
El agotador mes de Agosto (103 horas extras) fue devastador dejándome sin energías y ánimo para mis vacaciones así es que no he tenido muchas ganas para extenderme sobre dos series de las que ya se ha hablado sobradamente estos últimos meses. Sin embargo, veía la necesidad de escribir aunque fuesen unas pocas líneas por si a alguien le interesaba mi impresión sobre las mismas.
La primera, “Made in Abyss” formará parte seguro de mi Top 10 de las mejores series del año, independientemente de que sea una producción animada.
Basada en el manga homónimo de Akihito Tsukushi, “Made in Abyss” se presenta como un drama de aventuras a medio camino entre “Viaje al Centro de la Tierra” y “Megaman” con un trasfondo greenpunk donde el verde de la vegetación lo impregna todo.
Y esta, por encima de una historia tierna y emotiva, es su gran baza ya que la animación es de lo mejorcito que puedes encontrar ya no en un anime sino en una producción animada, incluidas las de la gran pantalla. Escenarios de una gran potencia visual, detalles al máximo que crean ambiente… Espectacular es quedarse corto.
Y como decía una historia de amistad y supervivencia, superación como casi siempre en una producción nipona, que por mucho que llegue a tocar la fibra, posee una dureza que la aleja de la apariencia infantil de los personajes principales.
No llega a nivel de “Obra maestra” porque su estructura es un poco enrevesada con enormes flashbacks que restan tensión a la historia cuando a mi parecer mejor se pone, pero en una escala de 1 sobre 10 se queda en un 9. Creo que sobra el resumen con todo lo dicho.
La segunda, es la nueva versión/reboot de la mítica serie “Los caballeros del zodiaco”, la que será por siempre mi serie de dibujos favorita. Y quizás por esa devoción no me ha parecido tan mala como se ha estado diciendo en las últimas fechas. A ver, no es una serie buena y se halla muy lejos de la serie original contándose los defectos por docenas, pero creo que el espíritu de Masami Kurumada, el mensaje que trascendía de amistad y sacrificio por los demás, ha sido bien trasladado a la pequeña pantalla. Ahora bien, hasta ahí.
Para empezar la animación no es buena. Está claro que se adecua a los nuevos tiempos, pero las infografías resultan pobres tanto a nivel de detalle como a nivel de movimiento. Los personajes se mueven como las figuras de un videojuego de los noventa, los fondos carecen de riqueza –ridículos al lado de los de “Made in Abyss”- y el cabello de los personajes están exentos de movimiento alguno. Mucho se criticó las 3D de “Santuario” y al lado de este es una joya. No sorprende que la calidad del segundo al sexto capítulo mejore en calidad porque el primero es absolutamente deplorable.
No voy a entrar con la tropelía hecha a mi Shun convirtiéndolo en chica pero sí que hayan desparecido los cascos de los personajes, que el lenguaje se haya modernizado –joder, mierda, etc.- quedando fuera de lugar o que incluso los protas asesinen como si nada, dando como resultado algo contrario a ese espíritu del que hablaba. Y si ya entramos en detallitos como por ejemplo esas gaitas en el juramento ante Saori cuando hablamos de una obra de connotaciones griegas…
Tampoco se entiende ese final brusco a una tanda de episodios para una primera temporada ya de por sí exigua de tan solo 6 capítulos pero espero que muchos de los fallos se arreglen de aquí a que se estrene la segunda temporada.
Resumiendo, ni bien ni mal. Decepcionante a nivel artístico y técnico, pero por un lado es bueno volver a soñar en ser un niño y por otro, es una gozada compartir sensaciones con las nuevas generaciones.