todo aquel que decida traicionarlo. En medio del baño de sangre y mientras Dam Deok se acerca al campamento de éste para sorprenderlo, llegará Kiha que no solo le traerá los símbolos sagrados sino sendas noticias funestas como son la muerte de su padre y que espera un hijo de Dam Deok. Herido y humillado, Ho Gae montará en cólera, echará a la mujer con incluso dolores de parto y se preparará para la batalla.
Sin mas escenas de batalla que un par de «ajusticiamientos» éste capitulo vigésimo primero resulta especialmente estimulante por las situaciones y hasta conclusiones que alcanza.
La muerte de Yon Ga-Ryuh, por muy negativo que haya resultado el personaje, no deja de ser conmovedora y eso es lo que hace grande a ésta serie. Y es que hasta el peor y mas pequeño de los personajes que concurren en la misma tiene no solo un rico repertorio de matices sino unos rasgos que a fuerza de ser «humanos» resultan mas creíbles. Por ejemplo éste personaje termina su participación en la serie siendo consciente de sus errores y como tal los asume. Podemos decir que su determinación a día de hoy se antoja trasnochada pero tenemos que ponernos en situación ya que estamos tratando con hombres donde el honor importaba mas que el dinero y/o la posición social.
Lejos de consignas éticas y trascendentales, uno disfruta oyendo de boca del protagonista su estrategia para vencer a su primo comprendiendo pasos dados en el pasado – p.e. la declaración de insurgencia de sus hombres – que tenían un significado mas allá del aparente. Ésta planificación y cuidado por el detalle no solo demuestra una inteligencia superior por parte del héroe de la serie sino – y menos superficial – un esmerado trabajo a cargo del equipo de guionistas de la misma.
22º CAPITULO: Muertes, drama, sorpresas y mucha acción… ¿qué mas quieres?.
Tras el precipitado parto de Kiha que incluso hizo tambalearse en la distancia a Dam Deok, Sa Ryang le pedirá a Sujini que coja al bebé y escape de allí. Ante la negativa de ésta el esbirro de los Hwancheon le contará toda la verdad, que ella es hermana de Kiha y que el recién nacido es hijo del Rey. Sorprendida no dudará en hacer caso a éste y escapar en las propias narices de Dae Jang-Ro, el cual será víctima del engaño de Sa Ryang cuando le presente otro corazón de un bebé que no es el que espera. Para darle mas realismo a la trampa, nada sabrá Kiha que creyendo que Sa Ryang le ha traicionado, le dará muerte. Pero el sacrificio del anegado héroe será en balde ya que pronto Dae Jang-Ro será consciente del ardid del que ha sido víctima. Mientras Dam Deok sale a la búsqueda de un Ho Gae que ha visto como sus tropas se le rebelaban y ponían al servicio del monarca. Desamparado, los hombres de Khitan buscarán también su cabeza y será el propio Dam Deok el que paradójicamente salve su vida. Humillado y rencoroso, Dam Deok sacará fuerzas de flaqueza golpeando mortalmente a su primo pero Jumuchi se interpondrá en el camino de la espada de Ho Gae, salvando a su vez al Rey. Éste hecho resultará engañoso ya que la muerte de Jumuchi esconderá un asombroso descubrimiento. Finalmente una repuesta Kiha junto a un fugitivo Ho Gae se unirán para acudir al encuentro de Dae Jang-Ro y saber sus pretensiones…
Como decía al principio éste episodio no decae en intensidad ofreciéndonos un contenido no solo completo sino atractivo.
Y es que por mucho que resulte predecible la muerte de Sa Ryang, ajustando su destino al estereotipo de sacrificado subalterno de buen corazón, el hecho que propicia su fallecimiento (asesinato) tiene mas connotaciones que las del sacrificio ya que para Kiha, casi todos los hombres que la han rodeado – y querido – han muerto por su mano.
Dejando de lado conclusiones y reflexiones, podemos decir que como vehículo de entretenimiento, éste vigésimo segundo episodio contiene una fuerte dosis de acción centrada principalmente en esa lucha entre los hombres de Khitan y los de Goguryeo que ya no solo por su extensión – algo mas de 10 minutos – sino por su contenido – sangre digital, uso del cable y una buena coreografía – la hacen espectacular y recomendable para todo aficionado a la épica.
Por poner una objeción decir que la «muerte» de Jumuchi resulta un tanto fría, tanto que denota que hay algo oculto; cuando encima te dan la «sorpresa» dando una explicación al hecho, uno se queda con esa sensación de que tiene que creerla mas por fe que por lógica. Pero bueno…. lamento no poderme explayar mas pero prefiero reservar el «descubrimiento» al espectador.
23º CAPITULO: Aunque pueda parecer extraño a estas alturas, lamentablemente nos encontramos frente a un episodio deslavazado y casi sin contenido.
Tras recibir la carta desde el antiguo imperio Yan, Dam Deok tiene la firme creencia que Sujini se esconde tras la misma. Cuando lleguen a tierras de Yan, el General responsable del reino les pondrá al tanto de la situación: el hermano del príncipe heredero quiere matar a éste para «relegarlo» en la línea sucesoria. A pesar de contar con pocos hombres Dam Deok y los suyos lograrán salvar al príncipe. Pero de lo que interesa a nuestro Rey, es decir de Sujini, solo encontrarán un ligero rastro pero nada tangible; y es que la jovencita escapará del lugar sin que pueda ser vista por los héroes. De vuelta a Goguryeo, Dam Deok tendrá que hacer frente a los continuos ataques de Baekje rechazándolos durante años hasta que al final obtenga la rendición de su Rey Ashin; éste le jurará lealtad a cambio de que se comprometa a llevar la paz a su tierra. Pero ese será el menor de sus problemas ya que desde varios frentes, tropas venidas del imperio de Yan invadirán las tierras de Goguryeo y Shilla. Pronto el Rey se enterará de que detrás de todo se esconde la mano de los Hwancheon.
Varias son las causas que convierten a ésta entrega en una de los peores – o menos buena – de la serie. La principal, como ya anunciaba al principio, es que se encuentra bastante deslavazada.
Estructuralmente el capítulo se puede dividir en tres: una primera parte centrada en la línea sucesoria del Imperio Yan que rompe con la linealidad de lo que se venía narrando ya que como se suele decir, no viene a cuento; una segunda, precipitada y endeble que viene a resumir los años de guerra con Baekje y que no sirve para otra cosa que para justificar el paso del tiempo y una tercera algo lenta que como al principio, no tiene mas objetivo que conducir a los personajes al encuentro con Sujini. Solo los minutos finales con el retorno – curioso – de casi todos los personajes de la serie que parecían olvidados como Ho Gae, Kiha, el jefe de Julno, Dae Jang-Ro, etc. darán la verdadera medida de lo que se espera en un penúltimo episodio. Y es que parece que se lo han dejado todo para el final.
En la misma línea y continuando con los motivos que hacen de ésta entrega un episodio olvidable, decir que en ésta ocasión se abusa tanto de esos minutos musicales sin mas misión que unir el tema central de la serie con imágenes evocadoras como de flashbacks.
Por último, dos detalles en forma de fallos de racord. Hay que ver lo rápido que le crece el pelo a Sujini; el bebé sigue siendo un recién nacido pero ella ya tiene una larga melena. Y dos, fijarse en la primera imagen de la criaturita y cuanto pelo tiene para minutos después verlo con la cabeza como una bombilla.
24º CAPITULO: Llegó el final… sin mas.
Dam Deok se encuentra finalmente con Sujini y a pesar de que ésta se muestra reticente a volver junto al Rey, aceptará aunque reservándose contarle la verdadera identidad de su «sobrinito». Mientras, en palacio, todos andan preocupados por la invasión de Goguryeo y los ataques a Shilla; sin embargo el problema mas gordo lo tienen en su misma «casa» ya que sorprendentemente el propio Teniente de Dam Deok se descubre como espía de Dae Jang-Ro. Utilizándolo, el malvado líder de los Hwacheon se enterará de la presencia del hijo de Kiha y Dam Deok haciendo uso de él por demás para secuestrarlo. Sujini no tendrá ya excusa para ocultarle al Rey que el niño es hijo suyo lo que unido a que con éste, Dae Jang-Ro ya no lo necesita, Dam Deok no tendrá otro remedio que acudir a Abullansa para solventar de una vez por todas el conflicto. A pesar de que las tropas del Hwancheon junto a las de Yan los triplican, no conseguirán amedentrar a nuestros héroes. Dam Deok y los suyos llegarán al palacio justo en el momento en el que Kiha está a punto de sacrificar a su hijo…¿o no será ella?.
Así de enigmático dejo el final de la serie ya que creo que tampoco es cuestión de destriparlo.
Lo que si que añadiré serán varios comentarios.
Primero, que a pesar de que en el anterior episodio hablábamos de entrega superflua e innecesaria, ésta por el contrario se presenta algo precipitada. Ya no es ese desenlace ambiguo que podríamos hasta tachar de abierto sino de cuestiones que se quedan en el aire. Y no, no es ese incierto devenir de los personajes sino la desaparición de otros como la del propio Teniente.
Segundo, esa misma indecisión que comentaba por zanjar asuntos. Vale que tengamos mas de una muerte pero hay demasiadas cuestiones, situaciones y cabos que se quedan sin atar.
Y tercero, con toda la acción y efectos especiales que ha tenido la serie éste última entrega puede antojársenos un tanto pobre. La gran batalla final peca de demasiados primeros planos y paradójicamente de lo que veníamos narrando respecto a las sangrías, algo inocente.
CONCLUSIONES:
La primera nota distintiva y a agradecer es que «The legend» prescinda de un protagonismo romántico. Hay algunas connotaciones sentimentales pero son tan solo apuntes que ayudan a construir la historia y los personajes.
Otro punto a tener en cuenta es que a pesar de que la serie haya ido de mas a menos, en ningún momento ha sufrido un descenso en lo que a calidad se refiere.
Mas en el plano personal decir que por encima de nombres y estrellas, en la serie quienes brillan con luz propia son los personajes secundarios gracias a sorprendentemente un sentido del humor bastante remarcado.
Resumiendo, «The legend» es una serie no solo recomendada para el aficionado a la épica sino para el público en general. Y es que no solo presume de un argumento sólido, una cuidada dirección artística y estrellas de renombre sino de otros valores que invitan tanto a la reflexión como a la emoción.