
BREVE RESUMEN DE LOS 10 PRIMEROS CAPÍTULOS:
Choi Go-Bong es un magnate que posee una cadena de hoteles. Con setenta años y un carácter algo caprichoso, nadie lo toma en serio más que para los negocios. Un día tendrá un accidente causado por la caída de un meteorito, recuperando milagrosamente la juventud. Como nadie creerá lo que le ha sucedido se inventará una nueva identidad. Así, con la ayuda de la única persona que ha estado junto a él toda la vida, su chofer y hombre de confianza el Gerente Sung, hará creer que él es en realidad Choi Shin-Hyeong, un hijo bastardo que tuvo Go-Bong en su juventud. El problema es que tanto sus hermanos, ávidos por hacerse con el control de la empresa, como Dae-Han, su verdadero hijo, no se creerán la historia. Poco a poco se ganará la confianza de este último, pero las cosas se complicarán cuando se entere que su “milagro” tiene fecha de caducidad, sin saber ni siquiera si cuando se cumpla el plazo, volverá a ser el anciano cascarrabias de antaño o simplemente desaparecerá. Y lo peor es que tiene su corazón comprometido…
CAPÍTULO 11º: Melodrama 1- Comedia 2
La velada romántica terminará tan bien que a Hae-Su no le importará sincerarse con Dae-Han al día siguiente confesándole que está enamorada de su hermanastro. Este, conocedor de la noticia, lo asumirá llegándose a sentir feliz de ser el protagonista de un amor no correspondido como le contará a la Secretaria Hong Ji-Yun. Esta confundirá los sentimientos del joven y sin darse cuenta, para su desgracia, le confesará que ella está a su vez enamorada de él. Y mientras todo esto ocurre los hermanos de Go-Bong ponen en marcha el plan para convertir el hotel por el que se están desviviendo padre e hijo en su ansiado Outlet. Por otro lado, el día del cumpleaños de Dae-Han se celebrará siendo Ha-Su la invitada de honor. Sin embargo, la familia Choi no la recibirá muy cordialmente. Las consecuencias no tardarán en llegar…
A pesar de que el arranque del episodio nos haga pensar en que nos encontramos ante otro capítulo sin sustancia, sobre todo a causa de esos conocidos rellenos tales como videoclips musicales y flashbacks, sin olvidar una componente romántica cercana a lo empalagoso, poco a poco nos iremos dando cuenta que tiene más trascendencia de la esperada, sobre todo por la parte final.
Es cierto –sin querer destripar demasiado- que esto nos lleva a un consecuente estiramiento del argumento para que la serie aguante cinco entregas más, pero al menos se abren las puertas a más contenido del que hasta el momento estábamos siendo testigos.
Sin embargo, lo mejor del capítulo de hoy es el humor, y particularmente por la anexión de Dae-Han a las filas de la comedia. Acostumbrados a considerarlo durante todos estos episodios como un tipo serio, pecando de algo de soberbia y hasta un poco melancólico, verlo un poco más suelto realmente es un soplo de aire fresco en una serie que comenzaba a resultar previsible. No se puede negar que esta desinhibición viene en parte dada por esas encarnaciones de la fecunda imaginación de los protagonistas, pero interpretativamente no se le puede echar nada en cara, al revés, lo preferimos.
Y poco más por hoy más que destacar la visita al vidente por parte del Gerente Sung y ese baile… “tradicional” perpetrado por Shin-Hyeong demostrando que haciendo el payaso –con cariño- no hay quién le gane.
CAPÍTULO 12º: Compadres.
La decisión de Ha-Su dejará abatido a Shin-Hyeong por lo que intentará refugiarse en un Dae-Han que se deja querer. Ambos pasarán unos días juntos fomentando una relación fraternal cada vez más cercana. Sin embargo, a pesar del apoyo moral de Dae-Han, poco a poco Shin-Hyeong irá perdiendo energías hasta llegar a enfermar. La solución la encontrará el mismo benjamín de la familia Choi acudiendo a Ha-Su y rogando por este a pesar de sus sentimientos. Así, la joven volverá al costado del rejuvenecido Go-Bong, recobrando la salud. Y mientras todo esto ocurre, pondrán en marcha un plan para recuperar el Hotel fastidiando los planes de los hermanos del protagonista. No obstante, algo tendrán que sacrificar por el camino, ya que la Secretaria Ji-Yun deberá aceptar el puesto que le ofrece el Director Jung abandonando a Dae-Han.
Volvemos a lo mismo: a pesar de encontrarnos con un episodio que se mueve por simple inercia, sin más objetivo que hacer pasar el rato por encima de contar una historia, termina por convencer. Y lo hace, sorprendentemente, gracias a las emociones. Pero que se me entienda: conmover no nos va a conmover, pero los sentimientos que surgen en este capítulo son tan cercanos a cualquiera de nosotros que es difícil no identificarse. Y no hablo de la relación entre Shin-Hyeong y Ha-Su, que pasa hoy a un segundo plano, sino de la de entre los dos protagonistas masculinos de la serie, un Bromance en toda regla.
Como padre que soy, entiendo al personaje de Go-Bong, y como hijo único, la necesidad de Dae-Han de compartir momentos.
Pero hay más; a lo dicho en la anterior entrega de la incorporación del personaje de Dae-Han a la parte de comedia, hay que añadir el buen tratamiento que está recibiendo este por parte de los guionistas, de hecho es el que más está brillando actualmente. ¡Hasta el peinado le han cambiado! Su sacrificio, contrario a lo que esperábamos, lo hace receptor de las simpatías de los espectadores por encima de ese rol de galán jovencito tan habitual en estas producciones. Y su solvente interpretación también ayuda.
Por acabar, no solo volvemos a encontrarnos con esas ventanas abiertas a la publicidad –otra vez Bally- sino que incluso las amplían: los teléfonos móviles hasta el momento tenían tapadas las marcas –aunque todos supiéramos que terminales eran…-, pero hoy por arte de magia, ya no tienen esas etiquetas. Por otro lado, señal de que la audiencia iba viento en popa…
CAPÍTULO 13º: Más de lo mismo.
Ha-Su seguirá con la mosca tras la oreja pensando en que Shin-Hyeong puede abandonarla en un breve espacio de tiempo. Y no será la única ya que Dae-Han no solo con las pistas que está dejando este por el camino tiene el mismo temor sino que incluso está investigando por su parte. Sin embargo, el joven tendrá otras ocupaciones como descubrir que la Secretaria Ji-Yun le sigue siendo fiel filtrándole parte de los planes del Director Jung. No obstante, el ejecutivo también tiene varios frentes abiertos y por otro lado negociará con el mismo Shin-Hyeong. Finalmente, Dae-Han temiendo lo inevitable, tomará la iniciativa cumpliendo los deseos de su padre.
En serio, lo tengo que decir: si este episodio no se hubiese emitido, no hubiese pasado nada. Excepto –again- su último minuto, que encima es calcado al de otros, no sucede absolutamente nada. Muy buen rollito, sentimientos y un candor que atonta y te hace estar frente a la pantalla absorto, pero bien visto no justifica su naturaleza. En realidad es una trampa para lo que está por venir y que el drama resulte efectivo, pero como digo, es un truco tan viejo como manipulador.
Y es que, por muy simpática que nos resulte la serie, todo está desembocando en ese drama tan tópico como previsible. El problema es que encima van a destrozar el buen recuerdo que tengamos de ella de lo insufrible que nos van hacer este tramo de lo largo que nos lo van a presentar. Toda una tortura.
Y nada más; lo siento, pero es tan poco lo que nos ofrece el capítulo de hoy que…
CAPÍTULO 14º: Revelaciones.
La última crisis estará a punto de llevarse por delante a Shin-Hyeong, pero por enésima vez logrará salvarse. Lo que no podrá evitar es que Dae-Han termine, con su ayuda, descubriendo su verdadera identidad. Apurando sus últimos días, el rejuvenecido Go-Bong continuará luchando contra el ambicioso Director Jung aunque sus planes parecen ir por el camino opuesto al éxito. Su estrategia es ir recuperando miembros para la causa y así, apelando al pasado, intentará remover la conciencia de su hermano. Y mientras ello sucede el Gerente Sung no cejará en su empeño por salvar la vida de su amigo y jefe, causa a la que intenta sumarse una entregada Ha-Su. Una posible solución surgirá en el horizonte, pero las implicaciones y consecuencias son lo suficientemente peligrosas como para que Shin-Hyeong se replantee ponerla en marcha.
Se nota que estamos ante los últimos estertores de la serie y por lo tanto se pisa el acelerador del drama. Así, para el episodio de hoy, hay mucho sitio para las lágrimas –o al menos, ese es el objetivo de sus guionistas- y poco para la risa. Se intenta diluir un poco la tragedia en un par de ocasiones, pero el tono y la perspectiva es tan funesta que no consigue contagiar.
Y lo peor es que seguimos sin avanzar. Descaradamente, la serie parece haber definitivamente encallado y no ofrece más de lo que nos ha estado dando estos últimos casi diez capítulos precipitándose hacia el desenlace sin otra cosa que dar giros concéntricos. Y es una lástima porque la misma prometía mucho y al final… Pero no adelantemos acontecimientos; la cuestión es que en esta entrega entre videoclips y flashbacks ya vistos, el episodio no puede evidenciar otra cosa que ese espíritu de relleno que no paro de reflejar.
Por si faltase algo, a la cita no fallan ni los habituales bandazos a los que nos tienen acostumbrados los guionistas. Aunque más que ‘bandazos’ podría decir ‘incongruencias’ ya que cada vez se da una versión nueva, incluida explicación y remedio, de la “enfermedad” del protagonista. Yo creo personalmente que están mareando la perdiz para que llegados al desenlace nadie cuestione la solución que se dé.
Lo mejor, por destacar algo, las interpretaciones. Por el otro lado, la reducción de cuota de pantalla hoy del personaje de Dae-Han, al menos es chocante; se nota que lo han hecho para no profundizar/destripar mucho en la relación padre-hijo evitando liar más la cosa para que no se le vean las vergüenzas a sus responsables.
CAPÍTULO 15º: Tocados y hundidos.
Shin-Hyeong no conseguirá desvelarle su secreto a Ha-Su debido a la aparición de unos… misteriosos seres. Pero ello no impedirá que siga adelante con sus planes. Incluso engañará a la jovencita diciéndole que se operará para tranquilizarla; sin embargo, sus intenciones son otras, como se lo confesará al propio Gerente Sung cuando se despida de él. Por otro lado, los planes del Director Jung comenzarán a venirse abajo cuando la estrategia del protagonista, con ayuda de alguna vieja alianza, empiece a funcionar. Ni siquiera la Secretaria Ji-Yun lo apoyará a pesar de abrirle su corazón. Solo le queda una cosa por dejar resuelta a Shin-Hyeong: confesarle a Ha-Su de una vez por todas su verdadera identidad.
Bueno, pues todo queda abierto para el último capitulo. La verdad es que la serie será como será, pero al menos ha conseguido mantener el interés hasta el final. Aunque claro… en ello ha contribuido la ambigüedad que los guionistas han puesto en funcionamiento manejando el asunto a su antojo, cambiando incluso las reglas cuando les convenía.
Dejando de lado esto y circundándonos a la entrega de hoy, decir que al menos hay que agradecer que nos hayan dado un respiro ante el drama que estábamos/estamos viviendo. Hoy la tragedia solo asoma en dos escenas –la de despedida del bueno del Gerente Sung y la del final- pero en el resto de metraje se respira buen rollo. Y es que parece mentira que a estas alturas algunos guionistas no se den cuenta que con risas se puede hacer algo más entrañable que con lágrimas. La escena de padre e hijo en los baños, auténtica y encantadora.
Por otro lado, sí, seguimos encontrándonos con rellenos –el pasaje de los dos compañeros de la protagonista con las cremas faciales es de traca, por no calificarla de otra manera- pero a diferencia de otros capítulos no se hacen ni tan pesados ni tan evidentes.
Para casi acabar, aunque ya lo hayamos visto, señalar esa representación de los “marcianos” como si de una boy-band se tratase solo refleja lo estandarizado/estigmatizado que está el mercado del entretenimiento local.
Lo mejor de hoy, la vulnerabilidad que muestra hasta en dos ocasiones el Director Jung. La lástima es que ha llegado tarde y no lo han sabido aprovechar.
CAPÍTULO 16º: Decepción.
Shin-Hyeong terminará aislándose para ahorrar más dolor a sus allegados. Así, aceptará lo que tenga que venir sin casi despedirse de estos. Una vez en su estado natural intentará de nuevo apartar a la gente que más le quiere, pero…
Se acabó, y lo ha hecho desgraciadamente haciendo honor a lo que nos estaba ofreciendo en las últimas entregas: relleno y cruce de cables de los guionistas.
Sobre lo primero, no hay mucho de que hablar: todo el episodio se lo pasan con moñadas y recuerdos para acumular lo importante en los últimos diez minutos.
Y cuando llega esto, casi da la risa floja… casi o sencillamente la da. La solución de los guionistas es para echarlos de patitas en la calle. Se olvidan de marcianos, meteoritos y demás para tirar por el camino de en medio sin más explicación y objetivo que… Me callo que sino lo destripo. Lo cierto es que se nota a la legua que es una solución rápida y precipitada para acabar de una vez por todas la serie.
Y ya no es solo la resolución sino la manera de tomarnos el pelo. ¿De verdad que con representación incluida de marionetas Ha-Su aún no había adivinado que Shin-Hyeong era Choi Go-Bong? Pues que cortita, por no decir LERDA, es la pobre.
Y por si faltase algo, el montaje es lamentable. En medio de varias escenas lacrimógenas nos las cortan para meter otras situaciones que ya no restan sino eliminan toda emotividad. Y que diga yo eso…
Por último, que haya que ver los títulos de crédito para ver cómo acaban unos personajes, no habla nada a favor de la serie…
CONCLUSIONES:
“Mr. Baek” es una serie que ha ido de más a menos de una manera alarmante quedándose sin contenido ni ideas. Hubiese quedado redonda como una serie de 12 capítulos…
…como una serie de 12 capítulos y si la protagonista hubiese estado más acorde a lo que se nos ofrece habitualmente en el país. Esta Ha-Su es demasiado blandita, tímida y poca cosa. Acostumbrados a mujeres extrovertidas y pizpiretas, la protagonista no ha brillado como debería, y se ha notado.
Por otro lado estaba claro que Shin Ha-Gyun era la estrella del show, pero es que no solo no se le podía hacer ninguna objeción sino que nadie conseguía hacerle sombra. Solo Lee Mun-Sik en la parte de comedia se ponía a su altura, pero los guionistas ya se ocuparon de que este no destacara tanto. Y no es culpa de Ha-Gyun, ya que como he dicho su labor es irreprochable, se notaba que disfrutaba haciendo su trabajo, sino de las malas decisiones de sus responsables.
Así también se ha notado que los secundarios no han recibido el trato que merecían. Esta es una de esas pocas ocasiones donde en un K-Drama no han sabido aprovechar a los secundarios. Ya no solo con el mencionado Gerente Sung/Lee Mun-Sik sino con el resto. En la parte final han intentando remediarlo con la pareja de compañeros de la protagonista, pero resultaba tan evidente que estaban rellenando –incluso en más de una ocasión los han utilizado de excusa para hacer publicidad de algún producto comercial- que perdían hasta la gracia.
El argumento parecía en un principio estar bien planificado, pero poco a poco se ha ido viniendo abajo. El ejemplo más claro no solo lo tenemos con el “milagro” y su resolución sino con el trasfondo corporativo que con tal de no aburrir ha sido maltratado y hasta ridiculizado. Lo bueno, junto a lo de no hacerse pesado, es que el villano de la función no ha sido tan malo, y por lo tanto eso que hemos ganado. Los cliffhangers, engañosos siempre.
Por último, con decir que el escaparate publicitario ha tenido más protagonismo que el apartado musical, aclara que al final todos se han dejado llevar.
Resumiendo; sin ser una mala serie ya que entretiene, “Mr. Baek” prometía mucho más de lo que finalmente ha dado. Las expectativas solo se han cumplido respecto a Shin Ha-Gyun, que por sí solo mantiene la serie. En la parte final le ha faltado más concreción y ese humor que nos había encandilado al principio. A esperar a que llegue otra mejor.
