
Siempre que terminas una serie te encuentras ante el dilema de qué ver después. Si encima, como en este caso, acabas un KDrama tan genial como «A gentleman’s dignity», el problema se multiplica potencialmente a la calidad de la serie que dejas. Pues bien, ante grandes desafíos, grandes soluciones. Por facilonas que resulten.
Hay que salir del aprieto, y para hacerlo bien hay recursos que casi siempre funcionan. Casi siempre; aún recuerdo cómo hasta llegar a la protagonizada por Jang Dong-Gun, me vi el arranque de hasta cuatro series y ninguna me convenció, a pesar de que algunas estaban protagonizadas por actores y actrices de mi palo, vamos, que me caían especialmente bien.
Aun así, la primera opción para suceder a «A gentleman’s Dignity» fue esta «The Prime minister and I», más que nada porque su protagonista Lee Beom-Su es uno de mis actores favoritos, y pocas veces me ha fallado en una comedia; comedia, ya que en la más melodramática «On Air» no terminó por encajarme. De hecho, antes del éxito de la de -otra vez- Dong-Gun, esos cuatro fracasos vinieron provocados por no superar las sensaciones dejadas por «History of a salaryman», otro serial protagonizado a su vez por Beom-Su.
¿Correría esta el camino contrario, salvar una situación, o caería víctima de esas mismas causas, expectativas no alcanzadas, poniendo en juego esa justicia poética a la que les gusta tanto recurrir a los culturetas más moñas…?
1º CAPITULO: Demasiadas pistas…
Kwon Yul es elegido por el Presidente de la Republica para convertirse en el nuevo Primer Ministro tras tres fiascos con políticos retrógrados y sin soluciones. Kwon Yul es joven, atractivo e integro; de hecho la opinión pública lo considera una de sus figuras políticas favoritas, tan popular que su imagen trasciende del mundo de la política. En su vida privada es un padre de tres niños que enviudó hace unos años tras el accidente de coche de su mujer. Justo el día en que el Jefe de la Oficina del Presidente le comunica la decisión de este, Nam Da Jung, una periodista de la prensa rosa se encuentra en el mismo local buscando una foto comprometedora de una idol. La situación llevará a un malentendido que no llegará a más; sin embargo cuando al día siguiente salte la noticia de la candidatura de Kwon Yul, Da Jung tendrá que interesarse por él intentando averiguar más detalles de su vida que puedan atraer a los lectores de su revista. Su primer intento resultará tan infructuoso que incluso acabará en la comisaría bajo un cargo de acoso. El segundo no será mejor ya que, por culpa de otro malentendido, el político creerá que esta ha medio secuestrado a su hijo pequeño para sonsacarle información. Resuelto el asunto, para congraciarse con la periodista, Kwon Yul le concederá una entrevista en exclusiva, entrevista superficial, intrascendente y hasta hiriente cuando la periodista sin consideración le pregunte por el momento más difícil de su vida, no cayendo que perdió a su esposa. Sin embargo, el problema más grande surgirá cuando al día siguiente en los titulares de la prensa de todo el país salga la foto del próximo Primer Ministro en actitud supuestamente cariñosa con una estudiante menor de edad. La verdad esconde otra situación: la de Da Jung vestida de colegiala siendo víctima de las iras de Kwon Yul cuando el día anterior la creía causante de la desaparición de su hijo.
Bueno, ni está mal, ni excesivamente bien. Hay bastante humor, pero peca de recurrir a demasiados tópicos en este tipo de series. Por partes.
Lo de arrancar sabiendo que sucederá en el futuro, al menos dos meses por delante, está bien, ya que nos pone en situación. Ya sabemos: «el que avisa no es traidor». Además, copia la misma fórmula de la mencionada «History of a salaryman»
Luego, incluirnos esa escena de acción al más puro estilo Wuxia, refuerza la imagen de héroe que siempre quiere pero no puede exhibir su protagonista, a causa de los personajes más terrenales que le toca siempre interpretar; sin olvidar la idea de aportar una nota algo fantasiosa, divertida.
Pero cuando el grueso del episodio comienza, no podemos dejar de ver flechas que interrelacionan a unos personajes con otros, y que de seguro se convertirán en el eje sentimental de la serie. La secretaria de Kwon Yul con este, el nuevo manager con la pizpireta Da Jung, sin olvidar claro está el tira y afloja de los dos protagonistas.
Que haya un enemigo claro, no está tampoco ni bien ni mal; no me gustan los «malos» porque ya tenemos en la vida real suficientes obstáculos para que alguien los incluya en la ficción, pero al menos igual que decía con lo de adelantar acontecimientos, está bien lo de poner todas las cartas boca arriba sobre la mesa. «El que avisa no es traidor», again…
Para ir terminando, destacar a sus dos protagonistas. Beom-Su, más comedido de lo habitual. Espero que como suele pasar en las comedias románticas surkoreanas serializadas, el galán vaya desatándose poco a poco, y más cuando este es capaz de provocarnos tantas risas. Contrariamente a este, el descubrimiento de Im Yun-Ah, más conocida como Yuna. Para aquel que no la conozca, Yuna es una de las integrantes de la popular girlband «Girl’s Generation». Pues bien, cuando se anunció su fichaje por la serie, muchas voces cuestionaron sus dotes para la interpretación. Se equivocaron ya que Yuna no solo recibió a posteriori varios premios sino que encandiló a la audiencia. Solo hay que ver su gama de gestos y reacciones en este capítulo para enamorar al, como suele decirse, primer vistazo. Puede que algo sobreactuada y copiando algunas muecas y mohines de estrellas consagradas dentro del género, pero supera el debut con nota alta.
Ahora sí, para acabar, señalar ese guiño a los hispanos-parlantes de todo el mundo. Ver a Yun Si-Yun pronunciando una frase en español, no tiene precio.
2º CAPITULO: Indecisión.
Ante el escándalo suscitado, Kwon Yul decidirá que para no hacer la bola más grande lo mejor es dimitir. Su secretaria Seo Hye-Ju le recriminará que si hace eso tirará por la borda el trabajo de todos aquellos años incluidos los sacrificios que han tenido que hacer, pero ni así hará cambiar de opinión al político. En la rueda de prensa en la que debe anunciar su dimisión, justo cuando va a revelar la noticia, aparecerá Da Jung desvelando que ella es la chica de la foto y que es la novia del candidato a Primer Ministro. Con esa solución, ideada por el manager Kang In-Ho, todos saldrán a flote, ni el político tiene que renunciar, ni Da Jung ser tratada como una mujerzuela ante la opinión pública. Sin embargo aquello tendrá más consecuencias que las del lógico enredo ya que por ejemplo el padre de la periodista querrá conocer a su prometido. Por su parte, el ministro Park Jun-Gi, tras ver como su plan para difamar a su cuñado fracasa, orquestará uno nuevo atacando a la faceta de Kwon Yul como padre. Por suerte el viudo saldrá de nuevo indemne gracias a su sinceridad. Por último, Da Jung acudirá a ver a su padre. La Doctora le informará que le han detectado un tumor y que le quedan 6 meses de vida. Para que este vea cumplido su sueño de verla casada no se le ocurrirá otra cosa que rogarle a Kwon Yul que se case con ella.
Pues nada, la cosa sigue como en el primer capítulo: humor, pero no tanto como quisiéramos en una serie protagonizada por Lee Beom-Su. Solo hay que ver esos dos gags oníricos en los que el actor saca a relucir su vena cómica para darnos cuenta de que son las mejores escenas del capítulo. Encima Yuna está más comedida en esta entrega por lo que si bien no podemos decir que es un capítulo aburrido -mal empezaríamos si lo dijésemos- no es tan divertido como cabía esperar.
Además, el drama que uno barruntaba con la enfermedad del padre de la protagonista -un siempre excepcional Lee Han-Wi- comienza ya a extender sus raíces provocando la primera escena amarga. A mi gusto, demasiado pronto; espero que no sea junto a lo dicho de la falta de humor, indicativo de que esta serie es más un melodrama que una comedia romántica.
Por lo demás, que no notamos, de momento, una excesiva utilización de recursos como los del «relleno», de hecho, a pesar de las vinculaciones artísticas de la protagonista, la música tiene poco protagonismo: no hemos oído todavía ningún tema musical que no sea instrumental. Aprovechada que está la cosa…
3º CAPITULO: Equilibrio.
Da Jung dormirá la mona en casa de Kwon Yul. Al día siguiente tendrá resaca, pero lo peor no será el dolor de cabeza sino la reprimenda del Primer Ministro. El que se aprovechará de la presencia de la periodista será Man Se, el hijo pequeño de este, que le ha ido cogiendo cariño. Sin embargo será una suerte que esta se encuentre en la casa ya que descubrirá a un infiltrado que intenta espiar a Kwon Yul. De hecho, al ser la única que le ha visto la cara, el Primer Ministro no tendrá otro remedio que invitarla al convite de gala de su nombramiento. Allí esta conocerá a la esposa del Ministro Park Jun-Gi que, al igual que su marido, desconfía de la relación de esta con su cuñado. La joven se verá tan agobiada que incluso asegurará que en breve se casarán. Después de la ceremonia, Kwon Yul le recriminará su actitud pero bromeando hará creer a la periodista que se va a casar con ella. Cuando la verdad salga a la luz, Da Jung se sentirá hundida. No obstante el Primer Ministro se quedará con la mosca tras la oreja; investigará y encontrará la razón de porqué esta tiene tanto interés en casarse.
Bueno, no sé si es porque ya nos hemos hecho a ella, porque nos hemos olvidado de las excelencias de «A Gentleman’s Dignity» o porque realmente su contenido ha mejorado, pero la cuestión es que esta «The Prime minister and I» comienza a coger ritmo y a recoger sensaciones.
Por primera vez el personaje interpretado por Beom-Su empieza a resultar simpático. Aún no le han abierto la veda para soltarse y explotar su vena cómica, excepto en esas escenas… oníricas claro, pero han comenzado a priorizar la faceta más humana del personaje dejando a un lado su carácter más huraño.
Lo que no nos gusta es que en lugar de un villano, tengamos dos, y posiblemente más… porque lo de la esposa del Ministro Jun-Gi… tela, y seguro que el periodista Byun Wu Chul del rotativo Koryo Ilbo se unirá a la «fiesta» cuando el momento lo requiera.
Contrariamente me ha parecido una idea formidable utilizar a este personaje no solo como un obstáculo más sino para abrir la puerta a nuevos embrollos sentimentales ya que parece apuntarse a que entre Jun-Gi y la secretaria Hye-Ju hubo algún tipo de relación en el pasado. Por cierto, la familia bien… bien mal quiero decir, ¡hasta los primos se odian!
Por lo demás, yo no sé quién ponía en duda las habilidades interpretativas de Yuna; la escena en la que su padre le dice lo feliz que será llevándola al altar, es de «actoraza» de primera fila.
Y ya que estamos y que hay poco de qué hablar, diremos que ojalá tuviésemos políticos así en España. Sé que es una obra de ficción y que en todos sitios cuecen habas, es más, conocida es Korea del Sur por su corrupción, regímenes dictatoriales y altercados en las sesiones del senado, pero quizás por esas similitudes, esos deseos de tener gobernantes decentes e íntegros, el mensaje es bidireccional.
4º CAPITULO: ¡Vivan los novios!
A pesar de que Kwon Yul acepta su propuesta de matrimonio, Da Jung no estará muy segura de confiar en él ya que cree que únicamente el Primer Ministro se está compadeciendo de ella. Este le asegurará que lo está haciendo, además de por hacerle un favor, porque cree que es su responsabilidad como político. Una vez convencida decidirán redactar un contrato por el cual cada uno de ellos se compromete a cumplir una serie de compromisos. Ambos lo firmarán, pero misteriosamente la copia del Primer Ministro desaparecerá sin que él lo sepa. Mientras esperan a que la boda se celebre, cada uno tendrá asuntos que atender. Da Jung será recibida por los hijos del político con frialdad, incluso los dos mayores le asegurarán que no le va a ser fácil ganárselos. Por su lado, Kwon Yul descubrirá que parte del presupuesto está siendo destinado a un proyecto que maneja el suegro del Ministro Jun-Gi. Acudirá incluso al lugar para interesarse por él y descubrir la verdad. Y entre visitas y problemas, llegará finalmente la boda.
Si en la anterior entrega decíamos que la serie había comenzado a coger ritmo, hoy se confirma y acelera. Ya no es solo que las situaciones se sucedan dotando de tensión al contenido sino que encima este, toca diferentes palos, desde la comedia al drama.
Sobre la comedia no podemos decir otra cosa que la pareja realmente tiene química. Por ejemplo, en la serie que me está sirviendo de referencia en todas estas reseñas, «A gentleman’s dignity», teníamos como protagonistas a cuatro parejas, todas ideales y casi todas conectaban. Casi. Había una de ellas que, aunque era la que más nos emocionaba como era la formada por Choi-Yun/Kim Min-Jong y Mea-Ri/Yun Jin-I cuando llegaba el momento de ponerse tiernos, no resultaban creíbles. Con decir que al final se casan y no somos capaces de verlos en ningún momento dándose un beso… Pues bien, aquí además de mostrarnos ese obligado feeling entre los protagonistas obligados por el guión, se nota que ambos conectan. Es cierto que la relación es tramposa con ese típico «tira y afloja», pero más que resultar molesto se resuelve de una manera sumamente simpática.
En ese grupo entraría otro clásico como esa no menos habitual fórmula de hacerle la vida imposible al padrastro/madrastra de turno por parte de los hijos de la pareja viuda/separada/divorciada. De momento, solo sirve como excusa para un gag; esperemos que se quede ahí y no se convierta en, como decíamos, algo molesto.
En cuanto al drama, soberbio, aunque más que de drama deberíamos hablar en términos sentimentales. Toda la fase que rodea a los minutos previos a la boda me parecen sublimes. No dejan de ser otra vez tramposos y sensibleros, pero la construcción me parece más que notable. De momento no quiero pensar cuando realmente llegue la tragedia -que llegará- pero la función del padre de Da Jung es necesaria para humanizar tanto las situaciones como al propio protagonista alejándolo de la frívola realidad política que agria su carácter.
Por haber, no falta ni el primer tema cantado de la serie. Y es que ya no solo sorprendía que todas las piezas fuesen instrumentales sino que, aunque suene extraño, incluso se echaban a faltar. De momento solo es una canción, pero esperemos que, sin pasarse tampoco, aumente el número. Es un aliciente, un atractivo más para engrandecer el conjunto.
Para terminar no puedo negar que la serie guarda muchos parecidos con otro KDrama como fue «The accidental couple/That foul», cambiando los roles actriz/cartero por político/periodista. Aunque aquella fue y sigue siendo una serie de referencia, espero que en cuanto a argumento y no a resultados se quede en tan solo eso, en un espejismo…
5º CAPITULO: Más comedia, menos drama.
Gracias a la ocurrencia de Da Jung la pareja de «recién casados» podrán salvar el primer escollo, sin embargo ese punto a favor se convertirá en uno en contra cuando descuidando el contrato de matrimonio, Man-Se se haga con él y lo convierta en materia prima para sus ranas de papiroflexia. Pero ahí no acabará la cosa ya que el niño no tendrá mejor ocurrencia que repartir ranas entre varias personas, entre ellos su padre y tíos. Cuando la periodista se entere, comenzará una búsqueda suicida de la «rana» correcta dando lugar a todo tipo de situaciones cómicas. A pesar de sus esfuerzos no dará con la adecuada siendo el propio Primer Ministro el que descubra su descuido. Otra vez recibirá la reprimenda por parte de este, encontrando la jovencita de nuevo consuelo en el manager Kang In-Ho. Lo que nadie sabe es que esto parece responder a una estrategia urdida por el joven para, secretamente, molestar a su jefe. ¿Qué esconderá este?
Tras un episodio tan ejemplar como el anterior no es extraño encontrarnos con uno tan… inmovilista como este. De hecho, solo se avanza… bueno, se destapan dos asuntos, ya que el grueso del capítulo parece estar centrado en la comedia y el enredo, algo que por otra parte agradecemos.
Resulta divertido ver a la protagonista de fango hasta las cejas, metafóricamente hablando, a causa del follón en el que se ha metido. Las situaciones, sobre todo en su visita a casa de sus cuñados, son algo surrealistas y poco creíbles, pero cuando el objetivo es hacer reír, uno se vuelve algo indulgente. Incluso cabe resaltar otra vez ese pasaje onírico -cita ya ineludible en la serie- en el que es de agradecer que se sumen al carro del humor el Ministro Jun-Gi y su esposa, descubriéndose también como unos actores polivalentes.
A los latinos y en especial a los españoles, nos hará especial gracia ese pasaje en el que el Primer Ministro y sus chicos reciben a la comitiva diplomática de «Catalucia», algo así como una mezcla de Cataluña y Andalucía, con estos hablando en perfecto castellano y Yuna correspondiéndoles con una más que decente pronunciación. De hecho, mejor incluso que el español de In-Ho, el cual supuestamente le dicta.
Y ya que estamos hablando de este, sorprendente revelación la de hoy. Si me quejaba hace unos capítulos de que teníamos ya una nómina de villanos demasiado extensa a mi gusto, hoy hay que sumarle la del chaval. No me hace ni pizca de gracia ya que esto solo significa más sufrimiento para los héroes, pero bueno…
Y nada más, para acabar, la chorrada de turno. En esta serie de momento no tenemos ni canciones -solo una- ni escenas en la que los protagonistas se la pasan comiendo o bebiendo en uno de esos restaurante/cafeterías tan cools del país como es costumbre en estas producciones. Lástima…
6º CAPITULO: Los problemas crecen.
Da Jung caerá víctima de la emboscada orquestada por la esposa del Ministro Jun-Gi cuando acuda a una reunión del «White Cafe». Por suerte, será rescatada «in extremis» por la secretaria Seo Hye-Ju. Allí ambas mujeres discutirán siendo el propio Jun-Gi el objeto de su disputa. Cuando salgan del hotel, Hye-Ju verá al Manager Kang hablando con el secretario del propio Ministro sospechando que este pueda ser el espía que tanto andan buscando. En cuanto le vea le preguntará discretamente, pero este, oliéndose las intenciones de su compañera desviará sus sospechas aparentando no ocultar nada. Mientras que en las sombras siguen gestándose planes para derrocar a nuestro protagonista, este tiene problemas más terrenales, como por ejemplo atender a sus hijos. Man-Se por ejemplo se encuentra en plena crisis ya que ante las fechas navideñas que se avecinan está falto de cariño: echa de menos a su madre, y su padre no es todo lo afectuoso con él que desearía. Ante esta perspectiva, Da Jung le aconsejará a Kwon-Yul que acuda al Festival que van a celebrar en el colegio de su hijo para verlo actuar.
El título con el que suelo resumir el episodio en esta ocasión no es casual, ya que además de incidir en el lógico aumento de problemas, quería hacer alusión a aquella mítica serie familiar de los 80 y 90 donde las relaciones filio-paternales eran el eje central.
En esta entrega se olvidan un tanto de las intrigas palaciegas… digo, políticas, para centrarse en los niños. Y ya no tanto por el papel de Man-Se sino incluso el de Wu-Ri o yendo más allá, el de su primo, protagonizando la sorpresa del capítulo. Y es que enterarnos de que este no es hijo de Jun-Gi, pues cómo que…
Por lo demás, poco se puede añadir más que es un episodio no solo de transición sino hasta tópico por su situación. Eso de que coincida su emisión con las fechas navideñas lleva implícitas una serie de objetivos que los guionistas han terminado por resolver de la manera más fácil y previsible, recurriendo a una fórmula como es la típica obra infantil para intentar conmovernos. Y la verdad es que no lo consiguen; se ve tan artificial y forzado que no puedo considerarlo un acierto.
Por último y como chorrada, el habitual apunte español/latino. Ese «Feliz Navidad» de José Feliciano ya nos parece hasta normal que aparezca en una obra o producción que se desarrolle en un ambiente navideño, pero que Jun-Gi/Ryu-JIn se arranque guitarra en mano con «El concierto de Aranjuez» ya no es tan casual después de lo que ya hemos vivido en esta serie.
