Terminada de un tirón la segunda temporada de “Kingdom” y cómo suele ser habitual en estos casos el descenso es apreciable aunque no llega a ser la calamidad como en otros seriales tipo “Altered Carbon” o “Westworld” llegadas sus segundas temporadas.
Aquí, perdido el factor sorpresa, se ha limitado a seguir los cánones de los KDramas de espíritu histórico, es decir, plasmar diversas intrigas palaciegas acentuando las tramas que traíamos de la anterior etapa.
Así argumentalmente todo resulta sumamente previsible. Excesivamente predecible me atrevería a decir. Y no solo para el que esté acostumbrado como decía a los seriales y películas del país, es que le falta factor sorpresa.
Es cierto que este “factor” se reserva para alguna… “baja” pero esto también corre en su contra ya que a pesar de que el número de personajes crece no hay tiempo para que estos adquieran personalidad propia y ante el descenso de protagonistas –que me callo y creo que ya me estoy pasando- el nivel de carisma se reduce hasta niveles mediocres.
Orientado al consumo occidental, “Kingdom” va a sorprender a muchos que desconozcan el trasfondo histórico en un país donde siempre ha habido intrigas, hijos bastardos, luchas de poder, concubinas, etc. llegando a entusiasmar, pero al más ducho en estas historias, como decía en el anterior párrafo, le va a saber a poco. Pero como en todo, depende del bagaje y no tanto del gusto de cada uno.
Y es que el que busque esos zombies que la hicieron saltar a la primera plana de redes sociales y medios especializados que vaya cambiando de idea. Los ataques zombies se centran casi únicamente en el primer y último episodio. Mucha acción, mucha sangre y una realización trepidante pero… ¿es suficiente dos episodios?
Otra decepción es su parte final. A esto lo llamo yo estirar la morcilla con todo lo negativo que conlleva. Habías finiquitado el asunto decentemente. Previsible sí, pero con un final digno. ¡¿Y te sacas de la manga eso?!
Si encima le quitas el poco humor que tenía pero que resultaba gratificante…
Resumiendo; por un lado “Kingdom” sigue teniendo la entidad local en sus formas y contenido pero por otro cae en el mercantilismo y especulación de Netflix. Sin ser un desastre, sí que decepciona al no intentar sorprender y ser algo fresco como pasó con su primera temporada en plena fiebre zombie. Ahora se ha acomodado y se ha limitado a seguir sendas que le son familiares. Continuismo pero del malo. Salida fácil.