Lo más oído, bailado y tatareado en Korea del Sur – Gaon Chart 19/10/2015

Nueva cita con lo que más se oye, baila y tararea en Korea del Sur, como siempre –o casi, ya que al principio fue el mítico “Pops in Seoul” el que me servía de guía- siguiendo la lista de éxitos de la Gaon Chart que institualizó el Ministerio de Cultura surkoreano según el número de ventas y descargas electrónicas. Así, los vídeos que he querido destacar de esta semana que musicalmente comenzó el día 19 de Octubre son:

KIM DONG WANI’m fine” (Novedad): Hace bien poco os traía el último vídeo de Ju Jin en solitario; pues ahora el de su compañero en los “Shinhwa” y si cabe más popular Dong-Wan. Como en él es habitual, cuando se sale de la banda, nos regala un trabajo –hablo de su álbum al completo- más personal y menos pop. Por ejemplo, en este caso nos ofrece una pieza con más querencia al rock –sí, rock ligero-, pero más básico y descarnado. No obstante, ello no quiero decir que el tema sea pobre, solo distinto. Porque comercial, no se puede decir que no sea. Ya veréis que poco tarda en situarse en lo alto de la tabla, porque adictivo es un rato. Por esa razón, el vídeo es tan… sencillo, con primeros planos del artista y de sus compañeros instrumentando el tema.

YU SUNG EUNNothing” (Número 16): Me encanta. En serio. Sé que estos “triunfitos” –aunque en esta ocasión fuese componente del programa “La voz- están desprestigiados, pero esta vez no solo la canción tiene calidad sino que hasta el vídeo transmite un sentimiento de ruptura con lo convencional que es lo que me lleva a decir que me entusiasma. En él como casi siempre tenemos eso mismo, una ruptura sentimental, pero es estupendo como se supera el trauma a través de la comida. Es una tontería, lo sé, pero el presunto “papito” es encantador y junto a la alegría que trasciende de las notas de la canción, logra que lo que podría ser algo triste y melancólico se transforme en esperanza y determinación.

KYUHHYUNA million pieces” (Número 6): Balada con invitada de lujo –Ko Ah-Ra- y escenario excepcional –Zurich- para el single en solitario de uno de los Superjuniors más singulares del grupo. ¿El problema? Pues además de que la canción es bastante tipificada -no trae nada nuevo respecto a los temas románticos de solistas en el país con todo lo bueno y malo que tiene ello-, la parte final cae en el error de lo que decíamos en el anterior vídeo: a los surkoreanos no les gusta ser felices y tienen que meter drama quieran o no. Aquí es todo idílico, un cuento de hadas con dos personajes entregados, y va y… Desastre. En serio, me indigna esa actitud. Dejando de lado impresiones personales, no se puede decir que el conjunto no dé para una película o Kdrama… ¡Menuda fotografía!

TAEYEON feat . Verbal JintI” (Número 2): Y damos el salto de Europa a Australia (o Nueva Zelanda), donde la popular componente de las “Girl’s generation”, con la ayuda en los rapeos de Verbal Jint, nos deslumbra y enamora a partes iguales no por una canción que por otro lado podría interpretar cualquier diva occidental, sino con una imagen fresca e inocente pero a la vez sensual. Otra vez una cuidada fotografía junto a unos parajes de gran belleza -aquí mezcla de campiñas con agrestes desiertos y escarpadas bahías-, conforman el perfecto caldo de cultivo para que la estrella brille sin par. ¿A nadie le parece como a un servidor la viva imagen de una elfa? ¡No nos extraña que los surkoreanos tengan tantos juegos épicos con tan buenas referencias para inspirarse! Lejos de bromas –o no- lo que darían muchos por conocer a Taeyeon…

ZION.TNo make up” (Número 1): Es curioso. Empezábamos el resumen de esta semana con Kim Dong-Wan diciendo que cuando aparece en solitario se aleja de la imagen a la que se vincula con su banda. Pues ahora nos llega Zion.T, una de las figuras más representativas –y reivindicativas- del hiphop en su país, y lo hace con un tema 100% Pop. En ningún momento lo vemos rapear, solo cantar e interpretar. Si esto no es salirse por la tangente… Y lo mejor es que lo hace de una manera más que digna, estupenda, por lo que no nos extraña que haya alcanzado el número uno de la lista. El vídeo es verdad que es poco ambicioso, en blanco y negro y con escenarios, como un hangar, poco atractivos, pero quizás esa desolación se ajusta con el mensaje de la canción, una desnudez que solo da cabida a los sentimientos.

Vamos, que esta semana no me puedo quejar: todas las canciones han sido atractivas y con calidad. El Top Five, también…

Número 1: ZION.T “No make up”

Número 2: TAEYEON feat . Verbal Jint “I”

Número 3: LIM CHANG JUNG “Love again”

Número 4: SOYOU, BROTHER SU “You don’t know me” OST “She was pretty”

Número 5: BTOT “I mean”

Y nada más, emplazándoos hasta dentro de 15 días, solo me queda deciros que sigáis atent@s a este blog ya que todos los días subimos noticias, vídeos y reseñas del mundo del entretenimiento surkoreano y asiático en general –incluyendo de K-pop-, y que además podéis darle al “Me gusta” de la página de Facebook para no perderos nada. Gracias y… ¡Annyeong!

YOU’RE ALL SURROUNDED (IV) – Korea del sur – 2014 – Kdrama – (Ep. 16 al 20) de 20. FIN

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BREVE RESUMEN DE LOS QUINCE PRIMEROS CAPÍTULOS:
Ji Yong se quedó huérfano cuando asesinaron a su madre. Toda su vida la ha dedicado a vengar su muerte y así, con ayuda de su tutora en el orfanato, la Comisaria Jefa Kang, logró no solo convertirse en oficial de policía sino incorporarse en la misma comisaría donde trabaja el Detective Pan-Seok, una leyenda del cuerpo al que Ji Yong, ahora bajo la identidad de Dae-Gu, cree cómplice del asesino de su madre. Junto a este y a otros de sus compañeros de equipo -Park Tae-Il, Ji Guk y Eo Su-Seon, una jovencita ligada igualmente a su pasado- conseguirá detener al culpable, pero no resolver del todo el caso ya que en el mismo están involucrados desde la propia Comisaria Jefa Kang hasta el poderoso ex-Comisionado de la policía ahora metido a político. Al menos, las sospechas sobre Pan-Seok quedarán despejadas permitiendo que el equipo siga adelante sin las fricciones habituales. Nuevas pistas volverán a poner a los chicos sobre el caso…

16º CAPITULO: ¿La solución? Más drama.

La hija del ex-Comisionado reconocerá el collar, pero para sorpresa de nuestros chicos sacará uno idéntico. Estos llegarán a la conclusión de que es falso, pero deberán corroborarlo con alguna prueba. Así, el grupo se dividirá en tres unidades: unos preguntarán a artesanos para descubrir quién pudo haber hecho la réplica, otros se entrevistarán con viejas amistades de la madre de Dae-Gu, y finalmente este mismo junto a Pan-Seok viajará hasta su pueblo natal para tratar de averiguar más datos gracias al collar. De tal guisa incluso lograrán encontrar a un testigo que afirma que la mujer estuvo en la escena del crimen. Sin embargo, ello no les valdrá de mucho sin otra vez pruebas. Mientras las hallan, Pan-Seok le tenderá una trampa a la Comisaria Jefa Kang para averiguar toda la verdad; esta finalmente le contará el por qué de su traición. Por último, unos sicarios contratados por la mujer atacarán a Tae-Il con tal de recobrar el collar…

Iniciamos esta última parte de la serie con más contenido de lo habitual, algo de lo que nos congratulamos. No avanza mucho, pero al menos, quitando el melodrama, no acabamos pidiendo la hora. Aunque claro, si lo que nos espera es todo drama como en esa parte final del capítulo…

Y es que en lugar de apoyarse en el humor con tal de hacernos olvidar sus carencias, nos meten más drama con el que encima acabar más indignados. Vuelve ese síndrome tan surkoreano de no querer ser feliz, y nos lo demuestran repartiendo penalidades por doquier; hoy al pobre Tae-Il. ¿Así es cómo pensaban darle más protagonismo a los otros personajes de la serie? Pues por mí, que se lo ahorren.

Y ya no es tanto inventarse unas excusas patéticas como escudarse en discursos que no tienen mucho de cercano. Hablo de las justificaciones de la Comisaria Jefa Kang y sus decisiones en un alegato más políticamente correcto que humano, tan artificial que no hay por dónde tragárselo. Pero claro, como los espectadores somos idiotas… Seguro que cuando se entere Dae-Gu, esta se arrancará a llorar, pidiendo perdón e intentando dar pena, esperando que nos hayamos olvidado de su excusa. Pero como suele decirse: el fin no siempre justifica los medios.

Para acabar, muy bien debió de funcionar la serie de cara a la audiencia -en realidad, no- para hacer publicidad de esa mensajería electrónica «Talk». Vergüenza también…

17º CAPITULO: ¡S-O-R-P-R-E-S-A! Deja que me ría…

Sin el collar, el equipo tendrá que jugársela: intentarán interrogar a la hija del ex-Comisionado voluntariamente con la excusa de que están preparando su detención gracias al testigo, pero esta no es de las que caen en trampas fácilmente, así es que tendrán que buscar otras soluciones como por ejemplo, seguir entrevistando a amigos de la madre de Dae-Gu. Gracias a eso conseguirán encontrar la pista definitiva: la relación que esta tenía con el yerno del ex-Comisionado. Dae-Gu pasará por un bache al saber la verdad, pero Su-Seon se encargará de devolverle el ánimo en base a cariño. Finalmente el joven se reunirá con su… ejem… Dejémoslo ahí. Dispuestos a atrapar a la mujer, pondrán en marcha un plan para que esta confiese su crimen.

Por fin comienza a desenredarse la madeja, y como ya dije hace unos cuantos episodios atrás, todo está desembocando en un vulgar culebrón. Y es que parece que solo exista el caso de Dae-Gu. ¿Tan poco trabajo tienen los policías de Seúl como para que todo un equipo se centre únicamente en este caso? Por cierto, ¿no estaban fuera del mismo? Un error más de los guionistas. Y lo que es peor, con tres episodios por delante, ya barrunto relleno a tutiplén. Genial… Y ya que hemos sacado a relucir lo de los errores…. si Cho Hyung-Chul encubrió a la hija del ex-Comisionado haciendo aparentar que era un robo, ¿por qué no llevarse algo? ¿Y dónde habéis visto que el hijo de la víctima interrogue a la presunta culpable del propio asesinato?

Lo mejor, el Capitán «limpiando» la Comisaría y el tramo del pasado de Tae-Il explicando muchas cosas. Con esto se me da la razón -virtualmente, claro- de que en vez de enredarse por un lado y rellenar por otro, deberían haber aprovechado mejor a los personajes secundarios; secundarios a la fuerza, porque en un principio no parecían que estuviesen destinados a ese rol.

Y para acabar, con todo lo melodramáticos y exagerados que son para algunas cosas, haciendo un mundo de cosas insignificantes, con otras resultan ridículamente superficiales. Solo hay que ver esa frase de Ji Guk en la que se pregunta cómo son tan bárbaros los criminales por dañar el rostro de Tae-Il… Por cierto, hemos pasado de hacer publicidad de «Talk» a su prima hermana… Mira que me gustan poco estas propagandas encubiertas.

18º CAPITULO: Al borde del abismo.

La estratagema de los chicos funcionará a la perfección y la ‘ajumma’ se confesará autora de la muerte de la madre de Dae-Gu. Sin embargo, quedarán flecos por resolver, tales como quién ordenó el asesinato del joven o quién mandó a Cho Hyung-Chul a que encubriese a la mujer. Así, Dae-Gu se entrevistará con el agente que tomó testimonio a Su-Seon en el momento del crimen. Este le dirá no solo que la Detective Seo es en realidad la Comisaria Jefa Kang sino que esto, como ya sabíamos, ya se lo había contado a Pan-Seok. A su regreso a Seúl, Dae-Gu le preguntará a su superior por qué se lo había ocultado, y este lógicamente le contestará que porque no se lo creería. De hecho, sigue teniendo sus dudas. Por esa razón, irá directamente a preguntárselo a la propia Comisaria. Pero esta no será la única sorpresa desagradable que se llevará ya que Cho Hyung-Chul se ha suicidado en la cárcel…

Nos encontramos con un episodio que combina el drama más lacrimógeno con los LOLs más desternillantes, así de… mediocre es la serie. Por un lado, como sospechábamos se amontonan las confesiones y descubrimientos más trágicos para el protagonista, con los guionistas intentando que piquemos en sus trucos baratos y lloremos a moco tendido. Pero no, es imposible conmoverse cuando hasta los propios personajes parecen que por momentos están a punto de gritar: ¡y qué quieres que haga, si los guionistas son así de malos! Fijaros sobre todo en esas escenas en las que Dae-Gu le pregunta a Pan-Seok si se cree que la Comisaria Kang está de verdad involucrada y cuando este mismo le pregunta a su propia tutora cómo pudo cuidar de él 11 años para luego ayudar a Hyung-Chul a acabar con su vida. ¡Ja! Genial.

Por el otro lado, ya sabemos cómo van a alargar la morcilla estos dos últimos capítulos, y bueno, según como lo hagan no estará del todo mal. Lo malo, es que han demostrado que de imaginación poco o nada, así es que barrunto una conclusión torpe y, a pesar de todo, estirada.

Por último, no todo es malo; cómo están tratando el tema de la paternidad de Dae-Gu me parece acertada y hasta exenta de todo ese melodramatismo que caracterizan a estas producciones. Hasta el tema del hermano, me parece gracioso por forzado que pareciese en un principio.

19º CAPITULO: Tragedia, melodrama y relleno.

La Comisaria Jefa Kang logrará antes de perder el conocimiento decirle a Dae-Gu que en su casa tiene la grabación que realizó Cho Hyung-Chul. Así, junto a Su-Seon, acudirá al hogar de esta para buscarla, pero se encontrarán la casa revuelta. Mientras, Pan-Seok le contará al Capitán todo lo que sabe, incorporándose a la investigación. Gracias a este lograrán desenmascarar al camionero culpable del «accidente» de la Jefa Kang conduciéndoles al abogado de la hija del ex-Comisionado. Este le echará la culpa a su jefa, aprovechándose de que fue ingresada en una dependencia psiquiátrica. Las sorpresas continuarán cuando el hijo de la ‘ajumma’ se plante en la comisaría con el análisis de ADN de Dae-Gu. Si este no es un hijo bastardo, ¿por qué la mujer mató a la madre del joven agente? Finalmente obtendrán la grabación de Hyung-Chul por lo que ya podrán ir a por el ex-Comisionado.

Disparate. La serie va a morir con las botas puestas y va hacer honor a sus torpezas hasta el final. La primera media hora es una recopilación de tópicos dramáticos y videoclips de lágrima fácil. Sus responsables se olvidan de todo con tal de buscar un sentimentalismo artificial. Por ejemplo, ¡qué pronto se ha olvidado Dae-Gu y sus compañeros de que la Jefa Kang es muuuuuy mala y que intentó matarlo! Y ya no es lo falso y forzado que resulta todo, sino que hasta la puesta en escena es torpe provocando más la risa que el llanto. Qué decir de esa lluvia, bajo un sol de espanto… ¿Y el diálogo entre Dae-Gu y Su-Seon? Vamos, de los que llevan a cabo dos enamorados todos los días… Por favor.

Luego, el rollo que se han inventado para… para… A ver, manipulas unos resultados para que tu hija apoye ¿el qué?… ¿por dinero? ¿Qué tiene que ver el marido? Así lo único que consigues es abocarla al asesinato. ¿Qué no había otra solución? Incluso con el sorprendente giro argumental de que Dae-Gu no es hijo de quién parecía, la has vuelto a cagar… Y para remate, el ataquito de este.

20º CAPITULO: Se acabó (¡por fin!)

La renuncia de Pan-Seok y su testimonio pondrán a la opinión pública en contra del ex-Comisionado. Incluso su propia hija lo rechazará cuando sepa que este le ha inculpado. Sin otra, se verá abocado a dimitir. Pero ello no provocará que nuestros chicos dejen de investigar, así será interrogado por Dae-Gu. Las cosas no saldrán como las tenían planeadas, pero por suerte el ex-Comisionado comenzará a pagar por sus crímenes poco a poco: primero perderá su empresa y posteriormente caerá en la trampa urdida por Dae-Gu.

Acabamos la serie si bien no con un mal sabor de boca, pero sí un poco hartos. La resolución del caso ha sido tan rocambolesca, con pruebas que han surgido en el último segundo, decisiones un tanto ilógicas y las siempre oportunas casualidades que ni el «Happy end» logrará endulzarnos. No ha faltado hasta incluso ese puntito de amargura personalizado en el personaje de Cha Seung-Won demostrando lo que siempre digo: que los surkoreanos temen ser felices.

Dejando de lado este apunte y volviendo a lo de las situaciones, ya no solo es que estas sean cuestionables, sino que hay otras que incluso ya no dependen del criterio de cada uno. Por ejemplo, si los guionistas ya han demostrado sobradamente que no tenían ni idea de los procedimientos policiales -volviéndose hoy a repetir los mismos errores con ese interrogatorio por parte de Dae-Gu-, ahora han hecho un tanto por el estilo con los legales. Por la declaración del protagonista y la revelación de pruebas, hasta podría ser anulado un posterior juicio y el culpable exculpado. ¿Cuántas veces lo hemos visto en la prensa? Hay que llevar cuidadillo con estas cosas.

Lo mejor: el epilogo. El mejor ejemplo de lo que debería haber sido la serie.

CONCLUSIONES:

– «You’re all surrounded» ha sido, bajo mi punto de vista, la peor de las series que he llegado a ver completas. Esto no quiere decir que haya sido mala, ya que como digo han habido otras que ni he terminado, pero sí que ha sido la menos buena. Y es que había muchas cosas en su contra…

– Para empezar, teniendo unos actores de primera fila, no has sabido aprovecharlos empeñado en enfocar la misma hacia el melodrama. Era un serial policiaco, pero que en toda la serie solo hayan concurrido cuatro casos es muy significativo. Por no decir que no tenías ni idea del procedimiento policial. Luego, las pinceladas de humor han ido de más a menos coartando tus posibilidades de éxito. De los personajes, mejor ni hablar. Tenías un reparto coral, y al final a algunos de los protagonistas los has apartado a un plano secundario, relegando aún más a los que en principio iban a ser los verdaderos secundarios:

+Cha Seung-Won, infravalorado. Solo se ha utilizado a pleno rendimiento su vena dramática, y eso que cuando tenía la mínima oportunidad para brillar en la comedia la aprovechaba. Pero eran tan pocas las oportunidades…
+Lee Seung-Gi, con cara de palo toda la maldita serie. No ha habido crecimiento/abertura del personaje. Vino malhumorado y se va malhumorado a pesar de irse con novia y con la venganza bajo el brazo. Además, siendo toda una estrella en el mundo de la canción, misteriosamente no aparece en la Banda Sonora cuando paradójicamente Ahn Jae-Hyun sí que interpreta un tema.
+El propio Jae-Hyun y Park Jung-Min, desperdiciados totalmente. Al primero aún le han dotado de un bagaje -sin resolver por cierto-, pero al segundo… de comparsa cómica únicamente, y teniendo en cuenta que casi no hay lugar para el humor… pues eso.
+Im Won-Hee, ya ni desaprovechado: desaparecido. Cada vez que salía en pantalla nos hacía reír, pero erre que erre, aquí no había sitio para las risas.
+Solamente la protagonista femenina de la serie parece no haber sido maltratada por los guionistas. Y es que Go Ah-Ra merece esto y más.

– Y por último, técnicamente correcta, excepto el montaje, que es muy mejorable: se pasan de unas cosas a otras quedando la continuidad completamente en el aire. Espantoso.

Resumiendo; quien busque un melodrama artificial y venganzas enquistadas, esta es su serie. Que no os deslumbren los nombres o la apariencia: «You’re all surrounded» ni de lejos apunta lo que promete. Disparates argumentales y talento desperdiciado a capazos. Lástima de oportunidad perdida.

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YOU’RE ALL SURROUNDED (III) – Korea del sur – 2014 – Kdrama – (Ep. 11 al 15) de 20

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BREVE RESUMEN DE LOS DIEZ PRIMEROS CAPÍTULOS:
Siendo adolescente, a la madre de Ji Yong la asesinaron. Esta fue testigo de un crimen cometido por alguien poderoso, y a pesar de estar amenazada quiso aparecer delante de un juez para que castigasen al criminal. Sin embargo, como he dicho, fue asesinada ante de llegar al estrado. Ji Yong desde aquel día culpa a Pan-Seok, no tanto por ser el oficial de policía que convenció a su madre para servir de testigo, sino por estar aparentemente vinculado al asesino de esta. Tras 15 años desaparecido este regresará con una nueva identidad, la de Dae-Gu, un joven agente de policía recién salido de la Academia. Su destino será la Comisaría de Gangnam, sirviendo «casualmente» bajo las órdenes de Pan-Seok. Su objetivo: descubrir al asesino de su madre y sacar a la luz la complicidad de su nuevo jefe. Pero mientras busca las pruebas suficientes para incriminarlo, debe guardar las apariencias junto a sus tres también jóvenes compañeros: Park Tae-Il, Ji Guk y Eo Su-Seon, una jovencita ligada igualmente a su pasado de la que poco a poco se irá enamorando.

11º CAPITULO: Más madera que es la guerra.

Pan-Seok llegará al apartamento de los chicos en el momento justo para salvarle la vida a Dae-Gu. Saldrá en persecución de su ex-compañero Cho Hyung-Chul, pero este logrará huir. Mientras, el joven será llevado al hospital ya que aunque ha evitado la muerte, ha recibido una fea puñalada. Allí, tras recuperarse, el oficial le preguntará por qué su ex-compañero quería matarlo. Dae-Gu aun creyendo que su jefe está fingiendo le contará que este fue el que mató a su madre 11 años atrás, algo que dejará en shock al policía. Pronto el equipo se pondrá a buscar al asesino, pero la sorpresa se la llevará Pan-Seok cuando la Comisaria Jefa Kang los aparte del caso amparándose en la implicación personal de Dae-Gu. La única noticia buena será la resolución del caso del joven desaparecido que finalmente liquidarán Tae-Il y Sa Kyung. Pero la historia no acabará ahí ya que Hyung-Chul, apremiado por zanjar el asunto, llamará a Dae-Gu para reunirse y saldar deudas pendientes.

Nos encontramos con uno de los mejores episodios de la serie, algo que tampoco dice mucho a su favor, y es que superado el meridiano de la misma, ya me he dado cuenta de que «You’re all surrounded» es una buena serie, pero se queda lejos de las expectativas que apuntaba en un principio.

Es como este capítulo: llega a conmover y guarda alguna sorpresa, pero tanto le falta contenido como no sabe aprovechar las bazas del humor. Alguno sobre lo último me dirá que no es una comedia -algo ya cuestionable-, pero es que volviendo a la falta de contenido ¿por qué no convertir esos «vacíos» en algo divertido cuando tienes uno de los elencos interpretativos cómicos más importantes del panorama televisivo actual?

Pero bueno, dejémonos de hipótesis e incluso utopías y vayamos a lo tangible.

Primero, lo de que Pan-Seok no sepa que Hyung-Chul estuvo relacionado con la muerte de la madre de Dae-Gu, me parece una buena idea para explotar la vertiente dramática de Cha Seung-Won con esos pucheros y amagos de lagrimeos, pero estoy seguro que si repasamos las primeras entregas encontraremos algún error en las conversaciones telefónicas de este con su amigo.

Luego, esa decisión de la Comisaria Kang puede tener su lógica de cara a sus hombres como justifica delante de Pan-Seok, pero si uno se abstrae de la historia se encuentra la paradoja de que esta ha sido protectora durante 11 años del chaval para luego… ¿cepillárselo?

Y qué decir del caso del chico desaparecido. No hay misterio, ni sorpresa, es más, hay un doble discurso, esa doble moral que caracteriza a la sociedad surkoreana. Se dan el lujo de sermonear, pero sacan a colación términos como cobardía.

Pero como digo, de lo mejorcito ofrecido hasta el momento. A pesar de todo.

12º CAPITULO: Horror.

Finalmente -¡oh, qué sorpresa!- el equipo logrará detener a Hyung-Chul. En el calabozo, antes de que Dae-Gu lo interrogue, la Comisaria Kang le intentará convencer de que guarde silencio, no desvelando quiénes le dan órdenes e invitándolo a que le eche la culpa al empresario aprovechando de que este está muerto y no se podrá avanzar en la investigación. Y así será, a pesar de las dudas el ex-policía seguirá las instrucciones de la mujer, pero no sin antes guardarse un as en la manga. Lo que hará también es exculpar a Pan-Seok, aunque el receloso Dae-Gu no las tendrá todas consigo. Para resolver las incógnitas que deja el caso decidirán viajar a la población natal del joven para ver si encuentran a la persona que tomó testimonio a Su-Seon cuando aconteció el asesinato de la madre de este, pero de poco les servirá. A su regreso, la jovencita para su desgracia descubrirá que su madre se ha envuelto en un desagradable malentendido…

Hemos pasado de uno de los mejores episodios de la serie a uno de los peores. De hecho, es tan malo -al menos para mí- que he estado tentado a dejar la misma. Y es que no se puede hacer un episodio sin contenido y contrariamente lleno de minutos musicales, ideas repetitivas y, al fin y al cabo, aburrimiento.

Lo de Dae-Gu ya cansa. No solo es el caso del asesinato de su madre que está muy estirado, evidenciando por demás improvisaciones de los guionistas -¿ahora a qué coño sale lo del tal Det. Seo?- sino que su actitud se ha convertido ya en algo excesivo. Parece que le hayan metido un palo en culo y no quiera quitárselo. ¡Ya está bien! Odioso.

Y para rematar el tema, esa humillación de la madre de Su-Seon. Exageradísima, tramposa -¿quién estaba grabando eso?- y ridícula cuando nos la enlazan encima con el caso principal de la serie. Sí, hombre, sí.

Y da más rabia cuando uno aprecia que todo ello podría haber sido corregido: el contenido, dando más protagonismo a Park Tae-Il y Ji Guk, totalmente infravalorados; y a la hora de enlazar temas, no buscando excusas tan ridículamente casuales y poco elaboradas.

Resumiendo, un horror de episodio. Solo se salvan esos momentos amenos entre Pan-Seok y Su-Seon al borde del río. Eso es lo que queremos, no planteamientos exasperantes y al borde del surrealismo.

13º CAPITULO: Más de lo mismo…

Finalmente Su-Seon dará con el paradero de su madre, y todos se quedarán abochornados por la penosa situación en la que se encuentra esta tras recibir la paliza. Sin embargo poco podrán hacer los chicos ya que la mujer firmó un documento por el cual aceptaba sufrir aquellos daños físicos a cambio de pagar la deuda contraída por el bolso. Y ya no es solo que legalmente tengan las manos atadas sino que el padre de la miserable ‘ajumma’ culpable de la tropelía no es otro que el antiguo Comisionado de la policía, el cual moverá todos los hilos a su alcance para que la investigación no vaya a más. De hecho la propia Comisaria Jefa Kang le pedirá a Su-Seon que se olvide del asunto ya que terceros -sin querer señalar expresamente a Dae-Gu- pueden resultar heridos.

Otro episodio que pasa con más pena que gloria. Quitando el desenlace, las pocas pinceladas de humor y la carga emotiva -todo ello podría ser resumido en 10 minutos como mucho-, la entrega de hoy no ofrece nada más. Es tan poco el contenido, redundando en la humillación de la madre de Su-Seon, que por un lado nos ofrecen unos minutos musicales desustanciados y por otro, hasta una repetición de lo que ya vimos en la anterior entrega. ¿Qué no es suficiente tortura no ofrecer nada nuevo como para tragarnos otra vez las mismas cosas…? Aquí tendría que ir un sonoro suspiro.

Pero bueno, aceptémoslo y al menos destaquemos lo menos malo. Como decía, el humor es el que hace subir la temperatura de la serie, nunca mejor dicho cuando la mejor escena de hoy es esa que protagoniza Pan-Seok y Dae-Gu dentro del coche. Y es que no puedes tener a un actor como Cha Seung-Won que brilla en la comedia, y solo utilizarlo para menesteres trágicos y melodramáticos. Sí, es un todo-terreno, pero no puedes infrautilizarlo. Lo mismo que Ji-Guk… esa escena del móvil es la bomba.

Luego, sentimentalmente hay que decir que el episodio funciona, pero también que es algo normal; solo faltaba que apelando a ese amor que todos profesamos por nuestras madres junto al factor humillación y rabia, los guionistas y director no hubiesen conseguido su objetivo. Aprobado, pero pelado.

Y por último, ese final al más puro estilo culebrón. Y es que cada vez tengo más claro que esta serie, a pesar de sus estupendas materias primas e intenciones iniciales, está desembocando en un melodrama sin más objetivo que encandilar a un espectro de público demasiado reconocible y -que se dé por aludido quién quiera-, poco exigente.

Para acabar, esa insistencia de Dae-Gu con la chica que grabó el vídeo. Los guionistas han perdido una oportunidad perfecta para abrir un paréntesis reflexivo. ¿O es que acaso este no ha hecho lo mismo que Pan-Seok hizo con su madre hace años? ¡Qué guionistas tan ‘jenihos’!

14º CAPITULO: Se acabó el soponcio…

Su-Seon le pedirá a Dae-Gu que deje de investigar tal y cómo le ha pedido la Jefa Kang. Sin embargo, tras recibir la negativa de su compañero, será la propia jovencita la que se presente delante de su superiora para, tras un discurso al que no se le puede poner ninguna pega, decirle que llegará hasta el final del asunto cueste lo que cueste. Así, volverán a recurrir al único frente que les queda abierto: la única testigo de la paliza. Sin embargo, la ‘ajumma’ se les ha adelantado, y a cambio de una gran cantidad de dinero se ha garantizado el silencio de esta. Pero los chicos no cejarán en su empeño de hacer justicia: finalmente la localizarán, y esta terminará apiadándose de Su-Seon y su madre dándoles la grabación donde se aprecia que esta firmó el documento antes de recibir la paliza sin saber lo que se le venía encima. Creyéndose vencedores convocarán a la mujer a la comisaría para que atestigüe, pero será su padre el que la saque del entuerto para frustración de los jóvenes…

Bueno, la cosa mejora un poco. Contenido sigue sin haber, pero al menos con el impulso que da la resolución del caso de la madre de Su-Seon, nos tienen entretenidos un rato.

El capítulo empieza como el anterior, apelando a nuestros más «bajos instintos» cuando Su-Seon se pone la capa de populista y suelta un discurso que ya quisiera para sí el más demagogo de los políticos. Repito lo que dije en la anterior entrega: el mensaje llega, pero es tan facilón que tan poco tendrían que colgarse medallas. Y más cuando a cada paso estás quedándote en evidencia. ¿Qué decir de ese final? ¿A qué narices viene esa celebración de los «100 días»? Ahhhh, claro, es que sino no habría beso. Ya. De risa.

¿Y la resolución del entuerto? Por un lado no está mal; se han estrujado las pocas neuronas que han demostrado que les quedaban, pero por otro están orientándolo todo hacia un desenlace taaaaan previsible que cuando ocurra ya será hasta el culmen de los despropósitos. Pero es que hasta esas «simpatías» del nieto de nuestro villano particular, son exageradamente esclarecedoras. Por Dios…

Lo mejor del episodio de hoy vuelven a ser los esfuerzos que hace Cha Seung-Won para que la serie no resulte tan plana. Una cosa que es su personaje tenga más matices, y otra que el señorito tenga unos registros que ríete tú de esos otros galanes a su altura. Ya quisieran… ¿He oído Cary Grant? Pues eso, nuestro Cary Grant surkoreano.

15º CAPITULO: Con humor, todo entra mejor.

El beso entre Su-Seon y Dae-Gu dejará tocados a ambos, pero mientras aclaran sus sentimientos, Pan-Seok seguirá investigando por su parte. Gracias al regreso del agente que estaba de guardia cuando aconteció el asesinato de la madre de Dae-Gu, el oficial de policía averiguará para su sorpresa que el tan traído Det. Seo es en realidad la Comisaria Jefa Kang. A pesar del shock mantendrá en secreto esta revelación ya que, sabiendo la relación que el joven mantiene con su superiora, no se lo creerá. Por su lado, la mujer harta de servir de instrumento del antiguo Comisionado le convidará a que mueva pieza en lugar de estar siempre amenazando. Por último, el destino provocará que los chicos se topen con el dichoso colgante que se encontraba en la escena del crimen del asesinato de la madre de Dae-Gu. La investigación posterior les llevará nada más y nada menos que a la hija del ex-Comisionado.

Poco a poco la serie -o más bien nosotros- recuperamos sensaciones. Muy lentamente, pero al menos no nos aburrimos. Siguen abusando del melodrama más artificial y de videoclips dulzones, pero al menos nos inyectan una buena dosis de humor con el que entretenernos y hasta -¡oh, sorpresa!- esbozar una sonrisa. Lo de carcajadas aún queda lejos…

Primero es esa fiesta del departamento. Es previsible, pero hay alguna escena que otra como esa entre Pan-Seok y Tae-Gil divertida, obra y gracia, como siempre, del genio interpretativo del primero y sus salerosas reacciones.

La búsqueda de alojamiento por parte del propio agente, el desayuno, la cebolleta, el exagerado desánimo de Ji Guk, el Bromance entre este y Tae-Gil, el joyero… recapitulando, otro puñado de ocasiones para hacernos olvidar la mediocridad de la serie.
Y es que, pasando al otro lado, al de lo cuestionable, hay que criticar tanto la previsibilidad del desenlace -¿aún hay gente que no ha adivinado qué papel juega Dae-Gu en este drama «familiar»…?- como esos discursos como el que da la Comisaria Jefa Kang al ex-Comisionado que está muy bien por objetivo, pero no tanto por puesta en escena. Podrían pulirlos para que no quedasen tan forzados y prepotentes. Porque ya me dirás tú: Pá’qué tanta chulería si al fin y al cabo es una pelele…

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YOU’RE ALL SURROUNDED (II) – Korea del sur – 2014 – Kdrama – (Ep. 6 al 10) de 20

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BREVE RESUMEN DE LOS CINCO PRIMEROS CAPÍTULOS:

Tras hacer limpieza en la Comisaria de Gangnam a causa de los numerosos casos de corrupción, el departamento tiene que recurrir a jóvenes agentes recién licenciados en la Academia para suplir a los despedidos. Así Eun Dae-Gu, Eo Su-Seon, Park Tae-Il y Ji Guk acabarán bajo el mando del veterano e implacable Pan-Seok como Detectives. El problema ya no es tanto que este no los quiera a sus órdenes debido a su inexperiencia sino que los nuevos policías o no habían elegido aquel destino o sus intenciones eran un tanto… peregrinas, como poco cuestionables. Su-Seon lo eligió porque se ganaba más dinero, Tae-Il porque pensaba que era algo divertido, mientras Ji Guk solo quería ser agente de tráfico; únicamente Dae-Gu no se pronuncia. Y es que el joven esconde un propósito: vengar la muerte de su madre cuando siendo un adolescente esta murió a manos de un desconocido con el que parecía estar ligado Pan-Seok. Cuando empiecen a trabajar en casos sufrirán por un lado el boicot de su jefe para que renuncien, y por otro su propia torpeza e inexperiencia, pero serán lo suficientemente tenaces para resistir y ganarse un puesto en la comisaria.

6º CAPITULO: Estira, estira, que no se rompe.

Pan-Seok pasará poco tiempo en el calabozo cuando sus hombres consigan una orden de arresto del joven culpable del atropello del niño tristemente fallecido. Sin embargo la alegría le durará poco al equipo cuando este sea liberado al declararse culpable del crimen su chófer. Pan-Seok, loco de furia, acudirá al despacho del fiscal para pedirle explicaciones, y en un ataque de ira le dará un puñetazo que provocará que este se golpee la cabeza perdiendo el conocimiento. Nada podrán hacer cuando sea emitida una orden de detención contra el agente por golpear al fiscal. Debido al escándalo ocasionado, con repercusión en los medios de comunicación, el equipo de los chicos tendrá que disolverse, pero ello no impedirá que sigan investigando el caso. Pronto encontrarán tanto pruebas de la implicación del fiscal como de la verdadera culpabilidad del joven, cuando demuestren que este obligó a su chófer a inculparse a cambio de pagarle la operación de corazón que necesitaba su hermana pequeña.

Episodio flojito el de hoy, sinceramente, no solo porque es una especie de transición con el cierre de un caso que han estirado bajo mi punto de vista demasiado, sino porque su contenido abusa de los tópicos encontrándonos incluso con algún error fragante. Pero por partes.

El caso que nos ocupó en la anterior entrega da un giro «sorprendente» en esta; y entrecomillo lo de ‘sorprendente’ porque es bastante previsible. La solución es echarle siempre la culpa al mayordomo, al chófer o… al gato. Pues como en todo mal guión aquí se ha seguido esa regla, pero para colmo de los despropósitos se ha buscado encima una excusa de esas melodramáticas que tanto gustan a la audiencia surkoreana de hermanita -que podría ser su hija…- necesitada de… sniff… una operación de corazón. Suma a esto el hurgamiento en la herida con la relación de Pan-Seok, su ex-mujer y su finado retoño, y tendremos un bonito truño dramático que no conduce a otra cosa que a querer refugiarse bajo una manta y llorar amargamente como un lobotomizado con el cerebro absorbido.

Pero más allá de torpezas/torturas argumentales, el episodio de hoy nos depara algunas ya verdaderas tropelías. La primera es la del montaje en su parte final. ¿Cómo cojones entrega Dae-Gu el sobre a Tae-Il para que salve a Pan-Seok, luego lo vemos vestido de oficial de tráfico y segundos después corriendo en el aeropuerto ya de paisano? Mientras tanto Tae-Il ha ido a la comisaria, su jefe se ha liberado con solo una llamada y ha ido a ver al chófer…

La segunda serían los bofetazos que se dan, y todos al aire. ¿Nadie se dio cuenta como para repetir las escenas hasta que quedasen creíbles? Lo mismo que la persecución por el aeropuerto: es divertida, pero no hay quien se crea que un tío con un carro con maletas y dos personas encima corra a la misma velocidad que otra sin ningún impedimento.

En fin, como sabemos por lo visto hasta el momento que volverá a alzar el vuelo, nos despedimos sin rencor hasta la siguiente entrega.

7º CAPITULO: El círculo comienza a cerrarse.

La madre de Su-Seon decide acudir hasta Seúl para comprobar cómo vive su hija en la capital. Esta, tras ser timada en la residencia donde vivía, se ha visto obligada a vivir en una tienda de campaña en la azotea de la comisaría por lo que tendrá que pedir a sus compañeros que le dejen pasar la noche en su apartamento. Pero este no será el único problema del que tenga que preocupase ya que tampoco puede quitarse de la cabeza el beso que le propinó Dae-Gu el día anterior. Mientras intenta poner sus ideas en orden, al grupo ya le han asignado una nueva misión: descubrir a los culpables del apuñalamiento de un joven. Para ello llevarán a la única testigo, la dueña de un restaurante callejero, a una rueda de reconocimiento. Por miedo a las represalias, no querrá identificar a uno de los culpables, cuestión que enojará a Pan-Seok comenzando a presionarla. Dae-Gu, recordando el caso de su madre, se pondrá del lado de la mujer, dando lugar a una nueva y terrible discusión con su jefe. De resultas de ello Pan-Seok pedirá que trasladen al joven a otra unidad, pero antes de que ello ocurra y ante la presión de tener que detener a los culpables del apuñalamiento, el jefe Lee enviará a este y a Su-Seon al pueblo natal del sospechoso para que descubran a su cómplice.

Tal y como decíamos en el anterior episodio, no nos preocupaba excesivamente que el nivel hubiese bajado porque lo recuperaría rápidamente. De hecho, en este ya hemos vuelto a la buena línea habitual que nos estaba ofreciendo; en base a tópicos y planteamientos previsibles, sí, pero dándonos lo que uno espera en estos casos.

Por un lado, la componente romántica, aunque más bien tendríamos que decir sentimental ya que romance, lo que se dice romance, no hay. Sabemos cómo y por dónde transcurrirá la relación entre Su-Seon y Dae-Gu, y es cierto que la segunda oportunidad que le da a Pan-Seok su ex-mujer es tanto forzada como precipitada, pero prefiero reconciliaciones a dramas, y creo que es una opinión generalizada.

Pero lo mejor del capítulo de hoy es precisamente lo que no se ve (u oye): el secreto de Tae-Il. Ardo en deseos de conocerlo.

Para acabar, volvemos a detectar fallos de montaje. O eso, o falta sentido común. Por ejemplo, si la madre de Su-Seon se hospeda en el apartamento de los chicos… ¿Qué hace ella de nuevo en la tienda de campaña?

8º CAPITULO: Bienvenida la comedia romántica.

Pan-Seok acudirá a la cita con su ex-esposa Sa Kyung todo ilusionado, sin embargo esta no aparecerá ya que lo está esperando en lo alto del parque Namsan. Tras aguardar más de media hora decidirá irse, encontrándoselo en las escaleras que suben hasta la base de la Torre N. Sulfurada, le echará en cara su falta de interés, pero será él el que le dé a ella una lección. Por su parte, la otra «parejita» conformada por Dae-Gu y Su-Seon, también tendrá su parte de romanticismo aunque unilateral; y es que el joven a su pesar comenzará a caer en las redes del amor. No obstante se romperá la armonía cuando este se entere de que Pan-Seok se va a reunir con el «hombre de las botas» en Seúl. Dejando sola a su compañera saldrá disparado rumbo a la capital. Por el camino se encontrará con el sospechoso que perseguían, decidiendo sacrificarse en pos de resolver el caso. Tras la detención, obtendrá la «gracia» de Pan-Seok, pero este seguirá investigando el origen del chaval, sospechando que es el hijo de la enfermera asesinada años atrás. Sin embargo, Dae-Gu lo tiene todo muy bien planeado, y aunque su jefe vaya al orfanato donde se crió, la Directora del centro, en connivencia con el joven, conseguirá engañar al policía. Un descuido provocará que finalmente…

Estamos ante un episodio bastante divertido y, sobre todo, completo. Si esto fuese una producción hindú al estilo Bollywudiense diríamos que es una típica producción «Masala», una comedia donde hay cabida para todos los géneros, pero como su origen es surkoreano, lo dejaremos en esa definición que ya os hemos dado.

El episodio de hoy, aunque como digo con más contenido de comedia romántica que otra cosa, tiene desde un poco de acción con esa persecución y pelea del principio, hasta un poco de drama representado por el distanciamiento entre Ji Guk y Tae-Il. Vale, quizás exagero un poco con lo del drama, pero eso también es un acierto, que se piense más en entretener que en hacer sufrir.

Solo hay que ver cómo enfocan la llegada de Sa Kyung a la casa de Pan-Seok con Su-Seon dentro de la vivienda. En otro serial, por increíble que pareciese lo enfocarían hacia los celos; aquí está claro por las palabras del oficial y su representación que está planeado para hacer reír.

Incluso en el tema, hilo argumental que llevamos arrastrando desde el principio de la serie como es el asesinato de la madre de Dae-Gu, comenzamos a ver el final del túnel. Y ya no solo porque se vayan descubriendo factores importantes -atención a ese interlocutor/colaborador secreto del joven- sino porque a raíz de su desenlace, muchas explicaciones va a tener que dar este no solo a su jefe sino incluso a los espectadores para que resulte creíble su presencia en la morgue.

Por último, destacar el arranque. ¡Por fin alguien que pone cordura y no se deja llevar por tópicos feministas! ¿Todos los hombres somos iguales? ¿Siempre es la mujer la que mima la relación? ¡Zas! En toda la boca.

9º CAPITULO: Erre que erre.

Dae-Gu volverá a esquivar las sospechas de Pan-Seok respecto a su identidad. Sin embargo este, no satisfecho con las explicaciones del joven, acudirá al apartamento que comparte con sus compañeros para llevarse el cepillo de dientes para hacer un definitivo análisis de ADN. Mientras que ello ocurre, resolverán el caso del anciano muerto en su cuarto de baño, lo que provocará que se acuerden de sus respectivos progenitores. Tras este, se engancharán en la persecución de un ladrón. Fruto de ello, Ji Guk volverá a ser cogido como rehén. Fuera de sí, desvelará el secreto que tan celosamente guardaba Tae-Il. Pero no será el único ya que finalmente llegará el análisis de ADN de Dae-Gu…

Lo siento, pero estamos ante uno de los peores capítulos de la serie. No solo resulta intrascendente, sino que algunas cuestiones que parecían importantes se han resuelto como ridículas. Ya me dirás tú el secreto tan escondido de Tae-Il; casi parece un insulto para la inteligencia del espectador. En fin.

Por lo demás, solo importa el análisis de ADN de Dae-Gu, con lo que el rollo de la escena de la morgue más inútil -por no añadir tramposo- no puede ser. Y lo peor es la sensación con la que uno se queda de, ¿y ahora qué? ¿Van a disimular? Venga, hombre…

El relleno se completa con un contenido melodramático que aburre de lo trillado que está. Empezamos con la chorrada -sí, chorrada- de la resolución del caso del padre y los dos hijos. Mucho misterio y todo desemboca en un discurso sobre las relaciones filio-paternales tan artificial que parece de cartón-piedra. Luego damos paso a la comedia romántica -lo único salvable del episodio-, para terminar en unos veinte minutos exageradísimos donde todo el mundo tiene ganas de desahogarse. Y el final ya se lleva la palma. ¿Por qué está orgullosa Su-Seon? ¿Y por qué lloran?

10º CAPITULO: Revelaciones.

Pan-Seok se reunirá con la Comisaria Jefa Kang para confesarle que ha encontrado a Ji Yong, escondido tras la identidad de Dae-Gu. Para su sorpresa esta le dirá que no solo ya lo sabía sino que ella es su tutora. Desconcertado, le preguntará tanto la razón de su tutelaje como cuál es la causa de que este esté en su unidad. Lo primero lo achacará a la casualidad, mientras que lo segundo a que quería que el muchacho limase asperezas con él. Sin embargo -nos enteraremos minutos más tarde-, hay un interés oculto en todo ello, y es la sorprendente implicación de la propia Comisaria. Lejos de esta intriga, un nuevo caso atrapará a nuestros protagonistas: la desaparición de un joven al que su familia cree que su prometida lo ha asesinado. Finalmente, el «asesino de las botas» llamará a Pan-Seok para pedirle que le ayude a escapar hasta China. Lo que no sabe el policía es que el motivo que propiciará su rápida huída será la eliminación definitiva de Dae-Gu…

Hoy, el episodio además de -¡menos mal!- recuperar sensaciones, en lugar de encontrárnoslo dividido en dos partes como era habitual hasta el momento, nos lo encontramos segmentado en tres actos.

El primero, desarrollado en el pasado, en parte nos resuelve algunas dudas respecto a la implicación de Pan-Seok en el asesinato de la madre de Dae-Gu; no todas, pero ya va poniendo en claro su inocencia. Lo sabía hasta el más tonto, pero ya iba siendo hora. Lo que sí que agradecemos es ese giro argumental que nadie esperaba involucrando a la Comisaria Jefa. Lo que ya no está tan bien es que todo responda a esa corrupción actualmente tan populista.

El segundo, es el acostumbrado de carácter detectivesco. Ya no tiene la chispa de cuando la serie empezó, más que nada porque va a lo práctico olvidándose de los detalles -e influencias- del inicio, pero es el contenido necesario para ya no solo dotarle de esa imprescindible impronta policíaca a la serie sino para incluso darle más presencia al resto de personajes que no están directamente relacionados con el pasado de Dae-Du o su presente… romántico. Es más, en estos minutos es donde se da cabida hasta al humor, algo necesario para desengrasar.

Es en el último tercio donde volvemos a toparnos con ese pasado que no dejo de nombrar, y con más sorpresas. No puedo contar mucho sin destriparlo, pero lo bueno que tiene es que aún no cierra la puerta al misterio. La contrapartida no tan benévola nos la encontramos en que sigue arrojándonos dudas sobre Pan-Seok.

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YOU’RE ALL SURROUNDED (I) – Korea del sur – 2014 – Kdrama – (Ep. 1 al 5) de 20

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Cada vez que empiezo una serie nueva suelo escribir al menos un par de líneas explicando el porqué de la elección o algunas premisas que hablen de la misma. Aquí dado que su estreno o precedentes no motivaron ninguna noticia o dato digno de reseñar, iré directamente a esa causa, motivo que me llevó a verla. Este fue simplemente el protagonismo de Cha Seung-Won, uno de mis actores asiáticos favoritos, protagonista a su vez de dos de mis tres series televisivas de cabecera: «The greatest love» y «The city hall». ¿Acaso necesitaba algo más para no ver de inmediato este serial?

CAPITULO 1º: Arranque esclarecedor.

Tras demostrarse que la Comisaria de Gangnam está podrida, repleta de agentes corruptos, se procederá hacer una limpieza. A causa de ello y quedar puestos vacantes, los responsables de la comisaria aconsejarán meter sangre nueva. Así Eun Dae-Gu, Eo Su-Seon, Park Tae-Il y Ji Guk, cuatro jóvenes agentes recién salidos de la academia, entrarán a trabajar bajo las órdenes de Seo Pan-Seok, el malhumorado oficial de la Sección de Detectives. El problema es que ninguno de los novatos parece estar muy por la labor. Ji Guk pidió plaza como agente de tráfico porque simplemente quería vivir en la zona; Eo Su-Seon la escogió porque se ganaba más dinero, y Park Tae-Il porque le parecía un puesto divertido. Solo Eun Dae-Gu parece tener un interés especial. Y es que este oculta una triste y dramática historia: la muerte de su madre a manos de un sicario cuando se disponía a testificar contra un poderoso hombre de negocios culpable de un asesinato. Buscando venganza, acudirá al lugar dispuesto a desenmascarar a su nuevo jefe Pan-Seok, creyéndolo culpable de las filtraciones del caso.

Bueno, pues para empezar no ha estado nada mal, contundente y con muchos matices. Pocas quejas hay.

Para empezar tenemos humor. Cha Seung-Won, al principio, con sus típicas paridas, desmontando ese ya casi dogma que dice que en todos los seriales en los que participa debe empezar serio para luego irse «abriendo». Lo malo es que pronto veremos que tan solo es un espejismo ya que retornaremos a la «cruda realidad».

Pero ya no solo es el talento del actor para hacernos sonreír/reír, es que su director Yu In-Sik, responsable de la también estupenda «History of a salaryman», ha sabido tirar de la mejor comedia estudiantil del país para ofrecernos un arranque idílico tocando otros subgéneros como la comedia romántica con muchos reflejos de Kwak Jae-Yong -«My sassy girl», «Windstruck», «Cyborg she», etc.- y su dominio de este estilo. Parte de culpa la tiene también Choi Ji-Wu en el típico, aunque no tan fácil de bordar, papel de jovencita pizpireta y traviesa. Lástima que no la vayamos a ver más.

Luego, obviamente a tenor de la sinopsis, tenemos drama con ese trasfondo/motivación del personaje de Eun Dae-Gu. Casi da para una película. Y es que ya sabemos cómo a los surkoreanos les mola eso de matar a padres, hij@s y herman@s para incitar al odio y al asesinato. Es cierto que no me mola eso de que planteen la sombra de la duda sobre Seung-Won, sabiendo encima que es casi imposible que sea el malo de la función, pero bueno, es el hilo conductor que nos asegurará la continuidad entre los diferentes casos a investigar por los protagonistas.

Por último, congratularnos del gran número de secundarios que seguro nos depararán buenas risas.

Resumiendo, un buen arranque en el que se detecta el suficiente contenido como para pasárnoslo bomba durante muchas horas.

CAPITULO 2º: Risas y broncas.

Pan-Seok intentará que su situación cambie por todos los medios. Por un lado amenazará a los chavales con tal de que dimitan, y por otro se quejará amargamente a sus superiores. Ni unos ni otros le harán caso: mientras que los jóvenes agentes tirarán de orgullo para resistir estoicamente, sus jefes no solo le invitarán a que cambie de actitud sino que le sacarán las vergüenzas recordándole que él también fue un novato en su momento. Así es que tras cometer un error en la detención de un delincuente, la medida que tomará Pan-Seok respecto a sus hombres será apartarlos de un caso, el de unas chicas que en connivencia con los dueños de una serie de restaurantes, les hacen pagar a sus citas elevadas cantidades de dinero. Sin embargo, los esfuerzos del oficial y su mano derecha por detenerlas serán inútiles ya que en cuanto las chicas los ven, salen huyendo identificándolos como policías. Sin otro remedio tendrán que apelar a los chicos para, con su inocente apariencia, atraparlas.

Tras un arranque como fue el primer capítulo donde se nos presentaba a sus personajes principales, llegamos a un episodio también clásico de inicio. Y es que colocando por primera vez a los personajes en situación, bien podría pasar esta igualmente por una primera entrega.

Destacar por un lado el humor. El personaje de Eo Su-Seon es el clásico de chica rebelde surkoreana dando réplica a su yo más joven del capítulo anterior. La escena de la comisaría cuando regresa a su mesa tras entregar el informe de huellas digitales haciendo un paso marcial es delirante, no tanto por la sobreactuación sino por la propia situación. Y hablando de sobreactuación, esta no puede faltar en ningún momento cómico, empezando por Cha Seung-Won, al que se le perdona conociendo de sobra sus cualidades interpretativas. De todas formas, no nos engañemos, es lo que buscamos y queremos en este tipo de series.

El resto de personajes ayuda a que el ambiente sea igual de distendido, empezando por un especialista como Im Won-Hee (el capitán Cha Tae-Ho) al que el tiempo parece haberlo relegado a simple secundario cuando hace unos años era toda una estrella del género, y acabando por Park Jeong-Min-I/Ji Guk, el peor, todo sea dicho para mí, personaje del cuarteto de jóvenes. Ni es guapo, ni listo, ni ná… simplemente y de momento, una comparsa cómica. Espero que cambie su situación.

Pero además del humor tenemos algo de drama -poco gracias a Dios- para darle algo de consistencia a la historia, y algo de aporte detectivesco como ese de la discoteca que imitando a otras producciones de género occidentales nos demuestra que dentro de la cabeza de Dae-Gu hay algo más que venganza. Con ello también comienzan a definirse los roles. Este es el listo, Su-Seon la cabeza loca, Tae-Il el guapo y Ji Guk… el llorón. Y es que lo único que no me está gustando de la serie es el excesivo melodramatismo de algunas situaciones. Pero bueno, esto también es un clásico en el país…

CAPITULO 3º: Medio en broma, medio en serio.

Ante el grupo que debe evaluar al equipo de chicos comandado por Pan-Seok, este explotará alegando que él ya lo había avisado. Sin embargo para sorpresa de todo el mundo aceptará su parte de culpa y pedirá tres meses de margen para entrenarlos. Obviamente el plan urdido por el oficial ocultará otras intenciones, pero de nuevo el tiro le saldrá por la culata cuando la providencia se ponga del costado de los chavales saliendo airosos de cada una de las pruebas que este les impondrá. Sin solución no tendrá otro remedio que asignarle a cada uno de ellos un caso. A Eun Dae-Gu y Eo Su-Seon los enviará a investigar una denuncia de acoso a una joven, mientras que a Park Tae-Il y Ji Guk, un robo en una clínica de cirugía estética. Los primeros no lograrán entenderse y de no ser por cierto chantaje que le hará Su-Seon a Dae-Gu, no existiría ni caso. Por suerte, la obstinación de la joven provocará que descubran que el acosador es un peligroso demente a pesar de las primeras impresiones. Por su parte, en la otra pareja Ji Guk descubrirá que Tae-Il guarda un secreto.

Volvemos a encontrarnos con un episodio bipolar. Una primera parte caracterizada por el humor, y una segunda por la temática más de género o detectivesca.

La primera parte roza la perfección. No pararemos de reír. Las situaciones, reacciones y sobre todo, las interpretaciones de los personajes son idílicas. Las pruebas propuestas por Pan-Seok, aunque con las lógicas limitaciones de medios y metraje son muy divertidas. La primera, viene a resumir lo que es cada personaje y su rol, como decía a la finalización del primer capítulo. La segunda ya parece sacada directamente de un manga o manhwa en su caso: delirante y hasta surrealista, hecha únicamente para hacer reír. La tercera, menos cómica y más artificial, pero con una culminación como es esa entrada a la comisaría… fulminante.

La segunda parte, aunque más seria y con otro objetivo, no dejará tampoco atrás las risas como ese diálogo de Ji Guk a la llegada a la clínica. Genial; su personaje es el peor, pero es también el que más hace reír, sobre todo gracias a la interpretación de Park Jeong-Min-I.

Pero lo que interesa en esta parte es el tema policiaco. De nuevo nos volveremos a encontrar con esos recursos técnicos como sobreimpresiones y detalles infográficos -por cierto, genial esa toma cenital en la primera prueba de los chicos- que harán muy dinámica la acción, y también nos retrobaremos con un Dae-Gu hábil e inteligente. Sus deducciones en esta ocasión tendrán poca credibilidad ya que son muy… ¡porque yo lo digo!, pero teniendo en cuenta otra vez las limitaciones del serial encajan bastante bien. Tanto como ese final. Rompe el tono que llevábamos y solo justificará a futuro, en la siguiente entrega lo más seguro, una escena más melodramática, pero al menos no resulta previsible. Un punto a favor.

Por último, lamentar el poco peso específico del personaje interpretado por Cha Seung-Won. Están bien esas notas románticas, otra vez melodramáticas, pero no dejan de ser un relleno para parchear su escasa cuota de pantalla.

CAPITULO 4º: Lágrimas, rehenes y… fantasmas.

Siendo conscientes de las graves consecuencias que tuvieron sus desafortunadas acciones, Eun Dae-Gu y Eo Su-Seon regresarán cabizbajos a la comisaría siendo lógica y duramente reprendidos por Pan-Seok. Dae-Gu, lejos de arrepentirse, loco de furia y animado por el rencor atacará a su jefe. Ni siquiera con la intervención de varias personas lograrán separarlos. Al día siguiente Su-Seon presentará su renuncia mientras que el impetuoso joven retornará a su hogar. Allí, al reflexionar sobre lo acontecido, se le «aparecerá» su madre aconsejándole que no se deje llevar por el fatalismo, invitándole a regresar a Seúl. Y así será, volverá a la capital para encontrarse con una Su-Seon que le recriminará su actitud, mezcla de soberbia y cobardía. Sin embargo, no tendrán tiempo para la reconciliación ya que en el restaurante donde se han refugiado, un joven desesperado cogerá como rehenes a los allí reunidos. ¿Lograrán salir airosos de la nueva situación demostrando que son dignos de su profesión?

De nuevo nos encontramos con un episodio con dos partes bien diferenciadas: la primera, dramática y conmovedora, y una segunda, más frívola y de género.

En la primera media hora, como ya nos olíamos al final del análisis de la anterior entrega, nos encontramos con las consecuencias de la torpeza y arrogancia, según el caso, de Dae-Gu y Su-Seon. Tragedia, lágrimas y un exceso de melodrama en el caso del primero. El recurso del «fantasma» está bien, pero en esa reflexión que plantean podrían haber incluido algo de arrepentimiento, cuestión que no vemos en ningún momento del capítulo, ni cuando lo está/estamos pidiendo a gritos.

Al menos la reacción de la jovencita -que por cierto cada vez me cae mejor- es más consecuente. Notable encima que hayan cerrado el círculo respecto a esta en la parte final cuando realiza una parábola haciendo referencia al Judo.

Enlazando ya con esta parte, decir que nos encontramos con una fase llena de tensión y con una ya mayor presencia del humor, poco todavía para lo que prometía y promete la serie, pero al menos más distendido. En todo caso poco importa cuando, como he dicho, la tensión es lo importante. Sí, es previsible ya que todos sabemos que nuestros protagonistas saldrán airosos, pero lograrán atraparnos más por el «cómo» que por el «cuándo». Lástima que lo estropeen con ese final que nos devuelve al Dae-Gu más resentido.

Al menos tenemos a la pareja Park Tae-Il y Ji Guk para compensar… la cara amable de la serie.

CAPITULO 5º: Revelaciones.

Los chicos celebrarán juntos la feliz resolución del secuestro en el restaurante. Al día siguiente será para su sorpresa el propio Pan-Seok el que los felicite. La alegría será completa cuando todo el departamento se vaya de fiesta juntos a un Karaoke. Allí se toparán con el Fiscal Han, un gris burócrata que odia a Pan-Seok por haberlo acusado meses atrás de usar en exceso la violencia. Desde aquel entonces siempre está fastidiando al agente de la ley, y aquella velada no será una excepción obligándolo a ir hasta la Oficina del Forense para tomar unas muestras a un cadáver. Al día siguiente un caso pondrá del revés a la Comisaria cuando tengan que buscar a un niño desaparecido. Pronto descubrirán que este fue víctima de un atropello y fuga. Cuando tengan un claro sospechoso -un engreído niño rico- este se hará valer de sus contactos, incluso con el propio Fiscal Han, para burlar la ley. Pan-Seok, con un interés especial en el caso debido a su pasado (!!), se volcará en la investigación animando a sus hombres a que hagan lo mismo.

Nos encontramos con otro episodio bipolar, algo que más que una costumbre se está convirtiendo ya en la marca de fábrica de la serie. Por un lado una primera media hora característicamente cómica y por otro, una segunda mucho más dramática, hasta trágica podría decirse en esta ocasión.

Los primeros treinta minutos no tienen pegas; como mucho, recriminar que en el karaoke no haya cantado su protagonista Lee Sung-Gi/Eun Dae-Gu cuando antes de meterse a labores interpretativas ya era todo un ídolo de la canción. Por otro lado, la escena de este cuando sale de la ducha, simplemente genial. Aunque hemos visto secuencias similares, aquí la misma está resulta de una manera hasta original. De normal, Su-Seon hubiese salido huyendo como si se la llevasen mil diablos; aquí sin embargo hace «honor» a su carácter. Y no cuento más.

La segunda parte es tremebunda. El contenido es totalmente policiaco, al estilo de esos thrillers que tanto abundan en la cinematografía local, pero cómo lo enlazan con el pasado de Pan-Seok descubriéndonos un periodo oscuro de su vida, es poco menos que «criminal»: lacrimógeno y directo al corazón.

En todo caso nos felicitamos por el aumento de cuota de pantalla de Cha Seung-Won, y no tanto por su mayor presencia sino sobre todo por su peso específico, ofreciéndonos lo que es capaz de dar este actor. ¿Se nota que es uno de mis favoritos? Jajajajajajja…

Para acabar, ese apunte que a veces nos sorprende de la sociedad surkoreana. Por un lado hay que ver el respeto que tienen las instituciones por sus ciudadanos. Por ejemplo, esa disculpa de la Comisaria Jefa, no sea que los padres del niño presenten una queja ante la reacción de su Inspectora. Ya quisiéramos eso para España u otros países donde las quejas se las pasan por el… por ahí, no hace falta que me explaye.

Sin embargo, la sorpresa negativa nos la llevamos cuando hablan de las guarderías. Aquí en España -siempre hablo de este país ya que es el caso que conozco- no dejan irse solo a un niño a su casa si anteriormente no han dado la conformidad sus padres o tutores. Si el padre/madre se retrasa al recogerlo, le llaman por teléfono, y en caso de no acudir, llaman a la policía. No me extraña que pase lo que nos muestran si en las guarderías de Korea son tan poco cuidadosos…

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